Entretenimiento
La función debe continuar
Vamos al cine
Como no se puede reclamar lo desconocido, los dramas y acciones en sistema monocromático satisfacían a los bisabuelos. Su mente formaba el resto, con el apoyo de intercortes escritos explicativos dando continuidad y en ocasiones, adicionales acordes de un piano acentuando el vigor de las secuencias.
Hace apenas poco más de 80 años, que el riel magnético primero y óptico después, se incorporó a la orilla de los fotogramas; que en una película de 90 minutos equivalen a cerca de 130 mil cuadros –fotogramas-. La equivalencia es de 24 fotos por segundo, transcurriendo por la pantalla a la velocidad de un cincuentavo de exposición por otro de oscuridad, para sincronizar con la persistencia de visión humana. El sonido impreso al lado de cada cuadro lo “lee” el proyector por medio de una lámpara convirtiendo los impulsos en el audio que todos percibimos.
Aritmética y tecnología la dejamos aparte. Fue El cantante del jazz la primera película sonora con la interpretación de Al Jolson, quien por auténtica afición a ese ritmo de moda y para crear coincidente conciencia en el escenario, pintaba su cara y aparecería como afronorteamericano. La empresa de tal audacia en los años veinte del siglo que nos antecede, al tiempo que estaba a punto de bancarrota, era Warner Brothers. El éxito marcó la diferencia y arranque a la prosperidad.
Las significadas diferencias, producto de la tecnología y un proceso permanente de aliento a través de los medios de comunicación, dan al cine perspectiva al reto cinematográfico; permanente en su accionar de arte, industria y entretenimiento en adicional función de fusión cultural.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.mx
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