Kirk Douglas, gladadior centenario
El 'tipo duro de Hollywood' celebra su cumpleaños número 100 convertido en una leyenda viviente
GUADALAJARA, JALISCO (09/DIC/2016).- Kirk Douglas cumple 100 años de edad hoy y su aniversario suena a la música de un Hollywood que ya no existe: en otra época, los grandes estudios estadounidenses se peleaban entre sí con otras armas más allá de las secuelas infinitas, y las estrellas de esa industria usaban otros recursos además de los desnudos en Instagram para garantizar la lealtad e interés de sus seguidores. Kirk Douglas estuvo allí desde muy joven: probó prácticamente todos los grandes géneros y en todos destacó.
En un texto que hizo para la revista Closer Weekly, el padre de Michael Douglas y suegro de Catherine Zeta-Jones escribe que su larga unión con Anne Buydens, hoy de 97 años, es la razón de su longevidad. También se espera el libro de las cartas entre el matrimonio, con la expectativa de lo que habrá de contar sobre nombres como Marlene Dietrich, Frank Sinatra, los Kennedy o los Reagan.
Mientras celebra y trabaja para recuperar su capacidad de habla afectada por un derrame cerebral, los fans recuerdan su trabajo a lo largo de más de 80 películas —y ninguna segunda parte, por cierto— y su eterno carácter de tipo duro, ambicioso e inflexible, no nada más frente a las cámaras, sino también en contra de estudios ambiciosos e impositivos y en contra de directores que intentaron, ingenuamente, imponerle condiciones de trabajo.
CRONOLOGÍA
> 1949
El ídolo de barro. El joven Kirk Douglas conquistó a Hollywood con su trabajo sobre Midge Kelly, uno de los primeros boxeadores del cine que debía vencer no sólo a sus rivales en el ring, sino sobre todo a sus propios demonios personales. También dibujó un perfil con el que es fácil identificarlo: el tipo ambicioso que pasará encima de cualquiera para conseguir lo que busca.
> 1951
El gran carnaval. El magnífico director Billy Wilder es famoso por sus cáusticas comedias como “El apartamento” o “Con faldas y a lo loco”, pero igual de respetadas son sus graves y serias películas realistas. Douglas interpreta a un reportero alcohólico que manipula una tragedia para volver a las primeras filas.
> 1952
Cautivos del mal. Tres supervivientes de Hollywood recuerdan los abusos del productor sin escrúpulos que casi los destrozó. Entre Vincente Minnelli y el guionista Charles Schnee construyen una exitosa historia que requería de grandes interpretaciones, e intérpretes como Gloria Grahame o Lana Turner van tan lejos como los personajes lo piden; Douglas perdió el Oscar ese año ante Gary Cooper.
> 1956
Sed de vivir. Una muestra de la intensidad que Douglas imprimía a sus personajes es su trabajo como el pintor Vincent van Gogh, al lado de Anthony Quinn como Paul Gauguin. El desastre mental del artista y el famoso momento en que se corta la oreja están en la película de Vincente Minnelli.
> 1957
Patrulla infernal. Douglas hizo otra película con Kubrick —de nuevo, casi lo obligó— y es, posiblemente, su papel mejor logrado: un coronel francés defiende a los soldados acusados de cobardía en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. En medio de un montón de crueles burócratas, el personaje de Douglas imprime humanidad a la guerra.
> 1958
Los vikingos. La famosa serie de History Channel resucitó el interés por los guerreros del norte que luchan hasta el momento de morir, pero este drama familiar logró conquistar al público medio siglo antes. Douglas, en un papel ideal para su temperamento, y hace con Tony Curtis a una de las parejas trágicas del Hollywood clásico.
> 1960
Espartaco. Su más memorable trabajo y uno de los más turbulentos. Mientras que el director Stanley Kubrick la consideraba casi un fracaso, Douglas puso en ella todas sus fuerzas y su dinero. El resultado es la gran obra del cine péplum y un triunfo moral: Douglas mandó poner el nombre del guionista Dalton Trumbo en los créditos y así acabó con la “lista negra” del anticomunismo.
> 1962
Los valientes andan solos. El western es un género de tipos duros que triunfan siempre, pero, aunque todos piensen en John Wayne, Kirk Douglas hizo a uno de los vaqueros más importantes: un tipo que sólo quiere que el mundo lo deje en paz y libere a su amigo, culpable de cruzar indocumentados por la frontera.