Entretenimiento
La obra de Gabriel Orozco se instala en el MOMA de Nueva York
Varias de las piezas seleccionadas para esta exposición, serán mostradas por primera vez en Nueva York
Distintos episodios de su trayectoria de los últimos 20 años se reunirán desde el próximo 3 de diciembre hasta el 1 de marzo de 2010 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA, por sus siglas en inglés), con una muestra retrospectiva de su obra.
Ésta será apenas la sexta exposición individual de un artista latinoamericano en el MOMA y la tercera correspondiente a uno mexicano, después de Diego Rivera y Manuel Álvarez Bravo.
La obra de Orozco ha estado presente en los acontecimientos más importantes del arte contemporáneo durante la última década y es uno de los más significativos renovadores de la creación conceptual.
Para Luis Pérez-Oramas, curador de arte latinoamericano del MOMA, "es uno de los más importantes artistas occidentales de la generación de los 90, por así decirlo".
Además de un "excelente artista", añade que Orozco es "un intelectual que cataliza, concreta y cristaliza una lectura del arte contemporáneo europeo y norteamericano, así como del latinoamericano. Crea relaciones muy interesantes".
Buena parte de las obras seleccionadas por el artista mexicano para esta muestra retrospectiva se exhibirá por primera vez en Nueva York, ciudad a la que se trasladó en 1992 y donde al poco tiempo se convirtió en uno de los creadores fundamentales de la generación emergente, residiendo también en Berlín y en Londres.
No está interesado en los espacios fijos -por eso no tiene estudio y divide su trabajo entre la Ciudad de México, Nueva York y París- ni en las situaciones predeterminadas, aprovechando cada ocasión que la vida le pone delante para inspirarle y crear una nueva obra. Así, realidad, lugar y tiempo son tres de las constantes en su carrera, pero siempre variables.
La mayor parte de su producción está conformada a base de instalaciones y fotografías, aunque su obra abarca también dibujo, escultura y pintura.
Ann Temkin, curadora de la muestra que acogerá el MOMA a finales de año, señala que "Orozco se alejó de hacer una obra que fuera predecible o de crear un sello distintivo en su trabajo y en lugar de eso ha logrado en cada una de sus exposiciones crear piezas que toman a la audiencia por sorpresa".
Innovador a pesar de emplear materiales sencillos, o simplemente original, lo cierto es que Orozco ha sabido hacerse hueco en el panorama internacional, mostrando sus trabajos en los principales museos del mundo.
"Orozco se volvió un artista internacional, sin dejar de ser mexicano, lo que es un balance muy delicado", destaca Temkin.
Síguenos en