Entretenimiento

Juzgan a Hidalgo sobre el escenario

Hidalgo, interpretado por Jorge Ortiz de pinedo, fue el objeto de acusaciones en el montaje que ayer visitó la ciudad. En la imagen, junto al actor Manuel Ojeda, El Acusador.

GUADALAJARA, JALISCO (29/MAY/2011).- Miguel Hidalgo llegó a Guadalajara acompañado de dos héroes nacionales y personajes claves. Y es que tenía un juicio pendiente que, durante el mismo, hizo vibrar a los asistentes al recinto teatral para conocer a un hombre diferente.

El teatro Diana fue el escenario de Hidalgo, puesta en escena llamada originalmente El juicio de Hidalgo, obra emergida de la pluma del dramaturgo Miguel Sabido en la que presenta un fragmento de la historia mexicana y donde grandes personajes se encargan de juzgar a Miguel Hidalgo, personificado por el actor Jorge Ortiz de Pinedo, quien dejó a un lado la comedia para dar vida a un texto dramático.

Con 20 actores en escena, la obra hace una crítica al sistema político de principios del siglo XIX; aunque el personaje principal es el conocido como Padre de la Patria, el resto de los personajes resultan imprescindibles para el desarrollo de la puesta. Angélica Aragón da vida a La Corregidora; Roberto D’Amico al obispo Manuel Abad y Queipo; Eduardo Santamarina al capitán Ignacio Allende, Juan Ignacio Aranda a El Inquisidor, Manuel Ojeda es El Acusador y Roberto Sosa es un moderno indígena que con tenis y pantalón de mezclilla narra la historia.

Hidalgo se desarrolla con diferentes juicios que en la etapa de la Santa Inquisición se hicieron en contra del cura, por parte de El Inquisidor y El Acusador mientras que el indígena lo defiende.

El Padre de la Patria se muestra inconforme con la forma de vida del pueblo indígena, al percatarse el pueblo español de sus intenciones de Independencia lo enjuician por 53 cargos, como hablar con los indígenas en su lengua y ser padre de cuatro hijos.

La escenografía es discreta, no hace falta más. Las actuaciones, los textos, el vestuario, la tecnología que hace su tarea con monitores que proyectan paisajes de esa época, y la perfección del maquillaje transporta al público al México independentista del siglo XIX.

Por casi una hora y media el público apreció la obra que ayer tuvo dos únicas presentaciones en la ciudad. Y aunque la ovación fue el broche de oro, pese a la intensa promoción de los actores el recinto no lució lleno, incluso, horas antes de las funciones los boletos se ofrecieron a mitad de precio.

Temas

Sigue navegando