Entretenimiento
Jimena Ayala vive la intensidad de la actuación
La actriz se mete por completo en cada papel que realiza, y no duda en llevar sus técnicas histriónicas al límite
Jimena Ayala estaba preocupada. La grabación de la serie Locas de amor estaba a punto de comenzar y ella todavía no hallaba las maneras de su personaje, Eva, joven provinciana educada bajo la rigidez de la religión y que en algún momento de su vida se sintió tocada por la divinidad (al grado de que sube a la azotea de su casa para escuchar lo que le dice Dios).
El problema es que esta patología psiquiátrica parece no tener signos externos, de modo que Jimena entendía las motivaciones de Eva pero no sabía cómo construirla físicamente, cómo moverse, qué hacer con su cuerpo para denotar que sufría delirio divino.
Hasta que acudió, junto con una parte de la producción de la serie, a un hospital psiquiátrico a las afueras de la ciudad. Les permitieron platicar con algunos de los enfermos y Jimena conoció a un hombre que hablaba con Dios. Poco a poco, se dio cuenta de sus manías, de los vericuetos de su lenguaje y sus comportamientos erráticos. Ella cuenta: “En primera instancia parece que no tienen algo extraño, que son personas sanas. Tienes que estar con ellos un rato para darte cuenta dónde están sus debilidades”. El proceso de aprendizaje, y de paso el rodaje, apenas estaba por comenzar.
Conviviendo con la locura
Fueron muchos días dedicados a construir al personaje a partir de la enseñanza adquirida en el psiquiátrico. Y ella aprendió. Finalmente, al salir del hospital pudo hallar a su Eva. El proceso sin embargo, fue largo: “Primero me imaginé a una adolescente muy bien portada y meticulosa pero siempre dependiente de los demás. Algo totalmente opuesto a lo que yo soy. Luego, hay un incidente en la vida de Eva que la cambia radicalmente.
El primer signo evidente es que el agua le da pavor, no se baña y descuida su aspecto”.
Esta es la Eva que finalmente el televidente verá en la serie. Además, con cada capítulo se fue enriqueciendo gracias, sobre todo, a la interacción con su siquiatra, interpretado por Daniel Giménez Cacho.
A Jimena Ayala hasta le brillan los ojos cuando habla de Giménez Cacho y las escenas que han compartido juntos: “Es como si de pronto el universo de los personajes se expandiera; él hace que Eva exista no sólo en ese cuarto, sino que provoca una onda expansiva de creatividad que le da dimensión a lo que estamos haciendo”.
Con Locas de amor, Jimena Ayala debuta en televisión ya que hasta ahora sólo había hecho cine. “Las nuevas propuestas que se hacen en tele con temas más audaces y guiones mejor construidos me parecen muy acertadas porque nos permite tener un mayor abanico de posibilidades de trabajo para los actores. Ya basta de esa división que se hace en donde dicen, ‘tú eres actor de cine y tú eres de televisión’”. Para su felicidad, justo ahora que se estrenará la serie, también se estrenará la cinta Desierto adentro, de Rodrigo Plá, en la que también participa.
La frase:
“Las nuevas propuestas que se hacen en tele con temas más audaces y guiones mejor construidos nos permite tener un mayor abanico de posibilidades de trabajo para los actores”
Jimena Ayala
CIUDAD DE MÉXICO.-
El problema es que esta patología psiquiátrica parece no tener signos externos, de modo que Jimena entendía las motivaciones de Eva pero no sabía cómo construirla físicamente, cómo moverse, qué hacer con su cuerpo para denotar que sufría delirio divino.
Hasta que acudió, junto con una parte de la producción de la serie, a un hospital psiquiátrico a las afueras de la ciudad. Les permitieron platicar con algunos de los enfermos y Jimena conoció a un hombre que hablaba con Dios. Poco a poco, se dio cuenta de sus manías, de los vericuetos de su lenguaje y sus comportamientos erráticos. Ella cuenta: “En primera instancia parece que no tienen algo extraño, que son personas sanas. Tienes que estar con ellos un rato para darte cuenta dónde están sus debilidades”. El proceso de aprendizaje, y de paso el rodaje, apenas estaba por comenzar.
Conviviendo con la locura
Fueron muchos días dedicados a construir al personaje a partir de la enseñanza adquirida en el psiquiátrico. Y ella aprendió. Finalmente, al salir del hospital pudo hallar a su Eva. El proceso sin embargo, fue largo: “Primero me imaginé a una adolescente muy bien portada y meticulosa pero siempre dependiente de los demás. Algo totalmente opuesto a lo que yo soy. Luego, hay un incidente en la vida de Eva que la cambia radicalmente.
El primer signo evidente es que el agua le da pavor, no se baña y descuida su aspecto”.
Esta es la Eva que finalmente el televidente verá en la serie. Además, con cada capítulo se fue enriqueciendo gracias, sobre todo, a la interacción con su siquiatra, interpretado por Daniel Giménez Cacho.
A Jimena Ayala hasta le brillan los ojos cuando habla de Giménez Cacho y las escenas que han compartido juntos: “Es como si de pronto el universo de los personajes se expandiera; él hace que Eva exista no sólo en ese cuarto, sino que provoca una onda expansiva de creatividad que le da dimensión a lo que estamos haciendo”.
Con Locas de amor, Jimena Ayala debuta en televisión ya que hasta ahora sólo había hecho cine. “Las nuevas propuestas que se hacen en tele con temas más audaces y guiones mejor construidos me parecen muy acertadas porque nos permite tener un mayor abanico de posibilidades de trabajo para los actores. Ya basta de esa división que se hace en donde dicen, ‘tú eres actor de cine y tú eres de televisión’”. Para su felicidad, justo ahora que se estrenará la serie, también se estrenará la cinta Desierto adentro, de Rodrigo Plá, en la que también participa.
La frase:
“Las nuevas propuestas que se hacen en tele con temas más audaces y guiones mejor construidos nos permite tener un mayor abanico de posibilidades de trabajo para los actores”
Jimena Ayala
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