Entretenimiento
La nueva pantalla
Vamos al cine
Por causas no confesas, los temas, argumentos y tratamientos crean sedimento en la memoria y repercute en el comportamiento individual. Así ha sido con temas históricos y futuristas. En consecuencia los espectadores jóvenes de las décadas cincuenta y sesenta del siglo inmediato anterior, difieren en sus preferencias de los ohenteros y ambos de los actuales.
La ciencia y sus aplicaciones en la tecnología acentuaron las diferencias generacionales. Por ejemplo tenemos las herramientas del Agente 007, entonces futuristas empleadas por Sean Connery, se ven rudimentarias comparadas con las actuales de cualquier agente policial; de las comunicaciones ni hablar y más aún los vehículos.
Hasta ese punto es curiosidad divertida, pero el fondo social tiene expresiones patéticas cuando un niño muestra al adulto su capacidad de comprensión de las posibilidades encriptadas en un teléfono celular, que el 007 no usaba, simplemente porque no existía y menos aún era elemento convencional al alcance de cualquier se humano.
El cine influye en los gustos y preferencias como estamos viéndolo; de ahí su alta responsabilidad social comprendida por las autoridades del pasado en su celo –entiéndase censura y corte de mensajes- hacia el contenido potencialmente nocivo o no, correspondiente a determinada clasificación o tendencia política. Esto no exentaba de un admisible reproche a la libertad de expresión abiertamente coartada por la autoridad. Pero eso es motivo de comentario aparte.
El uso y el abuso de lenguaje y hasta de la expresión política quedaron en el pasado y hoy se abren nuevas posibilidades a la exposición de mensajes que ha comenzado a llegar a través de la pantalla grande como diversión, pero con singular influencia en gustos y tendencias de la sociedad. Los ejemplos paradigmáticos están en cartelera.
No hay duda que la conciencia colectiva tiene mucho por hacer en materia de comunicación cinematográfica; estamos en los albores de un cambio global que tendrá fuerza de convencimiento en las campañas política del 2012. Largos y cortometrajes van a decir mucho a los jóvenes que acudan a las urnas.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.
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