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Matt Dillon, a prueba de balas

El actor pisará las carteleras con Asalto al camión blindado, donde promete altas dosis de adrenalina y un poco de humor

CIUDAD DE MÉXICO.- Matt Dillon luce despreocupado. Llegó una noche antes a Cancún y tuvo la oportunidad de ver una tormenta eléctrica y el mar alborotado. Un café en la mesa lo acompaña. El actor neoyorquino de 45 años luce playera de algodón verde, pantalón tipo militar y tenis.

Ya sentado se toca una y otra vez el bigote. De pronto se torna serio cuando alguien le comenta si se siente bien con éste. Luego levanta la ceja y sonríe. Lanza una carcajada y deja caer el brazo en el mueble.“¿A poco me veo feo así?”, afirma mientras sigue sonriendo, al notar que la combinación de su ropa y aspecto es todo menos común.

Matt, ese hombre que hizo reír en Loco por Mary; causó la envidia entre muchos por besar al mismo tiempo a Denise Richards y a Neve Campbell en Criaturas salvajes; o levantó escozor con su papel de policía abusivo en Crash: alto impacto, está de regreso en la pantalla grande.

Y es que ahora se presenta con Asalto al camión blindado, una película de mucha acción, explosiones y suspenso, que se estrena este viernes.

Ahí interpreta a Michael Cochrane, un jefe de policía responsable de transportar dinero. Sabe de todos los ataques que ha habido. Y conoce la historia de un golpe en Texas que jamás se resolvió.

Sus tesis indican que fueron los mismos policías quienes idearon el atraco. Así que el planea él suyo con carácter multimillonario. El problema es saber si su gente está dispuesta a seguirlo.

“Esta película tiene mucha acción, pero está impulsada por los personajes, cada uno tiene una manera distinta de manejar esa presión, me pareció que era una película clásica de crimen”, explica Dillon, al delinear la personalidad de su papel, “todos los personajes tienen razones para hacer el robo, sólo hay que saberlo explotar. Uno de ellos, por ejemplo, está a punto de perder su casa, algo que está sucediendo en la vida real en todo el mundo y quién no haría cualquier cosa para evitarlo”.

Fascinado por la maldad
Para robar los 42 millones de dólares, el personaje de Dillon debe convencer al impulsivo y peleonero Baines (Laurence Fishburne); al callado pero intenso Quinn (Jean Reno); al nervioso y vulnerable Dobbs (Skeet Ulrich), así como al renacido ex-convicto Palmer (Amaury Nolasco).Un elenco que de entrada luce sólido y con amplia experiencia en los terrenos de la acción.

Gran parte del filme se desarrolla en lugares cerrados, lo cual hace más grande el sentimiento de claustrofobia, que deseba el director Nimrod Antal (Vacancy).

Las películas de atracos a mano armada son un género favorito del cineasta nacido en Hungría. “Una vez preguntaron a un realizador francés por qué hacía películas de asaltos y él respondió que no tenía el valor de robar un banco, así que hacía películas sobre eso. Pensé que sería divertido jugar con esta idea”, apunta Antal.

El rodaje se efectuó en gran parte en una vieja fábrica de Fontana, California, en cuyo interior se desarrolla la trama.
El actor luce feliz, aunque un poco cansado. En menos de 24 horas viajó de Los Ángeles a Cancún y viceversa. No pudo ni siquiera tocar el agua de la piscina en el hotel donde se hospedó. Y lo lamenta.

“Creo que necesito tomar un poco de Sol para no parecer muerto”, exclama dándole el último sorbo a su taza con café.
Y vaya que le gustan los ambientes cálidos. Sorprende a propios y extraños cuando de la nada afirma que le gusta la música cubana, esa que escuchaba cuando viajaba en taxis de Nueva York. Dice que no baila nada, pero sí improvisa los pasos. “Y con este bigote creo que convenzo a las chicas”, dice Matt.

Bajo la mira de la ley
En 1987, Dillon apareció brevemente como policía en el video Fairytale of New York del grupo musical The Pogues y Kirsty MacColl, que fue éxito en Irlanda y en el Reino Unido.

“Creo que los policías se me dan y no se por qué”, dice entre risas.“Eso de estar corriendo de un lado a otro, esquivando balas, planeando cosas, como que me divierte”, añade.

Si alguien se asoma a su filmografía, descubrirá que Matt ha tenido una imagen entre galán y chico malo. Con el cabello largo o corto, pero casi siempre luciendo ese bigote que no deja de tocarse.

En Asalto al camión blindado vuelve a ser violento, aunque ahora con un perfil más calculador y con un cierto encanto. “Interpretar a un manipulador te suele permitir darle algún rasgo humorístico”, amplía Dillon.
¿Pero qué se puede prestar para el chiste en un asalto? Dillon sólo ríe. Y pide que la gente vaya a ver la película.
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