Entretenimiento
Luis Eduardo Aute, el eterno aprendiz de todo
El cantante ibérico se presenta esta noche para compartir una velada de éxitos
Aute se encuentra en Guadalajara para presentarse en el Teatro Galerías. La cita es esta noche, donde espera encontrarse con sus fieles. Con quienes se enamoraron escuchando su música, los que pasaron un buen momento con su voz o los que se consolaron por un amor fallido. Para él es una noche especial.
“He compartido muchas menos veladas de las que yo quisiera con los tapatíos”, afirma en entrevista. “Felizmente, siempre que he venido, me reciben mejor que bien, y espero estar a la altura de las circunstancias, para que no me desprecien y me sigan llamando (risas)”.
Antes que cantautor, Aute se confiesa como un curioso, un irredento del aprendizaje, un aprendiz de todo. En la entrevista se confiesa, y deja de lado las poses del artista y la estrella. Expone sus temores y orgullos. Por unos momentos, es un soñador más.
—Muchos lo llaman cantante, pero usted ha explorado una amplia variedad de expresiones artísticas. ¿Siente que la etiqueta “musical” es corta, para todo lo que hace?
—Llevo toda mi vida metiéndome donde no me llaman. Me gusta usar distintas forma de contar cosas, de expresar ideas. Empecé a pintar desde muy joven. Me considero aprendiz de pintor, aprendiz de todo. Empecé a hacer exposiciones desde los 16 años. Al mismo tiempo se despertó en mí el interés por el cine y la música clásica, gracias a mi padre. Creo que mi primera educación fue la ópera, y luego la canción popular.
—¿Qué artistas lo influyeron en sus inicios?
—Son muchos nombres. Intérpretes franceses. Luego llegaron los brasileños, Atahualpa Yupanqui en Sudamérica, The Beatles, Bob Dylan. En mis primeros años yo era un apasionado lector de poesía, y quien es lector siempre intenta escribir algo. En esa época ya tocaba un poco la guitarra. Todo eso me llevó a escribir un poco poesía.
—¿Le gustaría que fuera la música el legado por el que lo recuerden?
—Con que me recordaran simplemente, ya es mucho. No me preocupa realmente cual será el legado que pueda dejar. No he hecho muchas cosas, probablemente sea por mis canciones, que es lo que me ha dado a conocer, porque llegan a mucha gente por los discos, la radio. Una exposición de pintura tiene menos difusión, y los libros de poesía, bueno, ¿quién vende libros en esta época? No me preocupa qué es lo que interese de mi trabajo cuando ya no esté aquí. Como ya no estaré vivo, no tendré por qué quejarme (risas).
—¿Qué tan fácil es conectar con el nuevo público, en una época donde el lenguaje se ha simplificado tanto, gracias a las redes sociales?
—Sí es difícil, y más porque ahora se está hablando peor el español, lamentablemente, y más en España. Hay una enorme simplicidad en el lenguaje que se utiliza, adulterado por muchas intromisiones de palabras anglosajonas, y a todo eso, en efecto, se agrega el fenómeno de internet, que es un lenguaje muy sintético, que adolece de la sintaxis y cualquier tipo de rigor literario y gramatical.
Me entristece mucho que sea así. Intento a través de mis canciones que tengan ciertas cualidades literarias. Mi intención, cuando comencé a escribir canciones, fue justamente salir del subgénero, que no se viera como un arte menor, detrás de la pintura, la poesía. Escribir una buena canción es igual o más complicado que escribir un buen libro o pintar un hermoso cuadro.
—¿Cómo se siente cuando descubre que su música ya es propiedad de la gente, que aquello que escribió ya se anidó en el gusto del público?
—Ojalá que sea así. Es el sueño de cualquier persona que sea creador de imágenes sonoras, de sonidos. Me siento muy feliz cuando escucho que una canción que escribí ya es de los demás, más que mía. Cuanto más diferente sea la versión, mejor. Ese es el objetivo de todo aquel que fabrica belleza.
Luis Eduardo Aute en concierto / Hoy, 20:00 horas / Teatro Galerías / Boletos de 300 a 600 pesos en taquillas del recinto
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