Entretenimiento

Ludwika Paleta y Daniela Schmidt, complicidad femenina

Las actrices llegan a Guadalajara para presentar 'Grito al cielo con todo mi corazón'

GUADALAJARA, JALISCO (02/OCT/2014).- ¿Quién no ha gritado al cielo con todo su corazón? Pues Ludwika Paleta y Daniela Schmidt han repetido la plegaria ya por varios meses y no sólo en México, también en Francia, recién desempacadas de tierras galas, las actrices llegan a Guadalajara para presentar un montaje donde encarnan a 11 mujeres distintas cada una, donde sólo hay 22 pares de zapatos como parte de la escenografía y donde no queda más espacio en escena que la confianza que se transmiten la una a la otra.

“Grito al cielo con todo mi corazón” es una obra de teatro que aborda las relaciones entre mujeres: madre e hija, amante y esposa, abuela y nieta y otras tantas conexiones sentimentales que puede vivir una mujer con otra mujer. “Es una obra que toca temas universales: las relaciones humanas, esas que están en todas partes del mundo”, explica Ludwika en exclusiva para esta casa editorial.

La puesta en escena escrita por Ximena Escalante bajo la dirección de Lorena Maza tiene la analogía de meterse en los zapatos del otro, experiencia que resulta fascinante a ambas actrices porque además son fieles admiradas del calzado femenino.

“Los zapatos hablan de las mujeres, los zapatos son un elemento esencial para todas, ya sea que te pongas tenis todos los días, eso habla de ti. No importa si son bajos, altos o botas, todos hablan de cómo la mujer se siente en ese momento. Son un accesorio muy femenino, los hombres no sólo no le ponen tanta atención a sus zapatos, voy a la sección de ellos y es aburridísima, en cambio vas a la sección para mujeres y hay  estilos, colores, plumas, lentejuelas, picos, de todos tamaños”, confiesa Ludwika mientras que reafirma que es compradora compulsiva de ellos y siempre está pensando en sus allegados para comprarles a ellos también.

“Es una gran coleccionista de zapatos, tiene muchos y le encanta prestarlos, ¡préstamelos Ludwika!”, dice Daniela, mientras que entre risas le reafirma Ludwika, “¡los que quieras!”  Y es que para Daniela ponerse el calzado de alguien más resulta hasta metafórico.

“Los zapatos se han convertido en la gran metáfora espiritual, no sólo de nuestros  tiempos, también en los inmemoriales, de decir: ‘ponte en los zapatos del otro’, si todos  hiciéramos ese ejercicio el mundo seria otras cosa. Entonces, no sólo son hermosos, hablan de nuestra personalidad,  hablan de  la gran metáfora de la existencia”.


¿Cómo explorarían ellas sus zapatos?


Daniela dice que en el montaje en la primera escena hay un par de zapatos que le quedan grandes y que tiene que caminar de un extremo a otro para no chanclear, pero su personaje amerita el esfuerzo. Para Ludwika meterse en los zapatos de una madre es más irresistible porque ella explica que ese rol le queda, “me siento la mamá de todos, que coman bien, que duerman bien, que se cuiden”, sin embargo con esta química que hay entre ambas, ¿cómo explorarían entre ellas mismas sus zapatos?

Y la primera en tomar la palabra es Ludwika. “A mí me gustaría ponerme sus zapatos (los de Daniela) y tener esa ecuanimidad y esa manera de ver las cosas y tomarlas con tranquilidad, siento que yo soy mucho más visceral y reacciono más rápido a las cosas que me molestan , Daniela escucha las cosas, las asimila y no reacciona inmediatamente, yo soy como cerillito”.

Mientras que Daniela apostaría a la claridad de Paleta. “Yo me pondría en los zapatos de Ludwika para experimentar lo que se siente tener la claridad que ella tiene de conducirse en toda circunstancia, sobretodo en el ámbito profesional que es el que a mí me toca experimentar, es una persona directa y clara desde el principio no hay manera de confundirse con ella”.


La confianza entre mujeres


A menudo la relación mujer-mujer es más conflictiva que la de hombre-hombre y tanto Ludwika como Daniela lo saben muy bien, tanto en el terreno de la obra donde experimentan roles femeninos y a nivel profesional donde la una y la otra se necesitan para sacar un montaje que desgasta emocionalmente.

“Yo sí creo que somos un poco más complicadas que los hombres, nos hacemos más bolas con las cosas,  tenemos relaciones más complejas, los hombres tienen un problema y se van a  echar un tequila y se dan dos zapes y con eso se arreglan y nosotras nos gritamos, nos jaloneamos y decimos: ‘¡tú me lo hiciste!’,  estoy caricaturizando y exagerando, pero así hacemos todas nuestras relaciones. Pero así como podemos ser solidarias y hacer grandes cosas juntas, también somos  capaces de destrozarnos y deberíamos aprender a ser más solidarias”.

Daniela enfatiza en que es importante la confianza profesional porque eso se refleja en vivo y a todo color. “Los actores y los artistas somos una fauna que estamos obligados a renunciar al género, a la edad, para contar una historia o conducir un barco o una nave, todos estos elementos que se requieren para poder transmitir una historia y la única manera de lograrlo es teniendo apertura y confianza absoluta”.

“Grito al cielo con todo mi corazón”, este 2 de octubre a las 19:00 y 21:30 horas. Boletos de 500 a 200 pesos.

EL INFORMADOR / KIKE ESPARZA
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