Entretenimiento
María Victoria, gloriosa sensualidad del ayer
Considerada una de las grandes estrellas de la gran pantalla, la actriz tapatía abre su corazón
Inocencia, de la serie La criada bien criada, durante su visita a la Perla Tapatía en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) fue honrada con el Mayahuel de Plata por más de seis décadas de trayectoria en el mundo del Séptimo Arte y la televisión, fue consentida este fin de semana por las decenas de fanáticos que se tomaban la foto del recuerdo con ella, fue agasajada por sus compañeros actores y demás autoridades de la cultura y el cine que aplaudían su labor y su belleza, la que sigue conservando en cuerpo y alma; tiene 81 años y su porte de diva sigue intacto como cuando lucía los entallados vestidos corte sirena para deleitar a su público con el mítico tema Cuidadito, cuidadito y ese singular “pujidito” al interpretar las melodías que le robaban el corazón a sus admiradores masculinos.
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Suspirar por amor
Hace 39 años se quedó viuda del gran amor de su vida, Rubén Zepeda Novelo, pero se ha resguardado en el amor de su estirpe, incluso señala que para ella el público es su nuevo marido. Sus hijos son Rubén, Alejandro, Teté y María Esther y con orgullo presume que tiene ocho nietos y cuatro bisnietos. “Soy la mujer más feliz del mundo, con problemas en la vida de que se nos van seres queridos, compañeros, que eso duele mucho porque uno ya no los vuelve a ver, pero que no empujen (risas)”.
POR CIERTO
La sensualidad intacta
María Victoria rompió el esquema de las buenas costumbres de la sociedad de los años 50 cuando lucía en sus películas y teatro del pueblo sus vestidos entallados que le afinaban la cintura; con nostalgia recuerda que a veces no podía ni caminar de lo ajustados que estaban, sin embargo fue un ejemplo para otras mujeres que se atrevieran a mostrar su sensualidad. Sobre qué tanto ha cambiado el parámetro de lo voluptuoso y lo vulgar, la estrella señala que ella no puede opinar.
“Es otra época y hay que adaptarnos, no puedo criticar, a lo mejor a mí al principio también me criticaron, la juventud es otra forma de pensar, los vestidos también son de otra forma, antes eran las crinolinas y todo eso, yo fui la primera que salió con vestido pegado y hasta la liga de la decencia me prohibió y eso que yo no enseñaba nada”.
Quiere ser parte del nuevo cine mexicano
La última película que rodó fue en 1993, Las mil y una aventuras del metro de Antulio Jiménez Pons y desde entonces no ha participado en otra cinta, el que la llamaran para ella sería algo lindo en su carrera porque sabe que hoy en día hay jóvenes con mucho talento y con ideas que refrescan la pantalla. “Me encantaría volver al cine, pero el que yo quiero hacer a mi forma de actuar, me gustan los personajes muy humanos, del pueblo, no tengo tipo de rica, siempre me ponen de pobre , será por mi color (risas)”.
Señala que ahora ella da vida en telenovelas a la abuela o madre de las protagonistas así como otras compañeras que lo hacen con dignidad como Victoria Ruffo, precisamente en melodramas surgió el proyecto de trabajar en “La malquerida” del Güero Castro pero aún no sabe si pertenecerá a la historia.
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