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Los años cincuenta en el celuloide

Los cineastas revelan historias que iluminan los temas sobre la política actual

ESTADOS UNIDOS (08/DIC/2015).- Ante el temor a los ataques inesperados de amenazas externas, batallas por la libertad de expresión y tensiones por la desigualdad, no es de sorprender que la década de 1950 se esté imponiendo en el cine. Los cines están llenos de historias de la persecución por supuesto comunismo de “Trumbo” al drama del romance lésbico de “Carol” que ilustran la paranoia de la Guerra Fría y el sofocante ambiente social en la década que fue sinónimo de Eisenhower, los suburbios y la amenaza de la bomba atómica. Parece que al regresar a la década de los cincuenta, los cineastas descubren historias que iluminan la política de la actualidad.

Primero llegó “Bridge of Spies” de Steve Spielberg un thriller sobre espías que en el fondo trata de la justicia que Estados Unidos con los enemigos capturados y la fortaleza moral de un individuo (Tom Hanks) para imponerse a una ola de patriotismo extremo.

Tras la captura en 1957 del espía ruso Rudolf Abel (Mark Rylance), James B. Donovan (Hanks) sufre para defender a Abel en los tribunales, un derecho que pocos están de acuerdo debe tener. La segunda mitad de la película, en la que el piloto estadounidense Gary Powers es derribado en la Unión Soviética, recuerda (haciendo eco de la situación de los detenidos en Guantánamo) la importancia de tratar a los prisioneros de guerra de la manera que un país quisiera que fueran tratados sus combatientes detenidos en otros países.

Para Spielberg, quien recuerda ocultarse bajo su escritorio en la escuela durante simulacros de bombardeos, esa época de su juventud está ligada al presente.

“Hay tantas cosas de finales de los cincuenta relevantes para la actualidad”, dijo Spielberg. “Viví la Guerra Fría y estaba muy consciente ante la posibilidad de caminar por la calle y ver una luz blanca y ser atomizado. Estaba muy consciente del momento tan delicado e inseguro que era, especialmente para los jóvenes”.

En “Trumbo” el director Jay Roach revive uno de los capítulos más oscuros de Hollywood cuando Dalton Trumbo (Bryan Cranston) y otros guionistas y directores del grupo llamado “Los Diez de Hollywood” fueron puestos en una lista negra de los estudios tras negarse a responder preguntas sobre su involucramiento con el Partido Comunista en una investigación de una comisión del congreso llamada Comité de Actividades Antiestadounidenses (HUAC por sus siglas en inglés).

Cientos de artistas más, sospechosos de posturas políticas “antiestadounidenses”, no pudieron trabajar por años. La HUAC fue un presagio de la cruzada anticomunista de Joseph McCarthy “Hay periodos en los que el miedo toma el poder, la última vez fueron estos últimos 14 años”, dijo Cranston, quien hizo un paralelo con la vigilancia que se desató por los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Aunque el clima de la época de “Trumbo” era más tenso que ahora, la retórica reciente por los refugiados Sirios y los derechos de los musulmanes en Estados Unidos, le ha recordado a algunos la política de la época. “En nuestro ambiente político, en estos días, el uso del miedo, el escándalo y la victimización es muy común”, dijo Roach. “Creo que es una película de ahora como lo es de esa época”.

Intentan boicotear a Tarantino

Algo que también parece salido de la época son los boicots. Grupos de policías han dicho que boicotearán “The Hateful Eight” de Quentin Tarantino después de que el director protestó contra la violencia policiaca. Tarantino ha aducido sus derechos de libertad de expresión.

“Todavía sigue pasando de diferentes maneras”, dijo Nikola Trumbo, hija de Trumbo. “Hay chicos de raza negra que a los que les disparan todos los días. Que este país construya una pared para mantener fuera a nuestros vecinos latinos es escandaloso. Y también está el caso de Edward Snowden”.

“Carol” es el segundo viaje del director Todd Haynes a los años cincuenta tras la cinta nominada al Oscar “Far From Heaven” (2002), una historia al estilo de un melodrama de Douglas Sirk sobre una ama de casa de Connecticut (Julianne Moore) cuyo esposo (Dennis Quaid) es gay y comienza una aventura con un hombre negro (Dennis Haysbert).

En la nueva película Haynes, adaptada de la novela de Patricia Highsmith publicada con un seudónimo bajo el título de “The Price of Salt”, el director nuevamente revisa el drama de la estricta moral de la década. Cate Blanchett y Rooney Mara interpretan a dos mujeres en un romance, mencionado en una “cláusula moral” cuando el esposo de Blanchett pide la tutela de sus hijos.

“Quizá estamos en peligro al subestimar cuánto se estaba cocinando en los años cincuenta que se volvió evidente en los sesenta”, dijo Haynes. “Se estaban haciendo muchas preguntas y se expresaba mucha ansiedad e inconformidad”.

Estas tensiones se presentan en “Brooklyn”, la adaptación de Colm Toibin de la historia de una inmigrante irlandesa (Saoirse Ronan) que llega a un Nueva York no tan diferente al presentado en “Carol” donde las mujeres que trataban de abrirse camino tenían libertad, pero también muchas restricciones.

Que estas películas hayan llegado con semanas de diferencia puede tener mucho de coincidencia (El guion de “Carol” fue escrito por primera vez hace 18 años), pero queda claro que ninguna década ofrece una mezcla tan atractiva de misterio e inconformidad chocando discretamente como los años cincuenta.
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