Entretenimiento
La madre pródiga de Lezama, un artista soñador
Daniel Lezama expone en el Museo de Arte de Zapopan 33 obras pictóricas que narran historias imaginarias del México vernáculo
GUADALAJARA, JALISCO.- Las explicaciones semióticas y conceptuales que se ciernen sobre el trabajo plástico de Daniel Lezama sobran. En ese panorama, se mezclan las de las voces consagradas a la crítica de arte, como la de Érik Castillo, curador y amigo del artista, y la de los simples espectadores que, atónitos y transgredidos -pero raras veces indiferentes-, hilan la experiencia propia a lo que sus ojos aprecian, para regresar al punto de partida de un ciclo que inicia, sencillamente, en el placer de pintar. Y ése sea quizás el cometido único del que traza esos grandes lienzos: contar una breve pero nutrida historia visual con elementos míticos y vernáculos del México profundo por medio de una construcción pictórica que se erige desde anecdotario personal, dejando en segundo término el virtuosismo técnico del que también goza.
Pero ni el propio Lezama tiene una acepción adecuada para referirse a lo que hace: "Es muy frecuente que en la actualidad el artista sea entendido como una especie de cronista o documentalista de la realidad. Ésa es la forma en la que se entiende el arte en estos días, pero no creo que ése sea mi papel. El mío es inventar una serie de cosas. Y esos inventos no tienen más responsiva que la de mi propia persona; son mis ensoñaciones, no son lo que el mundo es. Tengo la posibilidad de inventar cosas y más que un placer, es una responsabilidad, porque ese mundo de alguna forma nos atañe a todos. Pero mi trabajo es la invención, para bien o para mal".
La madre pródiga, junto con los cuerpos desnudos que yacen en tierra, los idilios edípicos de sus personajes y, en general, toda la imaginería fantasiosa de Lezama, llegan al Museo de Arte de Zapopan (MAZ) esta noche para protagonizar un encuentro con el público en el que el autor pretende "generar un shock cuadro por cuadro", según el curador, pero esencialmente, para dar cuenta del interés que existe por contar el origen de lo mexicano y el arte desde su perspectiva como individuo y artista.
La selección de piezas para la segunda muestra en la carrera de Lezama en tierras jaliscienses halla su base y el sentido mismo en el título de la pieza que, a juicio de Castillo, es "hasta ahora el último cuadro de gran propuesta narrativa" del pintor y "ocupa un lugar de importancia equivalente al de otras obras suyas, pero, particularmente, sintetiza de alguna extraña manera 10 años de trabajo profesional en el campo de la pintura".
Y en palabras del autor, La madre pródiga es, efectivamente, el cuadro que sincretiza "una especie de conclusión" de su trabajo. El efecto museográfico que logró el MAZ desembocando todas las piezas en él -la pieza se encuentra en la última sala de exposición-, "es un gran logro de la curaduría de la exposición", dice Lezama. Sin embargo, agrega que no hay un significado propio tan válido como el de la gente si se da a la tarea de "reimaginar y reinventar" a La madre pródiga.
"Quiero pedirle al espectador que vea esta obra con el corazón en la mano y con los ojos bien abiertos -sugiere Lezama-, que den la pertinencia a sus emociones y sensaciones más allá de los prejuicios y las razones que nos guían día con día. Que vean estos sueños y estas cosas imaginadas con cariño, con compasión y con un poco de gusto por entender que la persona que las hizo, las hizo con pasión. Si me equivoco y no logro el cometido de conmover y de hacer sentir, entonces les pido una disculpa. Pero si se enamoran de mis cuadros, lo celebramos juntos".
La inauguración de La madre pródiga es esta noche a las 20:30 horas en el MAZ (Andador 20 de Noviembre 166, en Zapopan). Y antes de pasar a las salas de exhibición, a las 19:30 horas, el autor y el curador de la muestra dictarán una conferencia en el Foro Juan José Arreola del mismo recinto.
