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Luis Felipe Tovar, más allá del “set”

El actor, actualmente sin exclusividad, dedica su tiempo a la enseñanza de mejores actores para el futuro

CIUDAD DE MÉXICO.- Luis Felipe Tovar dice que actualmente va al cine para ver las películas donde no pudo participar, ya sea por sus compromisos con El Set, su escuela de actuación, o por el contrato que lo unía a TV Azteca.

Así, desde la butaca deberá observar el producto final de la película Cabeza de Buda o leer en los diarios lo que acontezca en Travesía en el desierto, que arrancará su rodaje en este mes.

Pero dice no estar enojado por ello. Al contrario. Este alejamiento le ha permitido tomar una perspectiva distinta sobre el cine mexicano. En los nonventa, este poblano de 47 años era uno de los rostros más dominantes del cine nacional. Una muestra: ganó consecutivamente tres premios Ariel por sus trabajos en Principio y fin (1994), El callejón de los milagros (1995) y Sin remitente (1996). En este nuevo siglo impactó con su interpretación de Elvis Quijano, un policía corrupto en Todo el poder.

Pero aclara sobre su presente: “Ni (estoy) olvidado o que no me hayan invitado los directores para filmar. Lo que pasa es que en los años anteriores le he dedicado las 24 horas del día a los proyectos de televisión. Durante mucho tiempo ese medio, por equis razón, me vedó la oportunidad de estar en él y, cuando me la ofreció, aproveché la oportunidad. “Incluso ahora que voy a ver una película para la que me invitaron digo: ‘¡chin!’, no pude estar. Pero, bueno, ha sido una decisión personal”.

En estos momentos se encuentra en pantalla con Me importas tú... y tú, donde tiene un papel pequeño. Y espera el estreno de Todos hemos pecado, El quinto mandamiento, El último evangelio y Tres.tres, donde aparece unos minutos. “Si hubiera seguido con el ritmo de producción que traía, creo que la gente hubiera terminado pensando que soy insoportable”, dice entre risas.

El entrevistado, fanático del equipo de futbol mexicano Cruz Azul, alcanzó más popularidad con sus personajes de Tito en Los Sánchez y Léonidas Galindo con Pobre rico... pobre, ambas telenovelas de Televisión Azteca.

Pero por afuera se daba tiempo para seguir dando clases a alumnos de todo origen. En su lista estaban: Omar Chaparro, Adrián Uribe, Sherlyn, Silvia Navarro y Sergio Basáñez, así como el padre José de Jesús Aguilar, del área de Radio y Televisión del Arzobispado de México.
“Dentro de este lapso que no se me ha visto he estado saliendo por todo el país llevando a diferentes partes los mismos talleres que aquí se hacen. Estamos estableciendo puentes en las entidades, generando alianzas, para no quedarnos encerrados y con la idea de que todo lo que sucede con el cine mexicano, pasa solamente aquí (en el Distrito Federal)”.

Toma las cosas con calma
Desde 1985 que comenzó su carrera, a Luis Felipe el cine le ha regalado buenos y malos momentos, como a todos los actores, pero a él en particular, le dio la posibilidad de ser un actor de éxito tanto en la pantalla grande como en la chica. En 1992 llegó uno de sus papeles más recordados; Gabriel Retes lo reclutó para el filme El bulto, que fue todo un fenómeno en taquilla y luego el mismo cineasta lo llamó para Bienvenido-Welcome, una comedia hablada en español e inglés en donde se tocaba el tema del Sida.

Esta década, Luis Felipe probó estar tras la cámara al frente de Luces de bengala, que sería su opera prima. Era productor junto con su entonces esposa. Y le gustó la experiencia. Pero por algunas diferencias, la película jamás vio la luz.

Ahora el actor no quita el dedo del renglón. Sabe que lo volverá a hacer. Pero no sabe exactamente cuándo. “Me siento privilegiado y también sé que tengo mucho por hacer. Ni me siento presionado, al contrario, me siento más libre para la próxima aventura”.

“El cine me ha dado la posibilidad de comunicarme, expresarme, existir y poder significar”
Luis Felipe Tovar, actor
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