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La vida es dura, seas famoso o no: Woody Allen
''La vida es dura, seas famoso o no, pero al fin de cuentas, si hay que elegir, es mejor ser famoso'', dice el director, fiel enamorado de Nueva York
El cineasta estadounidense de 76 años conversó con la prensa para promover "A Roma con amor", que se estrena este viernes en Estados Unidos y entre la semana próxima y julio en Latinoamérica y España.
La fama no es potencialmente mortal: "La vida es dura, seas famoso o no, pero al fin de cuentas, si hay que elegir, es mejor ser famoso. Consigues mejores asientos en los partidos de básquet, te dan mejores mesas y reservaciones en los restaurantes, puedo llamar a un médico un sábado de mañana y conseguir que me atienda".
"Se obtienen muchas indulgencias que uno no conseguiría si no fuera famoso. Bueno, no estoy diciendo que sea justo, más bien es desagradable, pero no puedo decir que no lo disfrute. Y ser famoso también tiene sus desventajas, pero se puede vivir con ellas, no son potencialmente mortales".
Necesito ayuda: "Soy un gran creyente de la música en el cine. Ahora bien, un buen director, un director que sea realmente bueno, como Ingmar Bergman, no cree en la música en el cine. Él pensaba que eso era una cosa barbárica. Sus filmes eran tan buenos que no necesitaban ayuda externa. Yo necesito ayuda".
El pasado tiene sus inconvenientes: "Me gustaría retroceder en el tiempo, pero sólo para ir a almorzar. No me gustaría vivir en el pasado. El pasado tiene sus inconvenientes: no hay antibióticos, no hay teléfonos celulares, no hay televisión, todas esas cosas son muy útiles. Pero sería divertido si de vez en cuando uno pudiera simplemente reunirse con algún amigo para almorzar en el restaurante Maxim de París en 1900 y luego volver a Broadway".
No pienso retirarme: "La jubilación es una cuestión muy subjetiva. Conozco gente que se ha retirado y está muy feliz: viajan por todo el mundo, van a pescar, juegan con sus nietos. Y nunca extrañan el trabajo para nada. Pero hay otras personas, y yo soy una de ellas, a las que les encanta trabajar todo el tiempo".
"Tal vez me dé una embolia o un ataque al corazón y me vea forzado a jubilarme, pero mientras esté bien de salud, no pienso retirarme".
Mis películas me avergüenzan: "Cuando comienzo un filme, siempre pienso que voy a hacer 'El ladrón de bicicletas', 'La gran ilusión' o 'El ciudadano Kane' y estoy convencido de que será la mayor obra del celuloide. Pero nunca he estado satisfecho, ni siquiera contento, con ninguna de las películas que he hecho. Las hago, las termino y eso es todo. Me avergüenzo cuando las veo".
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