Entretenimiento
La locura encuentra su belleza en Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo
Yulene Olaizola asegura que el filme es una precisa radiografía de los pliegues más bellos y terribles de la locura
DUBAI.- La joven realizadora mexicana
Yulene Olaizola realizó como tesis para sus estudios de cine el documental "Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo", una atípica investigación de un misterio familiar que se traduce en una precisa radiografía de los pliegues más bellos y terribles de la locura.
"No sabía hasta qué punto era una historia sólo importante para mí, de la vida de mi abuela, y que no iba a interesar a nadie", explica a Efe Olaizola, que se responde a sí misma con los premios en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires o en el de San Sebastián y tras ser seleccionada en el Festival de Dubai dentro de Cinema of the World, que resume lo mejor del año.
"Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo" es un título tan engañoso como la propia película: las calles en cuya confluencia se encuentra la pensión que regenta la abuela de la directora llevan los nombres de esos escritores, pero ahí se acaban las referencias literarias.
El documental -cuyo setenta por ciento de metraje se rodó en un solo día- se centra en la relación entre la abuela de la protagonista, la antaño actriz Rosa Elena Carbajal -que tiene "una sensibilidad especial para descubrir al ser humano", según su nieta-, y Jorge Ríos, un misterioso huésped, homosexual y esquizofrénico, que estuvo alojado allí durante ocho años hasta que falleció en extrañas circunstancias en 1993.
Filmar en tono documental el vínculo de dos personas escasamente ligadas a la realidad era todo un reto para Olaizola.
"Nunca sabemos si lo que narra mi abuela es real o es una locura de su imaginación" mientras que Jorge, el ambiguo caballero, "tenía un problema patológico. Era de estas personas que eran tan listas que, por su capacidad de entendimiento, acabó volviéndose loco de verdad".
Pero lejos del disparate, entre este hombre de unos veinticinco años y esa mujer de cincuenta y cinco surgió un inesperado equilibrio y una hermosa admiración que Carbajal narra con un énfasis dramático impagable y desglosando una por una las virtudes de su todavía amado.
"Habla de seres humanos que comparten y se complementan. Una relación que no era bien vista porque empleaba otros códigos, pero juntos ellos encuentran algo de verdad", según la directora.
Y así, a pesar de que las pistas van conduciendo -o deberían conducir- a lo que pasó a Jorge Ríos, "Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo" tampoco sigue el camino del cine de suspense.
"He adoptado el ritmo de cómo yo viví la historia. Cómo fui descubriendo poco a poco las cosas. El cine a veces trata de explotar lo más llamativo y morboso de las cosas, pero para mí el núcleo de esta historia no estaba allí", concluye.
"No sabía hasta qué punto era una historia sólo importante para mí, de la vida de mi abuela, y que no iba a interesar a nadie", explica a Efe Olaizola, que se responde a sí misma con los premios en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires o en el de San Sebastián y tras ser seleccionada en el Festival de Dubai dentro de Cinema of the World, que resume lo mejor del año.
"Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo" es un título tan engañoso como la propia película: las calles en cuya confluencia se encuentra la pensión que regenta la abuela de la directora llevan los nombres de esos escritores, pero ahí se acaban las referencias literarias.
El documental -cuyo setenta por ciento de metraje se rodó en un solo día- se centra en la relación entre la abuela de la protagonista, la antaño actriz Rosa Elena Carbajal -que tiene "una sensibilidad especial para descubrir al ser humano", según su nieta-, y Jorge Ríos, un misterioso huésped, homosexual y esquizofrénico, que estuvo alojado allí durante ocho años hasta que falleció en extrañas circunstancias en 1993.
Filmar en tono documental el vínculo de dos personas escasamente ligadas a la realidad era todo un reto para Olaizola.
"Nunca sabemos si lo que narra mi abuela es real o es una locura de su imaginación" mientras que Jorge, el ambiguo caballero, "tenía un problema patológico. Era de estas personas que eran tan listas que, por su capacidad de entendimiento, acabó volviéndose loco de verdad".
Pero lejos del disparate, entre este hombre de unos veinticinco años y esa mujer de cincuenta y cinco surgió un inesperado equilibrio y una hermosa admiración que Carbajal narra con un énfasis dramático impagable y desglosando una por una las virtudes de su todavía amado.
"Habla de seres humanos que comparten y se complementan. Una relación que no era bien vista porque empleaba otros códigos, pero juntos ellos encuentran algo de verdad", según la directora.
Y así, a pesar de que las pistas van conduciendo -o deberían conducir- a lo que pasó a Jorge Ríos, "Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo" tampoco sigue el camino del cine de suspense.
"He adoptado el ritmo de cómo yo viví la historia. Cómo fui descubriendo poco a poco las cosas. El cine a veces trata de explotar lo más llamativo y morboso de las cosas, pero para mí el núcleo de esta historia no estaba allí", concluye.
Síguenos en