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Maratón Guadalupe-Reyes, una fiesta para justificar los excesos navideños

La denominación Guadalupe-Reyes es el periodo de tiempo que va del 12 de diciembre al 6 de enero

CIUDAD DE MÉXICO.- De la Guadalupana al Día de Reyes, los mexicanos arrancan mañana su casi mítico Maratón Guadalupe-Reyes, la excusa más antideportiva y empleada para justificar las trasnochadas y los brindis del fin de año en este país.

En el imaginario popular, la denominación Guadalupe-Reyes es el periodo de tiempo que va del 12 de diciembre al 6 de enero, un ciclo de 26 días de festividades navideñas con un recorrido tan largo como una auténtica carrera de maratón.

Su popularidad es tan grande que genera 50 mil resultados de búsqueda en internet, además de tener una definición propia en Wikipedia y ser objeto de informaciones en la prensa mexicana que son casi una orden de salida del Lupe-Reyes, como también se le conoce.

El nombre fue tomado -dicen las crónicas- del operativo de fin de año establecido por la policía de la Ciudad de México desde la llegada de los peregrinos a la Basílica de Guadalupe hasta las frenéticas compras que tienen su fin en la noche de Reyes.

Sin nada que ver con el desgaste físico de correr 42,195 kilómetros, el más popular de los maratones mexicanos es realmente un periodo de bromas y de relajación sobre el abuso de la comida y de la bebida que se suele saldar con unos kilos de más entre quienes lo siguen.

Y como toda prueba seria, los competidores del Guadalupe-Reyes deben llegar bien preparados a fin de ser capaces de imponer récords ya que, sean profesionales o aficionados, todos tendrán su recompensa a su gran esfuerzo festivo.

Los competidores, más en broma que en serio, suelen ser siempre aquellos amigos que por estos días llegan a pasarse de copas, o quienes alargan la fiesta hasta el amanecer y aquellos que pasan días sin ser vistos.

Será ganador el osado que haya acumulado más fiestas y más brindis y será un 'héroe' aquel que presuma de energías de sobra para alargar su maratón al 2 de febrero, el epílogo de la travesía que son los tamales comprometidos en la rosca (roscón) de Reyes.

El mapa de recorrido de esta popular carrera comienza justo en el primer minuto del 12 de diciembre, con millones de peregrinos imbuidos en la celebración de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, la más venerada por los mexicanos.

Como el refranero les permite explicaciones ingeniosas para todo, los avispados participantes tiene a mano dichos como el "evita la cruda (resaca), permanece borracho" y el "Hasta San Antón, fiestas son", como excusas para alargar la competición.

En un segundo tramo están las pre-posadas, que se idearon para aguantar la llegada de las originales posadas que inventaron los misioneros para evangelizar a los indígenas y que hoy son pretexto para brindar nueve noches bajo el melódico "en nombre del cielo...".

Llega la Navidad y se siguen porque nadie olvida el año viejo ni el año nuevo hasta que, resacas más o menos, se alcanza la anhelada orilla del Día de Reyes.

Y como el competidor de estos maratones será todo un profesional, el final de esta antideportiva prueba es, simplemente, el comienzo de otro, el Reyes-Guadalupe, que comprende del 6 de enero al 12 de diciembre, porque nunca faltan excusas para seguir de celebración.
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