Entretenimiento
Llaman a Emilio Larrosa una institución
El director mantiene su postura de vital importancia para la televisión mexicana
CIUDAD DE MÉXICO.- Para un hombre que lleva 50 años de carrera faltan palabras para escribir con atino lo trascendente que ha sido su trabajo. Emilio Larrosa, o “Don Emilio”, como le dicen sus amigos que no pueden evitar el “Don” como muestra de respeto y admiración, es, en pocas palabras, toda una institución para la historia de la televisión en México.
Tan importante ha sido su trabajo como productor que hay quienes aseguran que es uno de los pocos personajes que, pese a la crisis y cambios en Televisa en los últimos años, mantiene su contrato de exclusividad con la televisora.
A lo largo de su carrera ha recibido muchos elogios, pero también, de manera natural, ha provocado todo tipo de críticas cuando se dice que sus telenovelas son vulgares o populares.
Hoy el televidente puede ser testigo de su trabajo con Hasta que el dinero nos separe, protagonizada por Itatí Cantoral -quien con su personaje de Alejandra encarna a una mujer adinerada que atraviesa por problemas económicos- y Pedro Fernández (Rafael) -representando al chavo de barrio.
Pero la crítica no le quita el sueño; él conoce muy bien, como conoce la palma de su mano, lo que es hacer televisión, pues cabe mencionar que él no se inició en el entretenimiento con los melodramas, sino con programas de noticias y culturales. “Desde muy joven me apasionó la televisión. Me interesé por muchos temas, ir descubriendo el mundo de la televisión”.
Ahora bien, hablar de su talento como escritor es más que admirable. Ejemplo de ello fue Muchachitas, éxito de 1991 que Larrosa escribió y del que realizara su remake en 2007.
Sin “límites” que ponerse, porque quizá en su vocabulario no existe esa palabra, Emilio Larrosa Irigoyen también se convirtió en el primer productor que llamó a las cosas por su nombre, como por ejemplo, a la cocaína, en Soñadoras (1998). “Han sido temas que han interesado a la gente porque son cosas que se viven en la vida cotidiana. He aprendido mucho como productor y lo que he logrado se lo debo a mi empresa Televisa por su apoyo”, manifiesta quien añade a su lista de experiencia la incursión en diferentes géneros como los deportivos, musicales y artísticos.
Tan importante ha sido su trabajo como productor que hay quienes aseguran que es uno de los pocos personajes que, pese a la crisis y cambios en Televisa en los últimos años, mantiene su contrato de exclusividad con la televisora.
A lo largo de su carrera ha recibido muchos elogios, pero también, de manera natural, ha provocado todo tipo de críticas cuando se dice que sus telenovelas son vulgares o populares.
Hoy el televidente puede ser testigo de su trabajo con Hasta que el dinero nos separe, protagonizada por Itatí Cantoral -quien con su personaje de Alejandra encarna a una mujer adinerada que atraviesa por problemas económicos- y Pedro Fernández (Rafael) -representando al chavo de barrio.
Pero la crítica no le quita el sueño; él conoce muy bien, como conoce la palma de su mano, lo que es hacer televisión, pues cabe mencionar que él no se inició en el entretenimiento con los melodramas, sino con programas de noticias y culturales. “Desde muy joven me apasionó la televisión. Me interesé por muchos temas, ir descubriendo el mundo de la televisión”.
Ahora bien, hablar de su talento como escritor es más que admirable. Ejemplo de ello fue Muchachitas, éxito de 1991 que Larrosa escribió y del que realizara su remake en 2007.
Sin “límites” que ponerse, porque quizá en su vocabulario no existe esa palabra, Emilio Larrosa Irigoyen también se convirtió en el primer productor que llamó a las cosas por su nombre, como por ejemplo, a la cocaína, en Soñadoras (1998). “Han sido temas que han interesado a la gente porque son cosas que se viven en la vida cotidiana. He aprendido mucho como productor y lo que he logrado se lo debo a mi empresa Televisa por su apoyo”, manifiesta quien añade a su lista de experiencia la incursión en diferentes géneros como los deportivos, musicales y artísticos.
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