Entretenimiento
Jimena Navarrete, tapatía universal
La joven se dice lista para convertirse en la embajadora de la mujer jalisciense ante todo el mundo
COBERTURA ESPECIAL
GUADALAJARA, JALISCO (22/SEP/2010).- Algo es completamente diferente en la Jimena Navarrete que volvió ayer a Guadalajara, investida como Miss Universo, pero a la vez mantiene su esencia. Gabriela Rosete, madre de Jimena Navarrete, definió mejor que nadie a su hija: “Es la misma, pero mucho más madura, mucho más segura y mucho más mujer”.
Eso lo demostró ayer Jimena, durante su encuentro con los medios locales en el Club de Industriales: “No soy diferente sólo porque porto la corona, o la banda de Miss Universo. Sigo siendo la misma persona, mi cabello es igual, mis ojos iguales (risas)”.
Sonriente y un poco cansada, la tapatía habló de todo, desde lo más difícil de ser una reina de belleza hasta lo que más extraña de su tierra, pasando por la idea de convertirse en la imagen de Jalisco ante todo el mundo. “Me siento muy bien, muy contenta -explicó la también modelo en cuanto tomó el micrófono- ya estaba ansiosa por llegar. Por fin hoy (ayer) es el gran día de visitar mi tierra”.
Navarrete explicó que apenas aterrizó en Guadalajara, su corazón se aceleró. “Llegar a mi ciudad es una emoción doble, el por fin llegar a mi casa. Y digo doble porque ya me había emocionado cuando llegué a la Ciudad de México, pero nada como la Perla Tapatía”.
Acostumbrarse a la corona
La rutina es una palabra que quedó desterrada en la vida de Jimena desde el momento en que la corona de Miss Universo fue colocada en su cabeza. “Todos los días son diferentes y cada jornada va superando a la anterior en actividades. No hay días normales para mí. Hay días que me levanto a las cuatro de la mañana, o tengo clases de inglés, o estoy en el aeropuerto”.
Dentro de esta realidad en la que ahora vive Navarrete incluye el convivir con diversas personalidades, incluso confiesa que aprendió algunas cosas de ellas. “Por ejemplo, me emocioné mucho cuando conocí a Emilio y Gloria Estefan, mis respetos, los admiro desde toda la vida y verlos tan sencillos y tan humanos en sus corazones me sorprendió. Son personas muy aterrizadas, un gran ejemplo a seguir”.
El orgullo de ser mexicana y convertirse en vocera de los valores tapatíos es otro elemento que trata de incluir Jimena Navarrete en su día a día. “Siempre seré quien soy. Ser jalisciense, ser mexicana es algo que se lleva en la piel. Yo presumo a mi Estado, a mi gente, y lo llevo dentro de mí. Creo que el llevar un buen mensaje es siempre importante”.
Navarrete destacó el sentido del trabajo que existe en Jalisco, y explicó que el éxito y la corona que ahora porta se deben al esfuerzo de un amplio equipo de personas, que si bien no se sube a la pasarela con ella, sí pone su “granito de arena” para que todo salga bien. “Creo que aquí en Jalisco hemos trabajado mucho para formar concursantes sólidas de Nuestra Belleza. También le doy las gracias a mi familia. Justo el lunes se cumplió un año que me coroné como Nuestra Belleza México, allí comenzó el sueño”.
El sacrificio
Durante su encuentro con los medios, Jimena no dejó jamás de sonreír, pero eso no quiere decir que evadiera los temas espinosos. Explicó por ejemplo que la imagen de México en el extranjero no es la que ella desearía que existiera. “En una entrevista en Nueva York me preguntaban si yo venía de un ambiente pobre o violento. Creen que todo México es así y me molesta, porque no es cierto. Yo trataré de cambiar esa idea, aunque sea hablando con una persona a la vez”.
Sobre los sacrificios personales que ha hecho para llegar a donde está, la reina de belleza explicó que lo que más le duele es estar lejos de su familia y de su perrita. “No poder ver a mis abuelas, a mis tíos y a mis amigas también me duele”.
Confiesa entre risas que tampoco le gusta madrugar o dormirse tarde, aunque con cierta resignación admitió que Miss Universo es tanto un privilegio como una responsabilidad. “Ser reina de belleza es un trabajo como todos, y no estoy en una burbuja o una jaula de oro, es bastante complicado, pero me gusta”.
El futuro es un tema que no ocupa la mente de la tapatía por estos días. “Ahora me concentro en el presente nada más, en vivir el momento. Ser Miss Universo y sus obligaciones consume todo mi tiempo”.
El dato
La madre de Jimena Navarrete, Gabriela Rosete, confesó que aun cuando su hija se encuentre en casa, no tendrá tiempo para poder convivir con ella debido a su apretada agenda. De hecho, la Miss no podrá pisar siquiera su casa, y permanecerá en un hotel.
