Entretenimiento
Julian Schnabel transforma a Johnny Depp
El realizador pone los ojos en el actor favorito de Tim Burton para interpretar a Dante Alighieri
In the Hand of Dante es la novela con la que su amigo Depp, que hacía un doble cameo en Antes que anochezca, le ha tentado para volver al cine y en ella interpretará no sólo al escritor florentino que convirtió el mundo en un carrusel infernal en La Divina Comedia, sino también al escritor de la propia novela, Nick Tosches.
Todo ello pasado por el tamiz de Schnabel, que la considera “una historia apasionante sobre la inmortalidad” y quien tiene sus tiempos de artista: “No quiero empezar a rodar hasta dentro de dos años” afirma en una entrevista.
Hablar media hora con este artista es como ser invitado a una pequeña parte de su mundo caótico. Prefiere tirarse en el suelo de la terraza del Hotel María Cristina de San Sebastián, vestido en un mono de pintor de brocha gorda y respondiendo llamadas con un smartphone al que ha conectado un auricular de teléfono vintage morado.
Mira al futuro
Pero en los pocos momentos de concentración, es capaz de ser generoso y dar sensación de intimidad. “Mi padre me solía llevar a la casa de mis tíos y me señalaba un poste de teléfono, ‘ése es el futuro y detrás está el pasado’. Yo sentía como si estuviera en ninguna parte, como si no existiera, y me obsesioné con el presente. Si ves hoy un cuadro de Caravaggio, te transporta automáticamente a su presente y eso es lo que quiero hacer yo: pintar mi presente, porque sólo los artistas podemos parar el tiempo”, continua mientras se despista porque pasa una camarera con las piernas al aire y saluda a Sarah Polley que pasaba por allí.
Esas instantáneas de su hoy se acumulan las unas sobre las otras de manera inevitable. “Cada vez que haces algo nuevo se hace crítico de lo viejo, intenta superarlo”, explica, aunque le encanta ver sus viejos cuadros. “Los miro mucho y hay momentos en los que cuestiono algo: no sé si a mí mismo o a mi personaje”.
Pero, en cualquier caso, disfruta con la creación, porque “es una oportunidad, no una tiranía. Busco una epifanía que está más allá del lenguaje y de la lógica”.
Un detective de la realidad
El cineasta afirma que las cosas siempre siguen la ruta de los deseos. “La gente se pone muy celosa porque no suele decir lo que piensa, porque si lo hacen los despiden de sus trabajos, les da miedo o incluso pueden acabar en la cárcel. Yo tengo el privilegio de hacer lo que quiero, quizá porque mi trabajo no es político”.
De hecho define su trabajo como el de “un detective de la realidad. Voy buscando la belleza en los pequeños detalles”. En San Sebastián ha venido, además de a surfear con sus amigos, a mostrar al público español su película políticamente más comprometida, Miral, que se estrenó en la Mostra de Venecia de 2010 pero no ha encontrado distribución. “Estoy contento de volver a San Sebastián y quería enseñar la película al público español. En marzo la enseñamos en la asamblea general de las Naciones Unidas se verá en Bruselas en el Parlamento Europeo”.
Julian Schnabel, de sangre judía, busca el punto de vista de una periodista palestina de la que se enamoró, Rula Jebreal, y que en Miral interpreta Freida Pinto.
“Jebreal, como ya hizo Olatz en Antes que anochezca, me ha ayudado a quitarme la mirada de turista sobre lo que estoy contando”, asegura Schnabel, uno de los artistas más importantes del siglo XX y que ha presentado recientemente una exposición de Polaroids en el Centro Niemeyer de Avilés.
Y con su vuelta a San Sebastián, el festival recupera a uno de sus mejores relaciones públicas, por mucho que él lo niegue. “Frances McDormand había escuchado del festival buenas cosas y no por mí. Jessica Lange, Robert De Niro, Sean Penn... no creo que nadie que haya venido aquí haya pasado un mal rato”, concluye.
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