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Ludwika Paleta se despide de su lado sexy
En 'Volando bajo' encarna a una mujer humilde y enamorada
En entrevista organizada por la revista TopCinema para esta casa editorial, con el director Beto Gómez, Rodrigo Oviedo y Ludwika, la actriz comenta que en el filme encarna a “Toribia”, una mujer muy sumisa con un acento norteño peculiar que está enamorada de “Cornelio Barraza”, un amor que al principio parece ser correspondido y que tras el tiempo decae para él, pero no para ella. La actriz deja de lado su lado sexy para dar vida a esta mujer de trenza y mandil, una típica “güerita de rancho”.
“Mi personaje es muy bonito y entrañable, muy metida en sus pensamientos, muy hacia dentro, reservada, tímida como muchas mujeres. ‘Toribia’ es reprimida en sus sentimientos y sencilla, que no necesita más que un mandil y estar cerca de su familia, de sus raíces, son personajes que conectan con esa parte que somos todos”.
Sobre si Paleta era admiradora del cine de los ochentas, extravagante en sus personajes y con situaciones inverosímiles, la estrella confiesa que cuando surgió esta cinematografía ella era muy pequeña, pero sabe de la importancia de ese trabajo cinéfilo.
“Era chiquita en la década de los ochenta, no tengo muchos recuerdos del cine de esas épocas, yo más bien soy como noventera, pero creo que hay montón de gente que se identifica con eso y no sólo con la música, sino con los 'looks', los peinados, la ropa y el maquillaje que te transporta a una década y que siempre es grato tener esa sensación”.
Sobre el filme Ludwika asegura que “es una película muy blanca que pueden ver los niños junto con sus papás y su abuelo, llega mucho al corazón, si ninguna pretensión y sin más que ganas de pasarla bien y de sentir bonito”.
Da el grito
Aunado al estreno de su más reciente cinta, Ludwika Paleta también inició temporada en el teatro con la obra “Grito al cielo con todo mi corazón”, en la que comparte escena con Daniela Schmidt.
La puesta en escena aborda temas que van desde las relaciones entre mujeres hasta la reencarnación.
Comedia sin excesos
El universo cinematográfico mexicano se abre de nuevo a la comedia, género que hizo que en el 2013 la taquilla nacional repuntara y tuviera su mejor momento después de varios años. Ahora, la propuesta que llegará a la cartelera el próximo 26 de junio es “Volando bajo” del director sinaloense Beto Gómez (“Salvando al soldado Pérez”).
Este filme es un homenaje al cine de los ochentas que destacó por resaltar la cultura popular, esa que los más puristas no quieren recordar, pero que sí toman como un referente de lo “kitsch” de nuestra idiosincrasia.
El filme relata la vida de dos cantantes de música romántica estilo Los Temerarios o Los Bukis: “Chuyin Venegas” y “Cornelio Barraza”, mejor conocidos como “Los Jilgueros de Rosarito”.
Sobre “Volando bajo”, su director Beto Gómez apunta que lo que le interesa contar son historias que el espectador no sabe qué le van a producir. “La buena comedia es cuando no sabes si reír, llorar o asustarte, cuando los personajes no se hacen los chistosos, las mismas situaciones son las que te invitan a la comedia, las cosas más dramáticas resultan cómicas”.
En la piel de un cantante
A Rodrigo Oviedo una de las partes que más le llamaron la atención de esta película fue la caracterización, esa onda glam rock como él la llama que se adaptó a la cultura popular de los cantantes. Para él fue un reto personificar a “Cornelio Barraza”, un hombre de cabellera rubia y alborotada.
“A mí me llamó mucho la atención esto de las melenas largas, los cantantes de música popular romántica traían ese look que se deriva del glam rock, que viene desde David Bowie. Las portadas eras bonitas, personajes muy maquillados con estas greñas y eso viene a influenciar a la música y fue chistoso porque cuando teníamos los vestuarios parecíamos payasos, pero la realidad supera la ficción, ves el material de esos cantantes y nosotros hasta nos quedamos cortos, estos cantante parecían casi mujeres con esas sombras que se ponían”.
Sobre meterse en la piel de un cantante, Oviedo confiesa que primero se acercó con Beto para saber qué tono era el que el director quería. “Hicimos primero el disco y después ya nos fuimos a filmar la película para tener las canciones grabadas. Gerardo (Taracena) y yo nos íbamos dando cuenta de que el tono era esa onda romántica y cursi”.
Sobre trabajar con Gerardo, que da vida a “Chuyin Venegas”, Rodrigo señala que la química fue muy buena, “hicimos muy buena mancuerna en el 'set', es muy agradable, siempre te tiene muerto de la risa”.
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