Entretenimiento
La noche en que Morgan Freeman decidió interpretar a Nelson Mandela
Fue una noche de junio de 2006 en el restaurante Madidi de Clarksdale, Mississippi, mientras cenaba pinzas de cangrejo azul y bebía un buen chardonnay
"Invictus", el nombre del filme que será exhibido a partir del viernes 11 de diciembre, fue dirigido por el laureado director Clint Eastwood y toda se gestó en el Madidi, entre aromáticos vinos chardonnay californianos y exquisitos cangrejos del Mississippi.
Carlin, reportero de asuntos especiales del diario "El País" de España, contaba por esos días con apenas una sinopsis de "El factor humano" y su agente literario la había enviado a Hollywood, pero más allá de ese hecho nunca había tenido contacto alguno con Morgan Freeman.
El encuentro con el actor fue fortuito, porque Carlin visitaba Clarksdale para realizar un reportaje sobre la pobreza en el sur profundo de Estados Unidos y Freeman había llegado de manera casual a esa pequeña ciudad, justo esa tarde y pilotando su propio avión.
Bill Luckett, abogado y una suerte de cacique benefactor del poblado, había accedido a ser el guía oficioso de Carlin en su labor reporteril y fue quien le propuso: "¿Quieres conocer a Morgan Freeman?". La respuesta fue un "sí" inmediato y entusiasta.
Fueron los dos al aeropuerto local a recibir al actor, quien llegó solo desde Los Angeles al timón de su propio jet ejecutivo, y esa calurosa noche de junio de 2006 los tres se dirigieron al Madidi, un vanguardista restaurante sureño propiedad de Luckett y Freeman.
"En algún momento", recuerda Carlin durante una entrevista con Notimex en la capital chilena "Luckett se levantó de la mesa para ir en busca de un buen vino californiano y me quedé solo con Freeman, un actor al que siempre he admirado y quien me pareció muy parco de trato".
El periodista, de padre escocés y madre española, dice que el actor afroamericano, quien ganó un Oscar en 2004 por su rol de reparto en "Million Dollar Baby" (también dirigida por Eastwood), leía concentrado un diario e ignoraba por completo a su compañero de mesa.
Carlin intentó hacerle plática, "pero él, en persona, es tan serio y lacónico como en sus películas, y de ahí que sea tan gran actor, porque con gestos muy económicos expresa grandes emociones, no era el caso ese día en Clarksdale".
El actor contestaba con monosílabos, sin dejar de leer, hasta que el periodista se animó y le dijo con arrojo y seguridad: "Hoy es su día de suerte. Tengo una película para usted". Freeman alzó la vista por encima del diario y clavó una mirada severa en el reportero y escritor británico.
"¿Qué me está diciendo?", preguntó sorprendido, y el periodista le explicó que tenía una historia sobre Mandela cuya sinopsis circulaba en Hollywood.
Carlin, quien fue corresponsal en Sudáfrica del diario inglés "The Times" entre 1989 y 1995 y cubrió en ese país el proceso de transición del "apartheid" (régimen de segregación racial) a la democracia, explicó al veterano actor la trama de "El factor humano".
"Conozco su historia. Ya leí la sinopsis que su agente mandó a Hollywood", dijo Freeman, ante la sorpresa del periodista, la primera sorpresa de la noche, porque a lo largo de la apetitosa cena en el Madidi vendrían otras más.
Resultó que el actor afroamericano llevaba años con la idea de interpretar a Mandela, un personaje al que admira en forma tan profunda, que ninguna de las historias sobre el prócer sudafricano que habían llegado a sus manos le convencía.
La manera en que Carlin aderezó con su relato en vivo y en directo en el Madidi la sinopsis de "El factor humano" y el fortuito encuentro entre el escritor y el actor fueron la génesis de la película que se estrenará en Estados Unidos y otros países en 12 días más.
"Mi duda es que si Morgan Freeman y yo no nos hubiéramos conocido, si igual se hubiera dado la película. Pero lo que está claro es que ese encuentro que tuvimos, absolutamente fortuito, le dio un impulso importante", considera Carlin.
Señala que Hollywood está lleno de proyectos "que acaban en nada, 99 por ciento de ellos se quedan ahí, en el camino, y este encuentro con Freeman fue bastante extraordinario; es una de las coincidencias más inverosímiles que he tenido en mi vida".
Aún le falta a Carlin ver la cinta en su versión final, pero críticos agudos le han dicho que es una pieza de altos vuelos, lo cual a nadie debiera extrañar por la solvencia de los personajes involucrados: Mandela, Eastwood y Freeman, quien quizá hizo el papel de su vida.
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