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Kinetoscopio
Grr...!
Es notable en todas sus cintas de los últimos años que a Eastwood le atraen las historias que permiten escarbar en los valores y los conflictos morales de la vida norteamericana. Walt Kowalski, el protagonista, de Gran Torino es un patriota que luchó en Corea y trabajó en la Ford durante toda su vida. Una bandera ondea en el porche de su casa, y mantiene en la cochera un taller con todas las herramientas para hacer reparaciones.
Corta el césped con regularidad, así como bebe cerveza y ve partidos de beisbol por televisión. Pero alrededor suyo las cosas están cambiando. El vecindario luce un deterioro físico distinto al que impone la edad. No quedan blancos como él y los que abundan son los orientales, los latinos y los negros. Los detesta a todos, en particular a los jóvenes que se organizan en pandillas. Como en la guerra, su casa es territorio a defender como el único espacio donde se puede sentir a salvo. La comunidad deja de ser el puntal del individuo, por lo tanto el último reducto que lo afirma y lo expresa es la propiedad privada.
Sin embargo es notorio que esa mentalidad conservadora tiene demasiadas oportunidades de entrar en crisis. A lo largo de toda la trama varias escenas resultan significativas al respecto. Por ejemplo, en una, el protagonista, que sufre ataques de tos y escupe sangre, asiste a consultar a su médico.
En la sala de espera lo vemos incómodo porque nadie tiene pinta de estadounidense tradicional. Sale una secretaria que lo llama y resulta que es una mujer árabe que ni siquiera puede pronunciar correctamente su nombre. Entra al consultorio y en lugar de su doctor, llega una doctora china, a quien el personaje responde a gruñidos.
Como siempre ocurre con este director la cadena de acontecimientos está muy bien trabada y fabrica una serie de motivos sugestivos mediante repeticiones y variaciones de algunos elementos visuales o argumentales. Uno sería el pormenor del automóvil que sirve para dar título, introducir varios giros dramáticos y también concluir la película. Otro la curiosa relación que establece entre el protagonista y un cura imberbe de mejillas rosadas.
Gran Torino, EUA, 2008 / Dirección: Clint Eastwood / Guión: Nick Schenk / Actuación: Clint Eastwood, Bee Vang, Ahney Her
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