Entretenimiento

Marco Treviño en la recta final

El actor considera que en México el éxito está en las buenas historias y no en los nombres taquilleros

GUADALAJARA, JALISCO (26/OCT/2012).- Marco Treviño hablaba por teléfono mientras se dirigía a una de las locaciones de ''Rosa Diamante'', novela que transmite Telemundo en Estados Unidos y que en México está por estrenarse. Estaba en pleno periférico del D.F. —decía— y entonces escuchó las sirenas. “Hubo un accidente” advirtió. Y comenzó a hablar de Raúl, su personaje en la serie Paramédicos, coproducción de Once TV, Lemon Films y la Cruz Roja Mexicana, un proyecto que lo tiene maravillado.

“Fue maravilloso conocer a los paramédicos de cerca y entender y valorar que lo que hacen, es reamente heroico. El 99% de los paramédicos son voluntarios, hay alrededor de 30 mil”, sigue diciendo con el ruido ensordecedor de las sirenas de fondo.

Este actor tapatío participa en la polémica cinta Memoria de mis putas tristes, dirigida por Henning Carlsen, misma que canceló su filmación en Puebla debido a protestas de pedofilia. Y por otro lado, también es parte del elenco en la película sobre el bulliyng Después de Lucía, el filme que hizo a Michel Franco ganador en Cannes. “La película se escribió para Cannes, y ganó”.

Hoy por hoy representa a México en la carrera por los premios Oscar. “Franco tenía clarísimo lo que quería”. Como el mismo Treviño tuvo claro al inicio de Capadocia del futuro del producto ante un trabajo bien hecho. Es muy normal escuchar a Marco hablar sobre la importancia de “cambiar” y “arriesgarse”. Y también sobre “la ceguera de muchos productores que siguen pensando que los actores famosos son los que hacen exitoso un proyecto”.

Este domingo se transmite el capítulo seis de Capadocia en su temporada final, por HBO (televisión por cable), serie en la que ha venido interpretando a Santiago Marín, un abogado que, como Teresa Lagos (Dolores Heredia), arrancó como hilo de conductor en la historia de este proyecto televisivo.

Actualmente es dirigido por el productor Sebastian Sánchez, en la obra de teatro Nuestras vidas privadas que se presenta en el Foro Shakespeare. Un año de trabajo de cambios, muy interior. “Me pasa que me voy asentando, este año empecé a tener consciencia en muchas cosas. Uno va valorando su propia situación, su profesionalismo para que otros puedan hacerlo”.

—Bueno, son cosas que tarde o temprano iban a llegar, ¿cierto?

—Sí, pero estaba acostumbrado a lo opuesto.

—Dicen que este año es el ciclo maya, ¿tomaste consciencia de algo?

—De mi trabajo, mi valor y mi nivel.

—¿Cómo terminas “Capadocia”? ¿Quién es “Santiago Marín hoy”?

—En un principio me descontrolé, nos alejamos (en términos de guión) de la esencia de la primera, pero creo que está tomando un camino muy interesante. No puedo hacer un juicio, apenas va el capítulo cinco, faltan ocho o nueve. Me deja muy satisfecho el nivel de producción, de dirección, las actuaciones. Sigo contento y feliz.

—Ahora que hablas de la valoración de ti mismo, qué importante es tener claro quién eres, ¿no te parece?

—Sí, tener claridad y seguridad de lo que estás haciendo y de quién eres. Educación, yo creo, experiencias de vida, tú estas seguro y el miedo desaparece.

—¿Para qué sirve el miedo?

—Para evitar daños, para prever el problema. Cuando rige tu vida en general, te paraliza. Sirve para justificar todo lo que no haces, para no arriesgarte. Decía Jorge Bucay que hay dos motivos en la vida del ser: el amor y el miedo. Cuando actuamos por amor todo sale bien y vives, experimentas, te arriesgas y sales adelante. Tienes el impulso. El problema es que cuando actúas a partir del miedo, te conviertes en el tímido, el destructivo, el temeroso, eres pasivo.

—El miedo no deja ver.

—Eres improductivo, no tomas riesgos y vives frustrado. La gente que actúa por amor ama a los demás, y la gente que actúa por miedo le teme a los demás.

—¿Cómo te vislumbras sin miedo?

—Quiero hacer más cine y hacer cine en Hollywood. Hay que prepararse y tengo pavor. En México hay muy pocos personajes de mi edad y de repente cuando sale un personaje, resulta que el director y el productor toman a alguien más joven y lo caracterizan.

—Dicen que la vida del actor es muy corta en México.

—El único actor taquillero es Derbez. ¿Qué es lo que sucede en el cine en México, que sabes que no vas a ganar dinero? Entonces para convencer a otros de que te den dinero te llevas a “fulanito de tal” que es famoso. Pero los mayores éxitos del cine mexicano no son con estrellas.

—Pienso en “Zapata” y en “Amores perros”, la primera con grandes estrellas de la música y la pantalla, y la segunda, en su tiempo, con actores desconocidos.

—Ahí está la película Suave Patria, con Omar Chaparro como actor y productor, y con Héctor Suárez. Todavía no hemos aprendido la fórmula para un cine exitoso... y para mí, es la historia.

—En la medida de tu historia conectas con el público.

—Sí porque logras dos cosas muy importantes, una es la empatía y por ella puedes lograr la compasión, compartir la pasión.

—¿Cuál es tu pasión?

—Actuar y sentirme vivo. En mi vida real no me permito vivir tanto, para mí la actuación es como mi guía alterna, donde sí realizo muchas cosas que no me atrevo a hacer, hay que darnos chance de disfrutar lo que logramos y sentirnos satisfechos.
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