Entretenimiento
Kinetoscopio
Desarticulando el drama
Los personajes aparecen como criaturas exentas de las urgencias vitales que comúnmente dan significado a un personaje. No los consumen las metas, ni los objetivos, ni son el frente de batalla contra una fuerza antagonista. En términos amplios, el argumento forma con sus cuatro personajes dos líneas paralelas que exponen el carácter eventual de las relaciones personales. Una pareja de adultos que pasan de los cuarenta años, y un par de jóvenes que el transcurso de la película reúne y separa. Tres son gente que vive hacia dentro, ensimismada, el otro aunque no adquiere relevancia de inmediato termina por demostrar una iniciativa bastante simpática que domina con su chispa toda la segunda parte de la historia. Además del repertorio de elementos que integran nuestro mundo habitual, como ver que los personajes miran, conversan, toman un café, caminan, escriben, cocinan, etcétera, la trama en una de sus líneas presenta un punto de interés especial: la búsqueda de una cantante popular que abandonó de golpe su carrera artística y desapareció. Ese asunto dará por resultado uno de los momentos logrados, que ejemplifica el contraste abismal entre la realidad de los hechos y su mistificación, por obra de la acción natural del tiempo, la carencia de información fidedigna, y los excesos a que tienden los estudios académicos de los fenómenos populares. También cabe decir que allí, a pesar de los esfuerzos por mantener los incidentes fuera de un esquema dramático preconcebido, el director tropieza con la facilidad de emparejar el notorio fracaso de la pesquisa con la ruptura tajante de una de las parejas.
Al abandonar las estrategias tradicionales para conmover este tipo de películas a veces consiguen hacer verosímiles, ciertos efectos que en circunstancias diferentes serían inaceptables. En este caso, por ejemplo, funciona muy bien lo que podríamos denominar "conversación emotiva sin verse a la cara" que es una de las tácticas teatrales más falsas que conozco pero que se supone dota el diálogo de una intensidad especial, ya que con ello se quiere significar que los dos personajes ahí representados "están tratando de entenderse". Lo cierto es que Gutierrez Razura resuelve la escena en más de una ocasión con ese recurso y su uso no se siente pretencioso y artificial. Y es que en el fondo, se percibe en toda la película, un sentido del humor amable que no pretende subestimar a los personajes, ni situarse por encima de la inteligencia del espectador.
Otro tipo de música, México, 2008; Dirección y Guión: José Gutiérrez Razura; Actuación: Rubén Padilla, Marisol Padilla, Carlos Hoeflich, Mely Ortega.
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