Entretenimiento
Maya Zapata avanza sobre los problemas
La actriz considera que las vivencias que ha tenido son lo suficiente para madurar más allá de su edad
Cabello oscuro, largo, piel morena y unos ojos grandes negros la hicieron dudar sólo por un momento sí había elegido el camino correcto de sus ilusiones.
Ella dice que a pesar de la belleza que tiene, jamás le cruzó por la mente ser modelo. “No me sentía lo suficientemente hermosa para hacerlo. Ahora me siento hermosa, me comporto como una mujer hermosa y me disfruto hermosa. Pero antes no. Era bella, pero no lo explotaba”.
Agrega que l ser actriz le permitió conocer que sus facciones son consideradas como universalmente bellas. “Sí, después me di cuenta, con los viajes, de que el mundo era muy generoso; mucho más que mi propio país. Que en otros lugares admiraban mi belleza de una manera que jamás en México nadie lo había hecho. Me impresionó mucho que la gente de mi país no supiera cómo valorar lo que soy”
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Así es Maya Zapata, una chica que siempre se sintió diferente, la misma que cuando supo que tenía voz, jamás calló y por el contrario se sumergió en la comprensión del comportamiento humano gracias a la actuación.
Con la profesión en la sangre
Con una familia de actores que le enseñó los secretos de la profesión, fue a los seis años que Zapata comenzó su andar, en lo que fuera su primera película bajo la dirección de Gregory Nava, Gringo viejo.
Allí fue cuando sintió “un poder distinto que de otra manera no hubiera tenido”. Fue entonces cuando comenzó la magia y la lucha por encontrarse ante un mundo de estereotipos. “Si así soy, ¿por qué no mostrarlo como es o inspirar a otras mujeres a que hagan lo mismo con ellas? Que se sientan bellas, independientemente de sus rasgos y su color de piel”, expresa en un adelanto que Open difundió de la charla con la actriz.
En la entrevista con Open, Maya también revela pasajes de su vida que hasta ahora permanecían ocultos, además de darle a conocer al mundo su filosofía: “Hay que romper los estereotipos, sin perder los arquetipos. Los personajes que yo escojo siempre tienen algo bueno o potente qué decir. Hablan desde el corazón, aunque me di cuenta de que estuve a punto de caer en el estereotipo de la mujer pobre, maltratada y golpeada. También hay que empezar a construir mujeres poderosas, sin importar de dónde o de qué color hayan nacido o de dónde vengan. Porque la inteligencia no tiene que ver con eso”.
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