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Karl Lagerfeld, el tirano mejor vestido
Llegó para transformar a toda una industria acostumbrada a la discreción; sus pasarelas lo mismo incomodan que agradan, pero jamás pasan desapercibidas
Hoy cumple 81 años de vida. Su trayectoria al frente de las casas de alta costura de mayor prestigio en Europa es intachable y considerada como una de las más perfectas. Su habilidad por enmarcar la moda en la fotografía y su ingenio por modernizar las costuras y combinar tendencias lo mantienen en la cima de la fama.
A pesar del éxito que el llamado “káiser” de la moda ha logrado sobre las pasarelas, su temperamento e intolerancia también lo han puesto en los reflectores generando rivalidades eternas con otros diseñadores y personalidades del espectáculo que no visten a su gusto.
Su feroz crítica se ha inmortalizado junto a un carácter frío y antisocial. Siempre viste de traje sastre hecho a la medida. Su mirada se oculta en las gafas oscuras que lo acompañan día y noche, y su coleta sencilla que recoge una blanca cabellera es intacta al viento.
Nacido en Hamburgo el 10 de septiembre de 1933, aunque ni él ni nadie ha dicho que sea verdad, Lagerfeld se inició en los talleres de costura de Pierre Balmain en la década de los 50. De ahí su caminar por otras firmas avanzó abismalmente liderando la creación de colecciones para Jean Patou, Fendi y Chloé.
En 1983 tomó las riendas creativas de Chanel dando un vuelco total al concepto conservador que la firma francesa siempre presumió en la filosofía de su fundadora Coco, no solo en las prendas sino en la forma de llevarlas a la pasarela y decir quién debe vestirlas.
Ahí comenzó su poderío y un legado donde el glamour, la excentricidad y lo absurdo han sido los ingredientes básicos para lanzar campañas publicitarias de éxito mundial y descubrir mujeres que se han convertido en sus musas.
¿Propuesta o espectáculo?
Además de integrar el futurismo y la línea deportiva al concepto clásico y sobrio de Chanel, Lagerfeld puso en marcha pasarelas que rompen con los protocolos tradicionales, haciendo de los desfiles espectáculos que han sido catalogados como artísticos o como verdaderas parrandas andantes sin relación con la moda.
Su admiración por la pintura se refleja en los recargados maquillajes que las modelos lucen en los párpados sin importar cuál sea el concepto de la colección.
Aunque los nuevos formatos del diseñador dividieron opiniones, la controversia se elevó cuando Karl decidió dar protagonismo a las modelos más allá de las prendas confeccionadas en los talleres. Los nombres de Cara Delevingne, Rihanna, Jared Leto y hasta Kristen Stewart, saltaron como imagen de la firma francesa.
Aquí se reveló que la administración y difusión de Chanel estaba completamente a los pies del alemán, aunque los hermanos Wertheimer siguen siendo los apoderados de la marca desde 1924.
El origen de todo
Aunque Karl Lagerfeld se ha desviado un poco del concepto reinante del imperio Coco Chanel, el diseñador alemán rindió tributo a la modista francesa a través del cortometraje “The return”, proyecto escrito y realizado por él mismo, en donde muestra desde el regreso de la diseñadora a las pasarelas internacionales en 1954 hasta los últimos días de su vida en 1971.
Paralelamente, Karl recordó las hazañas creativas del Chanel al realizar un resumen fotográfico de la evolución del “Black Jacket”, pieza icónica confeccionada por la francesa en la década de los 50. En el libro “The Little Black Jacket”, Lagerfeld y Carine Roitfeld muestran las transformaciones de la prenda y su paso por distintas celebridades de la cultura contemporánea como Vanessa Paradis, Sarah Jessica Parker y Alice Dellal.
Las nuevas musas
Acentuando cada vez más el término de las “it girl” que la escritora Elinor Glyn definió en su libro “It”, Lagerfeld se ha acompañado de musas ajenas a la ideología de Chanel, optando por iconos juveniles que no coinciden con la feminidad y delicadeza que Marilyn Monroe o Natalie Portman imprimían al dar promoción a las fragancias francesas.
Keira Knightley, Rita Ora y Ashleigh Good han sido consentidas, en especial la última, modelo que ha participado en al menos nueve temporadas seguidas para Chanel e incluso estando embarazada desfiló con un diseño hecho por Lagerfeld.
Descontento notorio fue la llegada de Kristen Stewart como imagen de la colección Métiers d’Art y la reciente incorporación de Conchita Wurst en los trabajos fotográficos de Karl junto a la antigua editora jefa de Vogue, Carine Roitfeld.
Irreverencia verbal
Tan polémico como creativo, estas son algunas de las frases más famosas del diseñador:
> “Un gran sentido del humor y un poco de falta de respeto: eso es todo lo que necesitas para que tu leyenda sobreviva”.
> “De todo lo que hago hay cosas que Coco odiaría. Chanel tiene una imagen y mi labor es actualizarla. Tengo que encontrar mi propia identidad. Tengo que ir desde lo que la firma era hasta lo que debería y podría ser hoy”.
> “Nunca uso la palabra ‘barato’. Hoy, cualquiera puede vestir chic a base de prendas baratas. Hay diseños elegantes en cualquier nivel económico. Puedes ser la persona más estilosa del mundo tan solo con una camiseta y unos vaqueros, el factor diferencial eres tú”.
> “Tienes que vivir acorde a tus propias ideas. Gástate todo tu dinero y lucha por crecer hacia donde desees. No hay nada que soporte menos que un rico que intenta vivir como un comunista”.
Enemigo público
La obsesión por la perfección también ha llevado a Karl Lagerfeld a realizar comentarios que, lejos de proponer una moda más incluyente y desaparecer los cánones de belleza, solamente resaltan su admiración por los cuerpos “perfectos” donde la delgadez es sinónimo de prestigio.
Decir que jamás diseñaría para la cantante británica Adele por tener sobrepeso ha sido uno de las condenas más antipáticas del alemán, que de inmediato fue buscado para llevarlo a la hoguera por insultar a todo un sector que el definió tajantemente de gordos.
La lengua no le tiembla y cuando de soltar el veneno se trata, Karl también ha hecho comparaciones de desprecio hacia sus colegas. En una ocasión expresó su desagrado por los tatuajes y añadió que “Son horribles. Son como vivir eternamente en un vestido de Pucci”.
Sus rivalidades y enemistades no terminan ahí. Sin importarle que “Vogue” sea una de las editoriales que rinden pleitesía a su nombre y a Chanel, Lagerfeld no dudo en atacar a Emmanuelle Alt, directora de Vogue Francia, al decir que el codiciado magazine tiene el prestigio tan bajo como otra editorial de moda y belleza de “mal gusto” como Marie Claire.
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