Entretenimiento
Manuel Landeta imprime sus villanías
Aunque en el pasado ha dado vida a mal intencionados personajes dice que encarnar a León explotar todavía más sus habilidades actorales
CIUDAD DE MÉXICO.- León Parra, de la telenovela Mar de amor, no cesa en dar muestras de su prepotencia en la historia protagonizada por Zuria Vega (Estrella) y Mario Cimarro (Víctor Manuel). Manuel Landeta, quien lo encarna, dice disfrutar al máximo de sus villanías, inspiradas en personajes como el de Catalina Creel.
De hecho, es así como describe a León: “Es un personaje poderoso, prepotente, vanidoso, egoísta, arrogante, que va por lo que él quiere. Toma de la vida lo que se le antoja y lo que no le sirve lo tira. Se cree merecedor de todo y nadie más. Por si fuera poco se considera infalible, y aunque no le salgan muy bien las cosas, él sigue insistiendo. Cuando creaba el personaje, pensaba en muchos villanos, como el de Catalina Creel”.
Aunque en el pasado ha dado vida a mal intencionados personajes, como el memorable Lucio Montemayor en Rubí (2004), el actor de 51 años dice que encarnar a León le ha permitido explotar todavía más sus habilidades actorales.
Explicó además que “disfruto mucho sacar esos comportamientos villanos y hacer travesuras que nunca en la vida real harías. Los villanos te llevan al extremo de las situaciones. Están en un punto donde no cabe la tibieza; en todo momento están en ebullición y provocando”.
Menciona en ese sentido que este matiz de caracter tan fuerte significa “un gran reto para quienes hacemos a los villanos, porque necesitamos tener ciertas condiciones especiales; no se trata de caer en el acartonamiento. Hay que procurar hacerlo lo más natural posible, pues hacerlo de esa manera ha tenido efectos positivos. Antes los productores y directores de cine no contrataban a los actores de televisión porque decían que nuestro trabajo se veía muy sobreactuado”.
En su justa medida
El actor afirma que la percepción del actor de la pantalla chica ha cambiado en los últimos años. “Afortunadamente, ahora los actores de televisión también tienen aceptación, desarrollo y desempeño en el cine” y agrega que la llegada de talentos de cine ha tenido mucho que ver en este crecimiento, aunque también destaca el interés de los propios actores por evolucionar. “Se han combinado varios factores. Los actores hemos ido evolucionando y transformándonos; nos hemos hecho más actuales en nuestra interpretación en base a la solicitud que el público hace al respecto. Ahora hay muy buenos actores que de repente están en la pantalla chica y que no los puedes desperdiciar por el hecho de trabajar en televisión. Los tienes que llevar al cine porque tienen una gran calidad interpretativa. Estos son los que abren brecha a los que van detrás”.
Al ser cuestionado sobre su interés en hacer cine, dice que por el momento no; se concentra al ciento por ciento en la telenovela. “Además, en este momento me siento muy bien haciendo televisión. Aunque no me cierro a estar en la pantalla chica, en el cine o el teatro. Diría que cada uno de ellos son mundos muy diferentes. De repente andas brincando de un lado a otro. En lo que respecta a mí, me interesa especializarme en todo; no me gusta ponerme límites”.
De hecho, es así como describe a León: “Es un personaje poderoso, prepotente, vanidoso, egoísta, arrogante, que va por lo que él quiere. Toma de la vida lo que se le antoja y lo que no le sirve lo tira. Se cree merecedor de todo y nadie más. Por si fuera poco se considera infalible, y aunque no le salgan muy bien las cosas, él sigue insistiendo. Cuando creaba el personaje, pensaba en muchos villanos, como el de Catalina Creel”.
Aunque en el pasado ha dado vida a mal intencionados personajes, como el memorable Lucio Montemayor en Rubí (2004), el actor de 51 años dice que encarnar a León le ha permitido explotar todavía más sus habilidades actorales.
Explicó además que “disfruto mucho sacar esos comportamientos villanos y hacer travesuras que nunca en la vida real harías. Los villanos te llevan al extremo de las situaciones. Están en un punto donde no cabe la tibieza; en todo momento están en ebullición y provocando”.
Menciona en ese sentido que este matiz de caracter tan fuerte significa “un gran reto para quienes hacemos a los villanos, porque necesitamos tener ciertas condiciones especiales; no se trata de caer en el acartonamiento. Hay que procurar hacerlo lo más natural posible, pues hacerlo de esa manera ha tenido efectos positivos. Antes los productores y directores de cine no contrataban a los actores de televisión porque decían que nuestro trabajo se veía muy sobreactuado”.
En su justa medida
El actor afirma que la percepción del actor de la pantalla chica ha cambiado en los últimos años. “Afortunadamente, ahora los actores de televisión también tienen aceptación, desarrollo y desempeño en el cine” y agrega que la llegada de talentos de cine ha tenido mucho que ver en este crecimiento, aunque también destaca el interés de los propios actores por evolucionar. “Se han combinado varios factores. Los actores hemos ido evolucionando y transformándonos; nos hemos hecho más actuales en nuestra interpretación en base a la solicitud que el público hace al respecto. Ahora hay muy buenos actores que de repente están en la pantalla chica y que no los puedes desperdiciar por el hecho de trabajar en televisión. Los tienes que llevar al cine porque tienen una gran calidad interpretativa. Estos son los que abren brecha a los que van detrás”.
Al ser cuestionado sobre su interés en hacer cine, dice que por el momento no; se concentra al ciento por ciento en la telenovela. “Además, en este momento me siento muy bien haciendo televisión. Aunque no me cierro a estar en la pantalla chica, en el cine o el teatro. Diría que cada uno de ellos son mundos muy diferentes. De repente andas brincando de un lado a otro. En lo que respecta a mí, me interesa especializarme en todo; no me gusta ponerme límites”.
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