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La voz sincera de Gioconda Belli

La escritora nicaragüense será reconocida en la FIL por su novela El infinito en la palma de la mano

GUADALAJARA, JALISCO.- Él cree que quizá lo mejor sería no alejarse de la frontera del Paraíso por si Dios se lo piensa mejor y los busca. Ella teme que eso sea imposible… Ambos se plantean que, desde ahora, tendrán que buscarse la comida, o sea, matar para comer. Y luego está el decidir por sí mismos. ¿Seguro que estaban creados para eso? Es el tipo de reflexiones que se plantean Adán y Eva en El infinito en la palma de la mano, la sorprendente novela con la que la poetisa nicaragüense Gioconda Belli (Managua, 1948) ha obtenido el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2008, convocado por la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) y la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Y será en el marco de la celebración de esta importante cita literaria cuando Belli reciba el próximo 3 de diciembre los 10 mil dólares con que está dotado el galardón, que contempla también la opción de que la obra ganadora sea traducida al inglés y publicada por la editorial Curbstone Press.

En El infinito en la palma de la mano, la autora "enfrenta el reto de escribir una historia conocida por todos y hacerlo de manera novedosa e interesante, reafirmando con ello la idea de que las historias son siempre las mismas y que la literatura crece con la capacidad de los escritores para contarlas de nuevo", manifestó en su fallo el jurado del Premio Sor Juana 2008, integrado por Eduardo Antonio Parra, Margarita Valencia y Martha Cerda.

"No hablo tanto del pecado original o de si la expulsión es buena o mala, sino de las enormes contradicciones de la condición humana, de no aceptar lo infinito, la muerte, la crueldad…", argumenta Belli sobre su obra, que también obtuvo en febrero el Premio Biblioteca Breve 2008 de la editorial Seix Barral. Su tono lírico, unido a toques fantásticos, es el que ha puesto al servicio del origen de los tiempos. "No soy religiosa, pero quería revisitar el mito fundacional de las culturas, hallar lo desconocido de lo conocido".

Pese a su dominio del lenguaje, Belli (autora de una decena de obras, entre ellas los galardonados poemarios Línea de fuego y Mi íntima multitud y las novelas La mujer habitada y Waslala, entre otras), admite que le costó encontrar "la voz que respetara la antigüedad, la magia y lo inexplicable". Al final se dejó guiar por Eva, que le fue tendiendo "un hilo plateado", siempre por el laberinto más o menos ortodoxo del Génesis, si bien admitió cierta influencia de los libros apócrifos.

El mayor reto para la autora fue "mantener el interés por una historia archiconocida", compenetrarse con los personajes "sin alterar la historia" y encontrar "la voz que narrase sus peripecias" y al mismo tiempo "respetase la antigüedad".

Poeta, novelista, ensayista, guionista de radio y televisión, su permanente compromiso social -se opuso a la dictadura de Anastasio Somoza y fue militante en la década de 1970 del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)-, su indagación en la sexualidad femenina y el carácter ético de su celebración del cuerpo y de la realidad material orientan una escritura original, directa, provocativa, intensa y llena de matices, particularmente en el género poético. "La poesía me sobrepasa, yo no logro sobrepasarla -reconoce-. La poesía me viene como un rayo del cielo, la poesía es un medio íntimo y la novela es un medio más propio para comunicar otras cosas que mes imposible a través del verso. Ambos medios son buenos y cada cual tiene su particularidad. A mí me encanta escribir novelas, porque me permite una concentración a largo plazo, me siento arquitecta de un mundo; en el caso de la poesía, es más como un médium".

Gioconda Belli destaca en las letras hispanoamericanas contemporáneas. Fresca y vitalista, profundamente personal, tiene un estilo que escapa a cualquier corriente o escuela. Erótica, feminista y revolucionaria, su voz sincera es un salto hacia el mundo. Sobre su poesía, dice el escritor José Coronel Urtecho: "Leyendo una vez más a Gioconda Belli, como acostumbro hacerlo, me dan ganas de compararla, o por mejor decir, de ponerla a la par, no solo de todas las grandes poetas que han existido desde Safo… de las pocas mujeres que han hecho franca y sincera poesía de amor".

Después de El infinito en la palma de la mano, que le ha enfrentado también al desafío de mantener un tono poético sin impedir la fluidez narrativa, a Belli le gustaría escribir una novela más política que hable sobre el desencanto. "Veremos si se me ilumina la bujía", apunta.

"Me encanta escribir novelas, porque me permite una concentración a largo plazo, me siento arquitecta de un mundo; en el caso de la poesía, es más como un médium"
Gioconda Belli, poetisa y narradora
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