GUADALAJARA, JALISCO (22/SEP/2010).- Algo es completamente diferente en la Jimena Navarrete que volvió ayer a Guadalajara, investida como Miss Universo, pero a la vez mantiene su esencia. Gabriela Rosete, madre de Jimena Navarrete, definió mejor que nadie a su hija: “Es la misma, pero mucho más madura, mucho más segura y mucho más mujer”.
Eso lo demostró ayer Jimena, durante su encuentro con los medios locales en el Club de Industriales: “No soy diferente sólo porque porto la corona, o la banda de Miss Universo. Sigo siendo la misma persona, mi cabello es igual, mis ojos iguales (risas)”.
Sonriente y un poco cansada, la tapatía habló de todo, desde lo más difícil de ser una reina de belleza hasta lo que más extraña de su tierra, pasando por la idea de convertirse en la imagen de Jalisco ante todo el mundo. “Me siento muy bien, muy contenta -explicó la también modelo en cuanto tomó el micrófono- ya estaba ansiosa por llegar. Por fin hoy (ayer) es el gran día de visitar mi tierra”.
Navarrete explicó que apenas aterrizó en Guadalajara, su corazón se aceleró. “Llegar a mi ciudad es una emoción doble, el por fin llegar a mi casa. Y digo doble porque ya me había emocionado cuando llegué a la Ciudad de México, pero nada como la Perla Tapatía”.
Acostumbrarse a la corona
La rutina es una palabra que quedó desterrada en la vida de Jimena desde el momento en que la corona de Miss Universo fue colocada en su cabeza. “Todos los días son diferentes y cada jornada va superando a la anterior en actividades. No hay días normales para mí. Hay días que me levanto a las cuatro de la mañana, o tengo clases de inglés, o estoy en el aeropuerto”.
Dentro de esta realidad en la que ahora vive Navarrete incluye el convivir con diversas personalidades, incluso confiesa que aprendió algunas cosas de ellas. “Por ejemplo, me emocioné mucho cuando conocí a Emilio y Gloria Estefan, mis respetos, los admiro desde toda la vida y verlos tan sencillos y tan humanos en sus corazones me sorprendió. Son personas muy aterrizadas, un gran ejemplo a seguir”.
El orgullo de ser mexicana y convertirse en vocera de los valores tapatíos es otro elemento que trata de incluir Jimena Navarrete en su día a día. “Siempre seré quien soy. Ser jalisciense, ser mexicana es algo que se lleva en la piel. Yo presumo a mi Estado, a mi gente, y lo llevo dentro de mí. Creo que el llevar un buen mensaje es siempre importante”.
Navarrete destacó el sentido del trabajo que existe en Jalisco, y explicó que el éxito y la corona que ahora porta se deben al esfuerzo de un amplio equipo de personas, que si bien no se sube a la pasarela con ella, sí pone su “granito de arena” para que todo salga bien. “Creo que aquí en Jalisco hemos trabajado mucho para formar concursantes sólidas de Nuestra Belleza. También le doy las gracias a mi familia. Justo el lunes se cumplió un año que me coroné como Nuestra Belleza México, allí comenzó el sueño”.
El sacrificio
Durante su encuentro con los medios, Jimena no dejó jamás de sonreír, pero eso no quiere decir que evadiera los temas espinosos. Explicó por ejemplo que la imagen de México en el extranjero no es la que ella desearía que existiera. “En una entrevista en Nueva York me preguntaban si yo venía de un ambiente pobre o violento. Creen que todo México es así y me molesta, porque no es cierto. Yo trataré de cambiar esa idea, aunque sea hablando con una persona a la vez”.
Sobre los sacrificios personales que ha hecho para llegar a donde está, la reina de belleza explicó que lo que más le duele es estar lejos de su familia y de su perrita. “No poder ver a mis abuelas, a mis tíos y a mis amigas también me duele”.
Confiesa entre risas que tampoco le gusta madrugar o dormirse tarde, aunque con cierta resignación admitió que Miss Universo es tanto un privilegio como una responsabilidad. “Ser reina de belleza es un trabajo como todos, y no estoy en una burbuja o una jaula de oro, es bastante complicado, pero me gusta”.
El futuro es un tema que no ocupa la mente de la tapatía por estos días. “Ahora me concentro en el presente nada más, en vivir el momento. Ser Miss Universo y sus obligaciones consume todo mi tiempo”.
El dato
La madre de Jimena Navarrete, Gabriela Rosete, confesó que aun cuando su hija se encuentre en casa, no tendrá tiempo para poder convivir con ella debido a su apretada agenda. De hecho, la Miss no podrá pisar siquiera su casa, y permanecerá en un hotel.
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