Entretenimiento
Kate Winslet muestra su mejor papel
Luego de recibir cualquier cantidad de galardones, incluido el Oscar a Mejor actriz, el filme The Reader se estrena en México
Kate Winslet lo que la llevó a la cima: Hanna, una mujer que vive entre la pasión y la mentira. Es la reestructura global una vez terminada la Segunda Guerra Mundial que surge la historia de The Reader (Una pasión secreta), filme dirigido por Stephen Daldry (Las horas, Billy Elliot) que se entretejen las vidas de Michael Berg -interpretado en dos etapas por el joven actor alemán David Kross y Ralph Finnes en su edad madura, y Hanna Schmitz.
Si bien la gran interpretación de Winslet -que la coronó como actriz al conseguir un Oscar, un Bafta y un Globo de Oro, entre otros premios más- es lo que ha hecho memorable esta historia entre los festivales de cine, el mayor acierto para el equipo de producción fue adaptar el libro homónimo publicado en 1955, ya que la obra realizada por Bernhard Schlink aborda no sólo la vida después de la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva intimista sino que también toma como referencia una prohibida relación amorosa entre un joven de 15 años y una mujer de 36, que inicia cuando Michael Berg regresa del colegio y se siente de pronto enfermo cuando Hanna, una desconocida que le dobla la edad, le ayuda a llegar a su casa.
Amor prohibido
David Hare, el guionista del filme tenía muy claro el objetivo de la cinta: evitar el aburrimiento que le producen ciertas películas con una estructura predecible. “Quería liberar a The Reader de la tradición establecida por las anteriores películas de la posguerra mundial cuya trama giraba entorno a los campos de concentración, las angustias de la posguerra y la complicidad individual en los crímenes cometidos por el Estado. A mí sólo me interesan las cosas que no pertenecen a ningún género. Esto, ciertamente, no es lo que podría llamarse una película sobre el Holocausto”.
El director agrega que quien vaya a las salas encontrará mucho más que una historia sobre la posguerra. “Se han hecho 252 películas sobre el Holocausto, y espero que se hagan por lo menos el doble más. Pero The Reader va a contracorriente de las historias de supervivientes previas, un personaje que aparece al final de la película, una superviviente de los campos, es representada como ejemplo de moral y fuerza intelectual y no como una víctima debilitada”.
Y es por ello que da rienda suelta a los deseos de dos personajes de distintas generaciones que comparten un romance apasionado que se fortalece cuando Michael lee para Hanna clásicos como La Odisea y otras historias como Las aventuras de Huckleberry Finn. Sin embargo, sin señal alguna, Hanna desaparece.
Ocho años después
Un buen día, Michael asiste a los juicios por los crímenes nazis mientras estudia la carrera de derecho y se encuentra con Hanna, esta vez como acusada en un juicio. Es esta sala de justicia la que revela poco a poco el profundo secreto que hay detrás de esta mujer a la que Michael conoció ocho años atrás. Este encuentro con la realidad y las acciones cometidas durante la Segunda Guerra es un choque que impacta no sólo a los protagonistas, sino a generaciones que vivieron el proceso y la aceptación de aquellos que llegaron después de éste.
“Es una historia sobre lo que nosotros llamamos ‘segunda generación, de aquellos afortunados que nacieron más tarde, a los niños de los años de la posguerra. Tuvimos una infancia ingenua hasta que, en un momento dado, nos dimos cuenta de lo que nuestros padres y maestros habían hecho. Cuando amas a alguien que ha participado en algo terrible, se produce un conflicto”, refiere el escritor Schlink.
Una huella significativa
Para los actores la experiencia fue vital, sobre todo para Winslet, quien suele realizar un trabajo exhaustiva para preparar sus personajes. “Normalmente me gusta preparar el personaje. Es muy importante haberte preparado antes para que luego todo fluya. Pero para Hanna tuve que leer tanto material y ver tantos documentales sobre los campos de concentración que, en un momento dado, no pude aguantarlo más. Hay muchísimas imágenes que sé que nunca olvidaré por mucho que lo intente”.
Uno de los retos más importantes para Kate fue pasar de una etapa de Hanna a otra, ya que su personaje muestra 30 años de evolución en la cinta. “Para la versión anciana de su personaje tenía que someterme a horas de maquillaje y colocación de prótesis corporales”, por lo que tuvo que utilizar un cuerpo de látex para hacer creíble el proceso.
Por su parte Ralph Finnes quien interpreta la segunda etapa de Michael, la historia va más allá del amor prohibido de su personaje o bien la acusación a quienes formaron parte de estos crímenes que marcaron a Alemania. “Las cuestiones que trata sobre la culpa, los juicios de valor, la responsabilidad, el amor y la sexualidad son bastante complicadas, pero al final es una historia muy humana. A menudo, un buen guión de cine se distingue por su aparente sencillez, pero las escenas simples incluyen cosas enormes. La belleza de este guión es que, en frases que parecen conversaciones ordinarias, el trasfondo está lleno de significados y lecturas”.
