Entretenimiento
Julia Roberts privilegia el arte sobre el dinero
La actriz arriesga su imagen angelical con el largometraje Comer, rezar, amar
La artista de la gran sonrisa luce más guapa en persona que cuando se le ve en la pantalla grande. Porta una blusa semitransparente oscura, con detalles blancos, y un short negro que le queda arriba de la rodilla.
Lleva apenas unas cuantas horas en Cancún, cuyo termómetro marca los 40 grados, para promocionar su nueva película Comer, rezar, amar (Eat, pray love), donde comparte créditos con el ganador del Oscar, Javier Bardem.
En el filme, que se estrena el próximo viernes 24 de septiembre en los cines mexicanos, Julia da vida a a Liz, una mujer quien, tras años de matrimonio, decide separarse y emprender un viaje por el mundo, para conocerse a sí misma.
“No creo que Liz sea una cobarde que está huyendo del matrimonio, sino que está buscando la manera de expresar lo que siente”, dice Julia, cuando se le pregunta su visión sobre el personaje central de Comer, rezar, amar.
“Es valiente porque va a un lugar donde no conoce a nadie, no conoce la lengua y se arriesga. Es valiente en muchos niveles, incluso como turista”, añade, sin dejar de sonreír.
Cambio de tono
Comer, rezar, amar es una apuesta arriesgada en la carrera de la actriz estadouniense. Cuesta un poco de trabajo ver a quien conquistó corazones en La boda de mi mejor amigo o Erin Brockovich (por su sentido del humor y su fortaleza) en quizá el papel más oscuro de su carrera, al representar a alguien que pasa el drama de un rompimiento y luego su renacer a la vida y al amor de pareja.
Comer, rezar, amar es la adaptación de las memorias de la escritora y periodista Elizabeth Gilbert. La obra estuvo en la lista de New York Times como un Best Seller de no-ficción de la primavera de 2006 al otoño de 2008. Luego de 88 semanas, se mantenía en el puesto dos. El libro ha sido traducido a 40 lenguas y vendido más de seis millones de copias, sin duda, un gran éxito que pronto los productores de cine trataron de aprovechar.
Cuando a Julia la contactaron para hacer la versión cinematográfica y leyó la obra original, simplemente no pudo decir que no a la oferta tentadora. Además compartiría créditos con Richard Jenkins (quien ganó fama gracias a la película El visitante).
“La manera en la que habla de las experiencias de la vida es maravillosa, es una historia vibrante”, dice la actriz.
Cuando se le pregunta si el proyecto quizá no sería exitoso como otros en los cuales ha estado, por la temática, Julia se pone un poco seria. “Nunca pienso de esa manera, en la presión o el dinero, cuando leo un guión. Si hiciera eso perdería por completo mis intenciones como artista. Simplemente elijo mis proyectos dependiendo de lo que me hacen sentir. Cuando leo la última página, o bien lo persigo para hacerlo o no pienso en él nunca más”.
Como su papel, Julia se tomó en su momento dos años sabáticos para dedicarse a sus hijos. Dejó de lado el glamour hollywoodense y comenzó a buscar un lugar en el mundo: “Quizá fue la decisión más poderosa que he tomado”.
“Tomarse el tiempo para sí mismo creo que es lo más inspirador para otras personas. A la escritora la conocí en Roma, cuando ya estábamos filmando. Quería retratarla con mi instinto porque sabía que intentaría imitarla y yo no quería que al final pasara eso”, explica la actriz, quien marca así su linea respecto a Liz.
Para saber
Comer, rezar, amar cuenta en la producción con la estrella hollywoodense Brad Pitt, quien dejó libre al equipo para realizarla como quisiera.
Además de Javier Bardem y Julia Roberts, en el elenco figuran James Franco (El Hombre Araña 2), Viola Davis (Los secretos del poder) y Billy Crudup (Misión imposible 3).
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