Pistas para entender a Lezama, según Castillo
El curador y crítico de arte Érik Castillo refiere que Daniel Lezama:
•Es un artista que traza en la multitemporalidad, ya que en sus cuadros se conjugan diferentes épocas históricas del país.
•Es un artista que no toma partido de nada, porque prefiere dar testimonios
•Es un artista separado del "mainstream"
•Es un artista tan promiscuo en sus influencias como lo puede ser su pintura
•Es un artista que no pinta para especialistas, pero tampoco para populistas
•Es un artista que asume que su elección por pintar ha sido auténtica
Pero ni el propio Lezama tiene una acepción adecuada para referirse a lo que hace: "Es muy frecuente que en la actualidad el artista sea entendido como una especie de cronista o documentalista de la realidad. Ésa es la forma en la que se entiende el arte en estos días, pero no creo que ése sea mi papel. El mío es inventar una serie de cosas. Y esos inventos no tienen más responsiva que la de mi propia persona; son mis ensoñaciones, no son lo que el mundo es. Tengo la posibilidad de inventar cosas y más que un placer, es una responsabilidad, porque ese mundo de alguna forma nos atañe a todos. Pero mi trabajo es la invención, para bien o para mal".
La madre pródiga, junto con los cuerpos desnudos que yacen en tierra, los idilios edípicos de sus personajes y, en general, toda la imaginería fantasiosa de Lezama, llegan al Museo de Arte de Zapopan (MAZ) esta noche para protagonizar un encuentro con el público en el que el autor pretende "generar un shock cuadro por cuadro", según el curador, pero esencialmente, para dar cuenta del interés que existe por contar el origen de lo mexicano y el arte desde su perspectiva como individuo y artista.
La selección de piezas para la segunda muestra en la carrera de Lezama en tierras jaliscienses halla su base y el sentido mismo en el título de la pieza que, a juicio de Castillo, es "hasta ahora el último cuadro de gran propuesta narrativa" del pintor y "ocupa un lugar de importancia equivalente al de otras obras suyas, pero, particularmente, sintetiza de alguna extraña manera 10 años de trabajo profesional en el campo de la pintura".
Y en palabras del autor, La madre pródiga es, efectivamente, el cuadro que sincretiza "una especie de conclusión" de su trabajo. El efecto museográfico que logró el MAZ desembocando todas las piezas en él -la pieza se encuentra en la última sala de exposición-, "es un gran logro de la curaduría de la exposición", dice Lezama. Sin embargo, agrega que no hay un significado propio tan válido como el de la gente si se da a la tarea de "reimaginar y reinventar" a La madre pródiga.
"Quiero pedirle al espectador que vea esta obra con el corazón en la mano y con los ojos bien abiertos -sugiere Lezama-, que den la pertinencia a sus emociones y sensaciones más allá de los prejuicios y las razones que nos guían día con día. Que vean estos sueños y estas cosas imaginadas con cariño, con compasión y con un poco de gusto por entender que la persona que las hizo, las hizo con pasión. Si me equivoco y no logro el cometido de conmover y de hacer sentir, entonces les pido una disculpa. Pero si se enamoran de mis cuadros, lo celebramos juntos".
La inauguración de La madre pródiga es esta noche a las 20:30 horas en el MAZ (Andador 20 de Noviembre 166, en Zapopan). Y antes de pasar a las salas de exhibición, a las 19:30 horas, el autor y el curador de la muestra dictarán una conferencia en el Foro Juan José Arreola del mismo recinto.
Pistas para entender a Lezama, según Castillo
El curador y crítico de arte Érik Castillo refiere que Daniel Lezama:
•Es un artista que traza en la multitemporalidad, ya que en sus cuadros se conjugan diferentes épocas históricas del país.
•Es un artista que no toma partido de nada, porque prefiere dar testimonios
•Es un artista separado del "mainstream"
•Es un artista tan promiscuo en sus influencias como lo puede ser su pintura
•Es un artista que no pinta para especialistas, pero tampoco para populistas
•Es un artista que asume que su elección por pintar ha sido auténtica
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