“Para Hanna tuve que leer tanto material y ver tantos documentales sobre los campos de concentración que, en un momento dado, no pude aguantarlo más”
Kate Winslet, actriz
ESTADOS UNIDOS.- Fue un personaje atípico en la carrera de
Si bien la gran interpretación de Winslet -que la coronó como actriz al conseguir un Oscar, un Bafta y un Globo de Oro, entre otros premios más- es lo que ha hecho memorable esta historia entre los festivales de cine, el mayor acierto para el equipo de producción fue adaptar el libro homónimo publicado en 1955, ya que la obra realizada por Bernhard Schlink aborda no sólo la vida después de la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva intimista sino que también toma como referencia una prohibida relación amorosa entre un joven de 15 años y una mujer de 36, que inicia cuando Michael Berg regresa del colegio y se siente de pronto enfermo cuando Hanna, una desconocida que le dobla la edad, le ayuda a llegar a su casa.
Amor prohibido
David Hare, el guionista del filme tenía muy claro el objetivo de la cinta: evitar el aburrimiento que le producen ciertas películas con una estructura predecible. “Quería liberar a The Reader de la tradición establecida por las anteriores películas de la posguerra mundial cuya trama giraba entorno a los campos de concentración, las angustias de la posguerra y la complicidad individual en los crímenes cometidos por el Estado. A mí sólo me interesan las cosas que no pertenecen a ningún género. Esto, ciertamente, no es lo que podría llamarse una película sobre el Holocausto”.
El director agrega que quien vaya a las salas encontrará mucho más que una historia sobre la posguerra. “Se han hecho 252 películas sobre el Holocausto, y espero que se hagan por lo menos el doble más. Pero The Reader va a contracorriente de las historias de supervivientes previas, un personaje que aparece al final de la película, una superviviente de los campos, es representada como ejemplo de moral y fuerza intelectual y no como una víctima debilitada”.
Y es por ello que da rienda suelta a los deseos de dos personajes de distintas generaciones que comparten un romance apasionado que se fortalece cuando Michael lee para Hanna clásicos como La Odisea y otras historias como Las aventuras de Huckleberry Finn. Sin embargo, sin señal alguna, Hanna desaparece.
Ocho años después
Un buen día, Michael asiste a los juicios por los crímenes nazis mientras estudia la carrera de derecho y se encuentra con Hanna, esta vez como acusada en un juicio. Es esta sala de justicia la que revela poco a poco el profundo secreto que hay detrás de esta mujer a la que Michael conoció ocho años atrás. Este encuentro con la realidad y las acciones cometidas durante la Segunda Guerra es un choque que impacta no sólo a los protagonistas, sino a generaciones que vivieron el proceso y la aceptación de aquellos que llegaron después de éste.
“Es una historia sobre lo que nosotros llamamos ‘segunda generación, de aquellos afortunados que nacieron más tarde, a los niños de los años de la posguerra. Tuvimos una infancia ingenua hasta que, en un momento dado, nos dimos cuenta de lo que nuestros padres y maestros habían hecho. Cuando amas a alguien que ha participado en algo terrible, se produce un conflicto”, refiere el escritor Schlink.
Una huella significativa
Para los actores la experiencia fue vital, sobre todo para Winslet, quien suele realizar un trabajo exhaustiva para preparar sus personajes. “Normalmente me gusta preparar el personaje. Es muy importante haberte preparado antes para que luego todo fluya. Pero para Hanna tuve que leer tanto material y ver tantos documentales sobre los campos de concentración que, en un momento dado, no pude aguantarlo más. Hay muchísimas imágenes que sé que nunca olvidaré por mucho que lo intente”.
Uno de los retos más importantes para Kate fue pasar de una etapa de Hanna a otra, ya que su personaje muestra 30 años de evolución en la cinta. “Para la versión anciana de su personaje tenía que someterme a horas de maquillaje y colocación de prótesis corporales”, por lo que tuvo que utilizar un cuerpo de látex para hacer creíble el proceso.
Por su parte Ralph Finnes quien interpreta la segunda etapa de Michael, la historia va más allá del amor prohibido de su personaje o bien la acusación a quienes formaron parte de estos crímenes que marcaron a Alemania. “Las cuestiones que trata sobre la culpa, los juicios de valor, la responsabilidad, el amor y la sexualidad son bastante complicadas, pero al final es una historia muy humana. A menudo, un buen guión de cine se distingue por su aparente sencillez, pero las escenas simples incluyen cosas enormes. La belleza de este guión es que, en frases que parecen conversaciones ordinarias, el trasfondo está lleno de significados y lecturas”.
“Para Hanna tuve que leer tanto material y ver tantos documentales sobre los campos de concentración que, en un momento dado, no pude aguantarlo más”
Kate Winslet, actriz
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