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GUADALAJARA, JALISCO (16/MAY/2010).- La serie de tres novelas escritas por el periodista sueco Stieg Larsson, publicadas poco después de su fallecimiento en el año 2004, se convirtieron en un éxito de ventas en su país y también en otras naciones. Como sucede en estos casos, basta mencionar como antecedentes El nombre de la rosa, El código Da Vinci, o las siete novelas de Harry Potter, el traspaso al cine es un trance obligatorio.
Los hombres que no amaban a las mujeres es la primera de las adaptaciones y destila pulcramente los elementos sustanciales de una intriga que se despliega en 660 páginas, que tiene dos protagonistas y tres líneas de acción: dos enigmas y una venganza. Según los párrafos iniciales de la novela, el eje de todo es “un misterio que nadie en el mundo tenía el más mínimo interés por resolver”. Aparecen así los proverbiales investigadores Mikael Blomkvist, un periodista sentenciado a prisión, y Lisbeth Salander una hacker de filiación neopunk.
El título original del libro y la película se traduce correctamente, sin necesidad de los estúpidos matices sentimentales que les inyectaron en español, como “los hombres que odian a las mujeres”. Lo cual es importante porque de entrada proporciona una indicación del feroz sustrato ideológico que enmarca la historia de suspenso y que motiva el carácter tan particular que presenta el personaje femenino, quien es capaz de igualar o exceder la brutalidad de cualquiera que la ataque. El director conciente de esa faceta sombría del argumento no la evade, y logra expresarla con algunas soluciones interesantes. Un ejemplo es la apariencia de Lisbeth, una fumadora compulsiva notable por su fragilidad y ruda belleza, y también por su resistencia a manifestar emociones. Sin embargo, lo que más fuerza tiene es el efecto de conjunto donde se aprecia una atmósfera de corrupción que envuelve a una sociedad supuestamente progresista, donde la policía no sirve, un custodio puede ser un violador, o los empresarios pueden estafar, torturar y asesinar a su antojo.

A pesar del panorama tan descompuesto que retrata se nos entrega como cine espectáculo; con un grupo de actores sólidos y carismáticos, un acabado fotográfico impecable que hace sentir el clima y disfrutar los paisajes, y un acompañamiento musical muy eficaz para subrayar la tensión sin necesidad de simular estremecimientos.
En el tramo inicial la cinta se toma un tiempo para establecer la situación personal de los protagonistas, y contiene las escenas más fuertes en términos de violencia y hostilidad. Luego se avoca exclusivamente a la investigación, la cual parte de algunas fotografías, y eso hace que ganen  peso los recursos visuales en vez de los clásicos interrogatorios. Así, en una secuencia brillante, casi  fantasmagórica, vemos como una serie de fotos antiguas se constituyen en una breve película que aporta información crucial.    

Los hombres que no amaban a las mujeres (Män som hatar kvinnor), Alemania, Dinamarca, Suecia; Dirección: Niels Arden Oplev; Guión: Nicolaj Arcel, Rasmus Heisterberg, a partir de la novela de Stieg Larsson; Actuación: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Sven Bertil Taube.
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