Entretenimiento
Las luces y sombras de Jorge Sánchez
El nuevo titular del Imcine ofrece su diagnóstico sobre el Instituto y del FICG, festival que dirigió durante cinco años
"Este trabajo no permite tener un solo respiro al día", afirma desde el otro lado de la línea el flamante titular del Imcine. La entrevista es al mediodía y no oculta su cansancio ante la multitud de juntas, reuniones y charlas que sostiene todos los días desde hace siete semanas. Confiesa que no le pasó por la cabeza la cantidad de trabajo que se iba a encontrar en la dependencia. No es algo que le espante, aunque sabe que hay mucho que hacer.
Antes de asumir el papel de cabeza del Imcine, Sánchez Sosa "jugó el otro lado", como el mismo menciona. Primero trabajando en pequeñas producciones independientes. Luego produciendo películas de gran calado. A veces aliado, a veces enfrentado con el Imcine. Su nombre aparece en los créditos de proyectos como Lola, Cabeza de Vaca, Danzón, Cronos, El jardín del Edén, El evangelio de las maravillas, El coronel no tiene quien le escriba, En el país de no pasa nada y La perdición de los hombres, entre otros.
La entrevista con Jorge Sánchez se da entre junta y junta. Tiene 10 minutos libres, pero los aprovecha al máximo. Promete que no va a matizar sus palabras al lanzar un diagnóstico demoledor sobre el Imcine, la realidad fílmica nacional y el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
Ser titular del Imcine le permite tener una visión global del Séptimo Arte mexicano, ¿Cómo lo encuentra?
"Lo más relevante, como lo consignamos en el Anuario Estadístico del Cine Mexicano de 2012 que se presentó en el FICG, es tuvimos un gran incremento en la producción de películas.
Estamos hablando de que el año pasado se rodaron 112 películas, y eso siempre es muy alentador, porque son historias muy diversas, que reflejan una gran variedad de opiniones, y eso siempre es positivo para una filmografía".
Ser titular del Imcine implica, muchas veces, tener un discurso triunfalista, ¿no le encontró nada malo al cine nacional?
"Bueno, en términos específicos de nuestra relación con el público, no podemos echar las campanas al vuelo, porque hemos tenido en los últimos años un descenso tremendo en relación al número de espectadores que ven cine mexicano en las salas comerciales. Y eso si es algo muy preocupante".
¿Qué van a hacer?
"Vamos a ver cómo podemos afrontarlo, pero es preocupante que por un lado tengamos un incremento en la producción de cine, y por el otro, no sepamos a dónde va el espectador nacional".
Usted estuvo muchos años "del otro lado" del Imcine, ¿es cómo lo imaginó?
"(Silencio) El Imcine tiene una dimensión enorme. Es cierto. A mí me había tocado relacionarme con el Instituto desde el otro lado de la mesa, como productor.
Lo que yo me imaginaba en término de actividades, en término de número de empleados, de actividades derivadas del cargo de director de Imcine, pues pensé que eran menores, y lo digo sin amargura, sino en términos de poder reconocer la cantidad de trabajo, funciones y responsabilidades que acarrea el puesto".
¿Qué quiere cambiar del Instituto?
"Es un momento de clave en relación a lo que puede ser la modernización del Imcine.
Yo apenas me estoy empapando, para tener un panorama de la situación lo más completo posible, y lo que es obvio es que estamos operando sobre mecanismos que eran efectivos en (la década de) los años noventa, pero no lo son ahora. Estamos ante la realidad que enfrentamos, y esos mecanismos van a tener que cambiar".
EL INFORMADOR realizó un sondeo recientemente entre la prensa que cubre el FICG, y la opinión general es que se volvió "demasiado grande", ¿usted concuerda con esa visión?
"Me di cuenta de eso durante la reunión del patronato (organizador), que se realizó el domingo pasado (3 de marzo).
Pienso que en el momento en que yo fui el director del FICG (2006-2010), se me pasó la mano. Creo que fui víctima de una enfermedad llamada "seccionitis", y la programación se dispersó demasiado, y creo que eso es algo de lo que está consciente el director actual, Iván Trujillo".
¿Hay remedio a esa enfermedad?
"Queda el tiempo perfecto para poder tomar las decisiones que impliquen una restructuración y digamos que respetar o mejor dicho, focalizar la atención hacia el cine nacional.
Digamos que todo lo referente en las áreas de industria y mercado, el FICG está bastante sano, pero habrá que esperar el fin del festival para que los participantes expresen su opinión al respecto".
Recientemente se generó una discusión en algunos medios sobre por qué el FICG no es un "festival clase A", según la Federación Internacional de Productores de Películas (Fiapf, por sus siglas en inglés). ¿Cree que eso si es un problema para el encuentro, o es una polémica estéril?
"Estéril totalmente. Ese criterio responde a las necesidades de la Fiapf, que tienen una visión, muy acorde con sus intereses, de lo que ellos piensan que deben ser la clasificación de los festivales.
Ahora, y lo digo de manera muy clara y terminante: Efectivamente, cuando tuve la oportunidad de dirigir el FICG, durante cinco años, hubo acercamientos al respecto de entrar en la clasificación A, pero nos hubiera metido en 'camisa de fuerza' que no era necesaria. Eso en aquel momento.
Las consideraciones que se puedan hacer ahora para acceder a esa clasificación pueden tener otros criterios, y por lo tanto tomarse decisiones que no tengan que ver con las del pasado. Allí lo que es fundamental es una evaluación por parte del patronato".
En México han brotado en los últimos años muchos festivales y muestras de cine, ¿es saludable tener tantos, o se corre el peligro de que unos se "pisen" a otros y se reste atención entre sí?
"La meta que debe tener todo festival es lograr un perfil que le permita destacarse dentro de todo ese panorama, digamos, festivalero de eventos y de muestras.
Lo que sí veo es que hay muchos festivales más a capricho de algún político en turno, o producto la necesidad de buscar la sobrevivencia digna por parte de algunos cinéfilos; pero a la vez, veo que dentro de esa base tan extensa, hay eventos que sí son especialmente fascinantes, no por su tamaño, sino por su perfil. Y esos son los que valen la pena".
Una apuesta exitosa
Jalisco animado
Aunque su lugar de trabajo se encuentra ahora en la Ciudad de México, Jorge Sánchez sigue prendado de la realidad cinematográfica jalisciense, y reconoce que en años pasados se sembraron semillas que ahora están dando frutos.
"Dentro de las10 películas más taquilleras el año pasado, siete u ocho son de dibujos animados, y aprovecho para felicitar a Guadalajara, que desde hace muchos años tuvo la paciencia y la pasión para emprender el camino de la animación", afirma el también productor, al recordar la labor que se realiza ahora en el Chapala Media Park, el colectivo de Batallón 52 y de directores como Sofía Carillo (Prita Noire) y Erick del Ángel (Electrodoméstico).
Navega: www.imcine.gob.mx
AGENCIA INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ
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