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Keira Knightley en la piel de Anna Karenina
Se trata de una película dirigida por Joe Wright, con guión de Tom Stoppard y basada en la clásica novela de León Tolstoi
Desde su flojo desempeño en la película de David Cronenberg, Un método peligroso, donde hacía de una histérica insoportable al lado de los muy sólidos Viggo Mortersen y Michael Fassbender, muchos se preguntaron la real valía interpretativa de una actriz más afecta a los mohínes y a las carantoñas que a llenar de sustancia sus personajes.
Ahora llega el turno de justipreciarla en Anna Karenina, la producción que llega el 1 de marzo a las salas mexicanas.
Se trata de una película dirigida por Joe Wright (Orgullo y prejuicio y Expiación), con guión de Tom Stoppard (ganador del Oscar por Shakespeare in Love), basada en la clásica novela de León Tolstoi.
La historia transcurre en 1874, cuando la vibrante y hermosa Anna Karenina, casada con Karenin, un funcionario gubernamental de alto rango encarnado por el inglés Jude Law, se enamora de Vronsky, un apuesto oficial de caballería (Aaron Taylor-Johnson).
En su hogar burgués de San Petersburgo, Anna intenta volver a la rutina familiar y recuperar el equilibrio familiar, aunque los pensamientos en torno a Vronsky la consumen.
Karenin se coloca en una posición insostenible y se ve obligado a darle a su esposa un ultimátum. En un intento por alcanzar la felicidad, Anna toma decisiones de consecuencias trágicas para su vida y la de su entorno.
“La historia ha durado hasta nuestros días, porque todavía queremos siempre algo que no podemos tener, todavía nos enfrentamos a reglas sociales imperturbables y todavía tenemos problemas para comunicar nuestras emociones a los demás”, dice Keira Knightley.
En la historia, además, “estaba toda esa gente que fingía ser lo que no era todo el tiempo”, agrega la actriz.
La producción
Anna Karenina resultó una producción épica filmada a lo largo de 12 semanas en 100 escenarios diferentes, a través de 240 escenas.
Wright se embarcó con el elenco en un período de intenso ensayo que duró varias semanas. Más allá del desarrollo del carácter y la interacción con sus compañeros, los actores fueron educados acerca de la vida cultural rusa de la época, a través de presentaciones y discusiones de investigación para que comprendieran cómo veían el mundo cada uno de sus personajes.
Con un enfoque visionario y audaz para Anna Karenina, el director necesitaba que su elenco abrazara plenamente el concepto de teatro, ya que se requeriría para desempeñar sus funciones sin la conciencia del artificio que los rodeaba.
Gracias a sus esfuerzos, el público de cine sería transportado no sólo al siglo XIX en Rusia, sino también al mundo interno de cada uno de los personajes.
Knightley leyó la novela de nuevo como preparación y descubrió que sus sentimientos hacia el personaje habían evolucionado.
“Me acordé del libro como una historia increíblemente romántica y un personaje central extraordinario. Sin embargo, la relectura me trajo una novela mucho más oscura, no exenta de crueldad, por lo que este personaje se convirtió en el proyecto más difícil en el que he estado involucrada”, afirma la actriz.
“Anna es falible y en ella se ven los defectos, los actos heroicos y las emociones aterradoras. Te preocupas por ella y no puede dejar de reconocer a ti misma en ella”, agrega.
Por el reparto, por el director, por el guionista, por la historia en que está basada, la expectativas en torno a Anna Karenina, la película, están más que justificadas. Hasta el 1 de marzo no sabremos si las ansias se verán colmadas. Sólo resta esperar.
Sinembargo.mx
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