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Lagos proyecta un museo de arte sacro

La Dirección de Cultura municipal adecuará un espacio para exhibir las piezas litúrgicas que han registrado desde hace cuatro años

A pesar de la dificultad de inventariar el arte sacro en nuestro país, en Lagos de Moreno la Iglesia dio luz verde para inventarear y restaurar algunas piezas (labor que ha encabezado el Ayuntamiento) y adecuar un espacio para exhibirlas en el interior del Templo de las Capuchinas, en el cual ya se exhibieron 15 piezas con la idea de que se convierta en un museo a finales de 2009.

El titular de la ventanilla única del INAH en Lagos de Moreno y del Museo Agustín Rivera, Fernando Solana, señala que se unirán al proyecto que encabeza la Dirección de Cultura municipal con el objetivo de que “los bienes sean concentrados en un lugar donde se conserven, restauren, muestren al público y se cataloguen, porque el arte litúrgico tiene el problema de que no está inventariado y el INAH es la instancia obligada a proteger esos bienes; el museo es benéfico para todas las partes”.

El templo de las Capuchinas es usado actualmente para el culto, pero tiene tres anexos (dos de ocho por 10 metros y otro seis por ocho) que serán adecuados como museo pues permite que las piezas no salgan de la iglesia y que se exhiba arte de otros templos de la región Altos de Jalisco.

El Ayuntamiento comenzó en 2004 a registrar las piezas con el permiso del párroco de Nuestra Señora de la Asunción, el cura José Luis Aceves, de las cuales 15 ya están restauradas y exhibidas al interior del templo de las Capuchinas como “una pequeña prueba de lo que será el museo de arte sacro. Mientras seguiremos con el catálogo, porque es un proyecto que no hemos terminado, es un proceso lento a nuestras posibilidades, pero hemos recibido apoyos del Gobierno del Estado y de la ECRO (Escuela de Conservación y Restauración de Occidente)”, señala el director de Cultura municipal, Eduardo Mata.

Hasta el momento han sido registrados objetos de los templos San Miguel de Buena Vista, Capuchinas y el Pirulí, con recursos reunidos por los feligreses.

“El proyecto inició únicamente para el registro y protección del patrimonio, pero ahora que tenemos las piezas reunidas vimos la necesidad de mostrarlas. El INAH nos ayudó en la exposición que hicimos en marzo, fue como una prueba y el señor cura está convencido del proyecto”, comenta Mata.

Los objetos de arte registrados son principalmente pinturas y esculturas que se encuentran al culto, en secciones de lo que fue el claustro, la sacristía y bodegas, anónimas en su mayoría (a excepción de La Guadalupana firmada por José de Alcibar en 1761) y son de entre el siglo XVII y el XIX.

Fernando Solana comenta que el proyecto está muy avanzado y “accesible, porque ya tenemos el espacio, las piezas, la disponibilidad”, solo faltan los permisos para intervenir el edificio (de Monumentos Históricos del INAH), un convenio (formal) con la jerarquía católica, “y entonces tendremos dos centros culturales conectados, porque Capuchinas colinda con el Museo Agustín Rivera (que también encabeza el escritor) y la población podrá ver los bienes de arte sacro y el INAH tendrá la garantía de que ahí se protegen”.

La Secretaría de Cultura ya dio el visto bueno para asignar recursos en 2009, pues se tendrá que hacer un rescate de los muros porque “se rumora que existen murales detrás de la pintura”, advierte el titular de Cultura.

A pesar del esfuerzo de catalogación, aún no han sido analizadas las piezas y falta bastante trabajo en la catalogación; ni siquiera existe un estimado de objetos de arte sacro ni en la región ni en el Estado.
El argumento del INAH siempre ha sido la poca disposición de la Iglesia católica. Fernando Solaña señala que en este caso el problema es de recursos humanos y económicos.

Piezas
La Guadalupana
La muerte de San José
Dos San Antonios
La coronación de la Virgen de San Juan
La cuarta estación
El divino pastor
Alegoría con custodia
Anagrama de las tres personas
Dos bancas de mezquite del siglo XVII que pertenecen al confesionario
Dos estofados de Santa Ana y San Joaquín, en proceso de restauración
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