Entretenimiento
Jorge Drexler, amante de las vacaciones
El cantante espera que la inspiración llegue a su mente mientras se toma un descanso
El próximo 31 de julio el músico, que ganó un Oscar en 2005 a la Mejor canción original por Al otro lado del río, ofrecerá “el último concierto por mucho tiempo” tras dos años de recitales en los que visitó países de todos los continentes y formó parte de numerosos proyectos. “Cuando doy un concierto en Estocolmo me gusta salir y pasarlo bien, no quedarme en el hotel a componer”, agregó a modo de ejemplo el cantante, quien se presentó ayer en la ciudad española de Valladolid con su reciente disco, Cara B.
Cuando escribe una canción, Jorge Drexler intenta evitar temas recurrentes porque reconoce que “está todo inventado” y prefiere hacer canciones “como quien hilvana un collar”, es decir, sumando palabras y dando más protagonismo a las rimas o el sonido.
“Si me dejase llevar por la temática dejaría la música”, sentenció este uruguayo, que arribó a España en 1995, cuando Joaquín Sabina decidió contratarlo como telonero. Para el cantante, sin la ayuda de Sabina, con quien dijo que estará siempre “enormemente en deuda”, las cosas “hubieran sido seguramente de otra manera”. Desde que llegó a España ha grabado siete discos y ha escrito canciones para artistas nacionales como Ana Belén, Ana Torroja y Miguel Ríos, pero también para foráneos de la talla de Jovanotti y Pablo Milanés.
Faceta alterna
En Cara B muestra en directo el lado “no visible” de su repertorio, donde apenas tienen cabida sus canciones más conocidas, que dejan paso a las que él mismo ha decidido versionar, tanto suyas como de otros. “Resultó un punto de salida, la idea inicial era abrir la boca del embudo y sacarlas adelante con mi estilo personal”, explicó Drexler, deseoso de trabajar más a partir de ahora la interpretación.
Aunque su profesión “oficial” es la de médico -ha sido salvavidas y enfermero- decidió convertir la música en la profesión de su vida, con la que llegó a su momento más alto en 2005, cuando convirtió la canción principal de la película Diarios de motocicleta en el primer tema en castellano de la historia al que se le otorgó un Oscar.
De los tiempos que corren en la música, reconoce que en la actualidad no hay crisis de ideas sino de logística, puesto que la industria musical “no ha sabido adaptarse a la llegada de internet”.
A su juicio, a la red no hay que tratarla como a un enemigo, ya que “nació para quedarse”.
Eso sí, demanda la necesidad de ser ingenioso y de buscar la justicia necesaria para que todo el mundo cobre por lo que trabaja, tanto los empleados de estudios de grabación como el resto de profesiones ligadas a la música, porque “antes que regalar la música hay que buscar una solución”.
Sus proyectos a mediano plazo giran en torno al cine, ya que se encuentra inmerso en la tarea de ponerle ritmo a The city of your final destination, cinta de James Ivory con Anthony Hopkins y Laura Linney. Por el momento, ve difícil volver a pasar por la alfombra roja de Hollywood aunque, tal y como precisó, “nunca se sabe”.
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