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Julián Hernández triunfa en la Berlinale

Destaca “Rabioso Sol, rabioso cielo” se llevo el Teddy Bear del Berlinale

GUADALAJARA, JALISCO.- “Gracias a todos por su infinito apoyo en estos años que duró el proyecto ¡estamos felices!, prometo fiesta”.

Esas fueron las palabras enmarcadas por una profunda emoción con las que la madrugada del sábado, tiempo de México, el productor Roberto Fiesco informó a todos sus amigos, vía Facebook (internet), que la cinta Rabioso sol, rabioso cielo había ganado el Teddy Bear dentro del festival de Berlín.

Julián Hernández, director del filme, también estaba feliz y saludaba a todos por la misma vía.
Era su segundo premio obtenido en esta categoría y que se entrega a lo mejor del cine con contenido lésbico y homosexual. Hace tiempo lo había conseguido con Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor.

Ahora, en su nueva cinta, explora a una humanidad inmersa en el caos y a una diosa fundadora quien ha tenido la oportunidad para hacerse terrenal y buscar el esperado inicio.

El camino, cree la deidad, es el amor entre humanos en todas sus facetas. Ella se llama Tatei (Giovanna Zacarías) y el joven que puede hacerse acreedor a esta sabiduría es Ryo (Guillermo Villegas).

Zacarías consideró que haber viajado a Berlín valió completamente la pena. “Ha sido uno de los mejores viajes de mi vida. Espero que después de este reconocimiento surjan más apoyos para el cine de Julián y otros nuevos directores”.

Fue el pasado jueves en la noche cuando a Fiesco, productor del filme, se le comunicó que la cinta estaba dentro de las tres nominadas al Teddy.

Durante la tradicional sesión de preguntas y respuestas luego de la función, lo que el público más cuestionó fue la dificultad de hacer una cinta sin diálogos.

“Por supuesto que tiene su dificultad”, expresó Giovanna a través de internet, “porque el trabajo del actor en esta película es transmitir las emociones”.

Añadió que “al final ha sido lo mejor, ya que sin diálogos, la película se vuelve universal, una película que puede ser vista en todo el mundo, sin una sola palabra y el idioma universal de las emociones humanas expresadas en la película no necesita ni subtítulos, ni traductores”.
El momento de la reflexión para la producción llegará después, ahora solo importa celebrar.
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