Entretenimiento
Kiss desata la euforia en Madrid
La banda estadounidense reunió a 15 mil personas en el Palacio de los Deportes de la capital española
En las filas de acceso al Palacio de los Deportes de Madrid se podía palpar la emoción de cientos de seguidores de todas las edades con el logotipo de la banda impreso en sus camisetas. Otros fueron más allá y lucían cuero o mallas negras con cadenas y gargantillas metálicas a juego.
Los más osados optaron por el maquillaje facial a imagen y semejanza de Paul Stanley (guitarra rítmica y voz principal), Gene Simmons (bajista), Tommy Thayer (primera guitarra) y Eric Singer (batería), o lo que es lo mismo, “Starchild”, “The Demon”, “Spaceman” y “Catman”.
El tour Sonic Boom over Europe de esta formación fundada en 1973 eleva al máximo exponente la denominación de espectáculo musical. Segundos antes de la aparición del grupo se hizo la oscuridad y estalló la bomba de relojería programada para las nueve de la noche.
“Están bien Madrid, quieren lo mejor y tendrán lo mejor”, exclamó Stanley -fundador de la banda junto a Simmons- justo antes de que el telón bajara de golpe y sonaran los primeros acordes de su reciente éxito Modern day Delilah.
Una espectacular plataforma articulada transportó al trío formado por Simomns, Stanley y Thayer hasta el escenario; un descenso del rock aderezado con fuego y un gran despliegue audiovisual.
Noche de clásicos
Los clásicos Cold gin, Let me go rock and roll y Firehouse fueron los primeros bombazos que acompañaron la actuación de Kiss, que por entonces ya había hipnotizado al auditorio con efectos especiales que llegaban por todos lados.
“No entiendo español, pero entiendo los sentimientos”, exclamó Simmons con un marcado acento norteamericano.
Say yeah y I'm an animal certificaron el buen recibimiento del reciente material publicado por el grupo, mientras que Deuce, Crazy crazy nights y Callin Dr. Love son himnos roqueros que permanecen intactos en la memoria de sus seguidores.
Con Shock me llegó el demoledor solo de Tommy Thayer, quién tuvo la difícil misión de sustituir hace quince años al primer guitarra de la banda Ace Frehley.
Precisamente Sonic Boom es el primer álbum de estudio en el que participa Thayer, quién ha dejado su huella en las 11 magníficas canciones de un disco en el que cantan los cuatro componentes y que sorprendió por mantener intactas las raíces y la personalidad del grupo.
Final apoteósico
Gracias a I Love it loud Simmons y su bajo en forma de hacha se quedaron colgados sobre el techo del Palacio de los Deportes. Escupir fuego y volar como murciélago es habitual en la parafernalia de “El Demonio”, quién a sus 60 años se encuentra en plena forma.
Love gun, Black diamond y Detroit rock city fueron otras de las canciones rescatadas por Kiss en una noche especial para miles de adictos a sus sonidos.
Desde el primer minuto los más de 15 mil espectadores se mostraron encantados de reencontrarse con la paródica propuesta roquera de los incombustibles músicos y pocos permanecieron en sus asientos cuando llegó el momento de Lick it up y Shout it loud.
El superéxito I was made for lovin you puso en órbita a Paul Stanley, quién se desplazó a toda velocidad sobre una tirolesa que lo llevó hasta el centro de la pista. Su vuelo sin motor sirvió para que el público celebrara a coro el estribillo de otro de los grandes clásicos de su repertorio.
La apoteosis final llegó con Rock and roll all nite; un fin de fiesta con confeti, llamaradas y la batería levitando como por arte de magia ante la atónita mirada de los incondicionales de una banda única.
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