Entretenimiento
Magneto revive el recuerdo
Se llevó a cabo el magno concierto de Magneto, en su gira del reencuentro
GUADALAJARA, JALISCO.- Explosivo fue el comienzo, pero también el final. Los recuerdos no se hicieron esperar y los reencuentros comenzaron incluso momentos antes de que Magneto saltara al escenario del Teatro Galerías el pasado sábado en el único concierto que ofreció la agrupación que a finales de los años ochenta y principios de los noventa se hiciera de miles de seguidoras.
Una vez que las fieles fanáticas de Mauri, Alan, Elías, Alex y Tono intercambiaran anécdotas en el lobby del lugar sobre aquellos días en los que la adolescencia era su principal dolor de cabeza, se dijeron dispuestas a revivir el gusto que las uniera entonces por la banda de pop, hubo incluso grupos de fans que llevaron a sus hijos vestidos al igual que ellas con playeras en las que el nombre de Magneto estaba impreso.
Una manta blanca que cubría el escenario escondía lo que para la mayoría de los asistentes significaría un momento de festejo donde el recuerdo sería el invitado principal. Entonces sucedió. A las 20:45 horas las luces se apagaron, Magneto apareció, y de inmediato atrajo la primera de las varias ovaciones y un coro constante que terminaría sólo hasta el final del recital, en el que una banda en vivo entregó acordes de temas como Mira mira, Tu mejor amigo, Sugar sugar, Mi amada y Cambiando el destino, ésta última en la que recordaron la película que llevó el mismo nombre.
“Hay algo que nunca cambia, y es el amor que sentimos por el público que nos regaló tantos y tantos éxitos”, comentó Alan emocionado al observar un recinto casi a su máxima capacidad. La promesa se cumplió y lo que nunca cambió en los noventa minutos de concierto fue la entrega de un público quien en todo momento agradeció ese vistazo al pasado y perdonó las varias desafinaciones que se escucharon por parte de los intérpretes.
“Es claro que tenemos un romance con ustedes”, expresó Alan, y agregó que “no vamos a poder olvidar esto, incluso en el momento en que volvamos a nuestras casas”. Y así, con el recuerdo vivo, tanto de los artistas con de los invitados al festejo, el encuentro sonoro terminó con una gran ovación y con decenas de fanáticas pidiendo a gritos una foto con alguno de ellos. Hubo quien sí lo consiguió y quien regresó a casa sólo con la grata experiencia de haber revivido un poco de su adolescencia. Era hora de volver al presente.
EL INFORMADOR / Altagracia Lizardo Medina
La nostalgia cuesta
Con respecto a los precios comunes de un foro como el Galerías, el costo del boleto resultó un tanto elevado, a decir de los asistentes, pues el más económico era de 450 pesos. Los souvenirs del evento no se quedaron atrás, y una taza se podía adquirir por 150 pesos, una playera por 200 o un disco doble por 250. Sin embargo, pocos se abstuvieron de comprar los artículos.
Una vez que las fieles fanáticas de Mauri, Alan, Elías, Alex y Tono intercambiaran anécdotas en el lobby del lugar sobre aquellos días en los que la adolescencia era su principal dolor de cabeza, se dijeron dispuestas a revivir el gusto que las uniera entonces por la banda de pop, hubo incluso grupos de fans que llevaron a sus hijos vestidos al igual que ellas con playeras en las que el nombre de Magneto estaba impreso.
Una manta blanca que cubría el escenario escondía lo que para la mayoría de los asistentes significaría un momento de festejo donde el recuerdo sería el invitado principal. Entonces sucedió. A las 20:45 horas las luces se apagaron, Magneto apareció, y de inmediato atrajo la primera de las varias ovaciones y un coro constante que terminaría sólo hasta el final del recital, en el que una banda en vivo entregó acordes de temas como Mira mira, Tu mejor amigo, Sugar sugar, Mi amada y Cambiando el destino, ésta última en la que recordaron la película que llevó el mismo nombre.
“Hay algo que nunca cambia, y es el amor que sentimos por el público que nos regaló tantos y tantos éxitos”, comentó Alan emocionado al observar un recinto casi a su máxima capacidad. La promesa se cumplió y lo que nunca cambió en los noventa minutos de concierto fue la entrega de un público quien en todo momento agradeció ese vistazo al pasado y perdonó las varias desafinaciones que se escucharon por parte de los intérpretes.
“Es claro que tenemos un romance con ustedes”, expresó Alan, y agregó que “no vamos a poder olvidar esto, incluso en el momento en que volvamos a nuestras casas”. Y así, con el recuerdo vivo, tanto de los artistas con de los invitados al festejo, el encuentro sonoro terminó con una gran ovación y con decenas de fanáticas pidiendo a gritos una foto con alguno de ellos. Hubo quien sí lo consiguió y quien regresó a casa sólo con la grata experiencia de haber revivido un poco de su adolescencia. Era hora de volver al presente.
EL INFORMADOR / Altagracia Lizardo Medina
La nostalgia cuesta
Con respecto a los precios comunes de un foro como el Galerías, el costo del boleto resultó un tanto elevado, a decir de los asistentes, pues el más económico era de 450 pesos. Los souvenirs del evento no se quedaron atrás, y una taza se podía adquirir por 150 pesos, una playera por 200 o un disco doble por 250. Sin embargo, pocos se abstuvieron de comprar los artículos.
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