Entretenimiento
Los productores de cine piden una palanca fiscal común para Iberoamérica
La petición hecha por los productores de cine, sería para que se invierta en el sector y no tenga que ver con él se beneficie de exenciones fiscales
CIUDAD DE MÉXICO.- Los productores de cine pidieron hoy en el
I Congreso de la Cultura Iberoamericana que se celebra en México y está dedicado al séptimo arte una "palanca fiscal común" en toda la región, para que quien invierta en el sector y no tenga que ver con él se beneficie de exenciones fiscales.
Tras hacer autocrítica, Pedro Pérez, presidente de la asociación que agrupa a los productores españoles (FAPAE), pidió durante una mesa redonda a los ponentes que aprovechen "este encuentro para llevar medidas concretas a los gobiernos de la región", que se reunirán en la Cumbre Iberoamericana de fines de mes en El Salvador.
Recordó que en España se han "conseguido unas medidas fiscales que están por encima de cualquier otra industria cultural", contempladas en la nueva Ley de Cine, y abogó por extenderlas a toda Iberoamérica.
Pérez está de acuerdo con otros muchos cineastas que han pasado por este congreso, como Antonio Banderas, y con el ministro de Cultura español, César Antonio Molina, quienes mantienen la teoría de que Iberoamérica necesita una distribuidora de cine común.
A juicio de estos expertos, en la distribución radica el gran problema de la industria iberoamericana.
"Una distribuidora que en cada país esté a la altura de las grandes mayoristas estadounidenses, porque hasta que no tengamos una buena distribución propia no podremos competir con el cine americano", sostuvo Pérez.
Pero advirtió de que Iberoamérica tiene que ser solidaria: "aunque tenemos la fuerza de la lengua, los estados de la región no tienen los mismos medios los unos que los otros y hay que conseguir que ningún talento deje de hacer películas porque las condiciones de su país no sean las propicias".
"El cine vive un cambio absoluto en costumbres de consumo y los cineastas no estamos a la altura de esos cambios, incluso en España los productores seguimos haciendo el cine como antaño", criticó Pérez.
Tan sólo 12 de cada 100 espectadores españoles que van al cine ve producciones nacionales y "no se llega a ese 25 por ciento que, aunque no sea una panacea, sería el deseado", anotó.
El presidente de FAPAE fue duro con los bancos y dijo que "nunca han visto en el cine una industria suficientemente rentable a la que ofrecer financiación".
Ahora recurren a todos los ciudadanos, incluso a los cineastas, para "lograr su fortaleza financiera", denunció.
La crisis económica actual obliga a las entidades financieras a volver a "la banca tradicional" y el cine "debe aprovechar esta oportunidad que obliga a cambiar las reglas del juego", reflexionó Pérez.
Otro productor y cineasta español, Gerardo Herrero, entonó también el "mea culpa" y pintó un panorama un tanto negro de la industria española, con el "cierre de unas salas" que "están copadas por el cine americano".
Herrero criticó además a las distribuidoras por "no involucrase y arriesgar nada".
También recordó que el cine de alquiler en España se "ha ido a la porra y aunque la venta se mantiene sólo es rentable con las grandes producciones".
Acusó al Gobierno español y a la oposición de no querer acabar con el tema de la piratería, "aunque la gente del cine no ha sido capaz de convencer al consumidor de que bajarse películas ilegalmente es un delito". EFE
Tras hacer autocrítica, Pedro Pérez, presidente de la asociación que agrupa a los productores españoles (FAPAE), pidió durante una mesa redonda a los ponentes que aprovechen "este encuentro para llevar medidas concretas a los gobiernos de la región", que se reunirán en la Cumbre Iberoamericana de fines de mes en El Salvador.
Recordó que en España se han "conseguido unas medidas fiscales que están por encima de cualquier otra industria cultural", contempladas en la nueva Ley de Cine, y abogó por extenderlas a toda Iberoamérica.
Pérez está de acuerdo con otros muchos cineastas que han pasado por este congreso, como Antonio Banderas, y con el ministro de Cultura español, César Antonio Molina, quienes mantienen la teoría de que Iberoamérica necesita una distribuidora de cine común.
A juicio de estos expertos, en la distribución radica el gran problema de la industria iberoamericana.
"Una distribuidora que en cada país esté a la altura de las grandes mayoristas estadounidenses, porque hasta que no tengamos una buena distribución propia no podremos competir con el cine americano", sostuvo Pérez.
Pero advirtió de que Iberoamérica tiene que ser solidaria: "aunque tenemos la fuerza de la lengua, los estados de la región no tienen los mismos medios los unos que los otros y hay que conseguir que ningún talento deje de hacer películas porque las condiciones de su país no sean las propicias".
"El cine vive un cambio absoluto en costumbres de consumo y los cineastas no estamos a la altura de esos cambios, incluso en España los productores seguimos haciendo el cine como antaño", criticó Pérez.
Tan sólo 12 de cada 100 espectadores españoles que van al cine ve producciones nacionales y "no se llega a ese 25 por ciento que, aunque no sea una panacea, sería el deseado", anotó.
El presidente de FAPAE fue duro con los bancos y dijo que "nunca han visto en el cine una industria suficientemente rentable a la que ofrecer financiación".
Ahora recurren a todos los ciudadanos, incluso a los cineastas, para "lograr su fortaleza financiera", denunció.
La crisis económica actual obliga a las entidades financieras a volver a "la banca tradicional" y el cine "debe aprovechar esta oportunidad que obliga a cambiar las reglas del juego", reflexionó Pérez.
Otro productor y cineasta español, Gerardo Herrero, entonó también el "mea culpa" y pintó un panorama un tanto negro de la industria española, con el "cierre de unas salas" que "están copadas por el cine americano".
Herrero criticó además a las distribuidoras por "no involucrase y arriesgar nada".
También recordó que el cine de alquiler en España se "ha ido a la porra y aunque la venta se mantiene sólo es rentable con las grandes producciones".
Acusó al Gobierno español y a la oposición de no querer acabar con el tema de la piratería, "aunque la gente del cine no ha sido capaz de convencer al consumidor de que bajarse películas ilegalmente es un delito". EFE
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