Entretenimiento
José Eduardo Derbez, actor sin pausas
El histrión reconoce que tras el final de 'Amores con trampa' quiere explorar los escenarios teatrales
GUADALAJARA, JALISCO (21/AGO/2015).- Este domingo concluye a las 20:00 horas “Amores con trampa”, melodrama estelarizado por Itatí Cantoral y Eduardo Yáñez, y en el que José Eduardo Derbez encarnó a “Felipe Velasco”, un personaje que conoció de cerca los ires y venires del amor, en una historia donde la tragedia, el romance y la comedia caminaron de la mano en cada episodio.
José Eduardo le toma la llamada a este medio para hablar del final del melodrama y no oculta su satisfacción. “Fue un proyecto que si tengo que definir en una palabra, sería ‘feliz’. Me dejó muy contento, porque todos al interior vivimos la historia con mucha intensidad”.
“Pero —agrega el histrión—, también nos deja con un poco de tristeza, porque es decirle adiós a un elenco donde todos nos volvimos un poco familia. Somos amigos, y al final siempre pesa decir este adiós”.
“Amores con trampa” retrata la historia de una familia de costumbres sencillas que de repente se hace con una fortuna, y es esta adaptación a la vida de “alta alcurnia” lo que desata buena parte de los disparates que ocurren en la trama. “Fueron papeles encantadores —apunta José Eduardo a horas del final de la novela— y yo terminé alcanzando una buena excelente relación con Itatí (Cantoral) y Ernesto (Laguardia). Con Eduardo (Yáñez) me tocaron menos escenas, pero creo que es un excelente actor y gran persona”.
Vitamina mágica
Con “Amores con trampa”, José Eduardo termina su cuarta novela de forma consecutiva, un récord que pocos actores en la actualidad pueden presumir. “Yo sería feliz trabajando todo el año sin descanso”, agrega.
Pero lo que es cierto es que el actor no niega que va a necesitar unas pequeñas vacaciones, si no de las novelas, sí de la televisión, aunque apunta que es más “una necesidad de dejar descansar mi imagen y no tanto que yo esté agotado”.
¿Qué va a hacer en este tiempo alejado de la televisión? Para el histrión la brújula apunta en una dirección: El teatro. “Me encantan los escenarios y me gustaría salir de gira por toda la República, y claro, llegar a Guadalajara”.
Cuando se le cuestiona cómo le ha hecho para aguantar cuatro novelas consecutivas y sin descanso, se ríe y reconoce “creo que eso también me lo pregunto yo. Supongo que esta carrera tiene vitaminas mágicas”.
José Eduardo le toma la llamada a este medio para hablar del final del melodrama y no oculta su satisfacción. “Fue un proyecto que si tengo que definir en una palabra, sería ‘feliz’. Me dejó muy contento, porque todos al interior vivimos la historia con mucha intensidad”.
“Pero —agrega el histrión—, también nos deja con un poco de tristeza, porque es decirle adiós a un elenco donde todos nos volvimos un poco familia. Somos amigos, y al final siempre pesa decir este adiós”.
“Amores con trampa” retrata la historia de una familia de costumbres sencillas que de repente se hace con una fortuna, y es esta adaptación a la vida de “alta alcurnia” lo que desata buena parte de los disparates que ocurren en la trama. “Fueron papeles encantadores —apunta José Eduardo a horas del final de la novela— y yo terminé alcanzando una buena excelente relación con Itatí (Cantoral) y Ernesto (Laguardia). Con Eduardo (Yáñez) me tocaron menos escenas, pero creo que es un excelente actor y gran persona”.
Vitamina mágica
Con “Amores con trampa”, José Eduardo termina su cuarta novela de forma consecutiva, un récord que pocos actores en la actualidad pueden presumir. “Yo sería feliz trabajando todo el año sin descanso”, agrega.
Pero lo que es cierto es que el actor no niega que va a necesitar unas pequeñas vacaciones, si no de las novelas, sí de la televisión, aunque apunta que es más “una necesidad de dejar descansar mi imagen y no tanto que yo esté agotado”.
¿Qué va a hacer en este tiempo alejado de la televisión? Para el histrión la brújula apunta en una dirección: El teatro. “Me encantan los escenarios y me gustaría salir de gira por toda la República, y claro, llegar a Guadalajara”.
Cuando se le cuestiona cómo le ha hecho para aguantar cuatro novelas consecutivas y sin descanso, se ríe y reconoce “creo que eso también me lo pregunto yo. Supongo que esta carrera tiene vitaminas mágicas”.
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