Entretenimiento
Kinetoscopio
Asesino en serio
La película presenta una fotografía cuidada y una recreación de época y lugar espléndidos. La trama ocurre en un pueblo de Oklahoma llamado Central City, donde según el protagonista se responde: “Sí, señora” o “No señora” a todo lo que lleve faldas. Como en otras historias estadounidenses, la visión de esas pequeñas ciudades tranquilas, ordenadas, y con personas de buenos modales, es la fachada correcta para esconder a gente perversa. En este caso se trata de un policía que hasta el momento en que inicia la cinta mantiene una buena reputación. Sin embargo, a partir de ese punto se desplegará ante el espectador su conducta violenta y proclive a la locura. Para contar ese descenso al abismo el director utiliza la narración en primera persona. Escuchamos la voz interior del personaje, vemos imágenes que corresponden a sus recuerdos, y lo seguimos a todas partes. Ninguna escena ocurre sin su presencia. En eso el cineasta quiere replicar el método al que recurre la novela para meter al lector en la cabeza de un sociópata. En otros aspectos como la selección musical, su trabajo parece más inspirado por el estilo de Quentin Tarantino de incorporar melodías populares muy atractivas para avivar el ritmo del relato, atenuar la brutalidad, aportar guiños, o reforzar el sarcasmo.
La combinación final, inquietante a más no poder, tiene grandes dosis de misoginia y sadismo. Las mujeres son vapuleadas por un tipo que no muestra remordimiento ni satisfacción. Y el director contempla a su asesino también sin ninguna emoción de por medio.
El asesino dentro de mí (The killer inside me), EUA / Inglaterra / Canadá / Suecia, 2010. Dirección: Michael Winterbottom. Guión: John Curran a partir de una novela de Jim Thompson. Actuación: Casey Affleck, Kate Hudson, Jessica Alba.
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