Entretenimiento
Matías Meyer reivindica la lucha de los cristeros
El tercer largometraje del director franco-mexicano fue exhibido con sala llena en el Festival Internacional de Cine de Toronto
Con base en el libro Rescoldo: los últimos cristeros, de Antonio Estrada (hijo del último coronel cristero), el director franco-mexicano, Matías Meyer, decidió hacer una película para reivindicar la lucha cristera como parte de la historia de México y la Revolución Mexicana.
“Quise reivindicar la lucha de los cristeros porque hay una idea generalizada incorrecta sobre ellos que los muestra como fanáticos religiosos manipulados por el clero. Los cristeros se levantaron en armas de manera autónoma, fue un movimiento popular integrado en su mayoría por campesinos que no querían que se controlara su libertad religiosa”, dijo Meyer.
“Es una película sobre la lucha por la libertad religiosa como cualquier otra libertad”, aclaró el director tras destacar que su idea de hacer este filme no fue para defender a la Iglesia Católica, sino para rescatar una parte de la historia de México.
Ascenso espiritual
La producción cinematográfica fue filmada en escenarios naturales donde sucedieron algunos episodios de la Guerra Cristera, como Guanajuato y Jalisco; y con pocos diálogos, trata sobre una guerra pero no hay un exceso de escenas de balazos. Son más los silencios y los acercamientos a los rostros de los cinco últimos cristeros que siguen su lucha hasta la muerte.
“Quise que la película fuera como un ascenso espiritual de los personajes, su lucha era por llegar a una altura espiritual, eso es un estado superior de conciencia. Quería una película intimista y atmosférica”, explicó Meyer.
El director mexicano fue asesorado por su padre el historiador Jean Meyer, quien asistió ayer al estreno mundial de la película.
“El movimiento de los cristeros fue una parte importante de la historia de México, ya que mientras con Francisco Villa se levantaron 30 mil hombres y con Emiliano Zapata unos 20 mil, las fuerzas cristeras aglutinaron a 50 mil, precisó Jean Meyer.
El filme de 90 minutos se proyectó con sala llena y al final el director, traído a Toronto por el Consulado de México en esta ciudad, respondió preguntas del público.
“Sobre los cristeros se han hecho como 10 películas, todas ellas ridiculizándolos, es por eso que quise hacer una película diferente”, agregó Meyer, después de su estreno al que asistió el actor y productor Gael García Bernal.
Dar voz y vida
Al ser cuestionado sobre por qué una película y no un documental, el director dijo que para hacer un documental “hubiera tenido que entrevistar a los antiguos cristeros, pero ya murieron y por eso tuve que recrear lo que vivieron, es como traerlos a la vida”.
Sobre cómo será recibida esta película en México, el director consideró que “va a echar luz sobre una etapa histórica muy desconocida en el país a la que no se le ha dado la difusión suficiente, una guerra civil terrible de la que pocos están enterados”.
Un ataque a la cultura
“Fue un ataque a la cultura de esa gente que estaba acostumbrada a bautizar a sus hijos, a casarse y de pronto estos ritos quedan prohibidos por el Gobierno; llegaron a la puerta del templo y ahí estaban escritas las reglas impuestas por el entonces presidente Plutarco Elías Calles que prohibían las congregaciones con motivos religiosos. Creo que tanto el Gobierno como la Iglesia fueron responsables por eso. Su lucha por el poder provocó la muerte de 250 mil personas en tan sólo tres años (entre 1926 y 1929)”, acotó el director.
''Quise que la película fuera como un ascenso espiritual de los personajes, su lucha era por llegar a una altura espiritual, un estado superior de conciencia'', Matías Meyer, director de Los últimos cristeros.
Más proyecciones
Estará en Morelia
Los últimos cristeros, una coproducción del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y Xolote, se proyectará hoy y el jueves en el Festival de Toronto para después hacerlo en octubre en los de Valdivia (Chile), Morelia y Montreal (Canadá).
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