Entretenimiento

Jesús Ochoa, un actor de provecho

El histrión desatará los temores y sueños de un porcino a través de un monólogo

GUADALAJARA, JALISCO (08/OCT/2012).- Jesús Ochoa es un cerdo. Lo acepta, con una carcajada socarrona, muy propia de él, desde el otro lado del teléfono.

"El cerdo", monólogo basado en la novela de Raymond Cousse, "Estrategia de dos jamones", reflexiona sobre el significado de la vida y la muerte desde la perspectiva de un porcino a punto de ser sacrificado. El animal de granja no se siente mal ante su eventual muerte, sino emocionado por lo que ha vivido y lo que viene para él. Entre las  bromas que brotan a lo largo del monólogo surgen conclusiones existenciales que prometen sorprender a más de uno.

Pero hablar con Jesús Ochoa no es fácil, incluso cuando se trata de promover su propia obra. Lejos de lo que aparenta sobre el escenario, es un hombre que economiza las palabras. No es que se exprese con monosílabos, pero tampoco trata de extender sus conceptos más allá de los necesarios.

En escena, frente a las butacas, es intenso, vibrante, potente, se llena de emociones y se inflama con la pasión de un buen guión. Pero abajo es mesurado. El único tema que enciende una chispa en la conversación es el teatro. Él quiere hablar de El cerdo, puesta en escena que lo trae al Teatro Diana los próximos días 15 y 16 de octubre. Lo demás es lo de menos en su mente.

El actor toma la llamada desde la ciudad de Tijuana, a donde se dirigió el montaje para dar algunas funciones. La voz del otro lado del auricular suena cautelosa al principio. Poco a poco comienza a desbordarse cuando aborda diversos temas: el teatro, los guiones, el beisbol, el agotamiento y, sobre todo, el convertirse en un cerdo por 70 minutos.

—¿Cómo se sintió al encontrarse con el guión de “El cerdo”?

—Sentí que me encontré con una charola muy amplia. Es un texto muy bonito. Es un guión muy completo, muy llegador. Que no tiene desperdicio, verdaderamente es como el cerdo mismo, del que se aprovecha todo (en ese instante, el actor escucha el sonido del timbre de un teléfono celular).

Tras excusarse, Jesús Ochoa interrumpe la entrevista, como él mismo lo dijo, para tomar otra llamada. Tras poco menos de un minuto, regresa a la línea. La respuesta queda inconclusa, aunque retoma algunos contextos a lo largo de la plática.

—¿Qué reto encontró en el guión?


—No quiero hablar de desafíos ni de retos. Porque este texto es un gozo, un canto a la vida. No tiene desperdicio. Como es del teatro del absurdo, siempre aflora la pregunta, ¿y por donde le vamos a entrar? Afortunadamente las coincidencias que tengo con el director Antonio Castro, el productor Rubén Lara y Mónica Raya, que es vestuarista y escenógrafa, nos llevaron a todos a la misma dirección, el texto mismo nos hizo coincidir, nos entregamos enteramente a la historia a ver qué nos daba, y quedamos sorprendidos.

—Si no fuera usted el protagonista, ¿pagaría por ver la obra?


—Sí. De verdad es un espectáculo, es un material que no defrauda, que nos lleva por los caminos de la comedia, la farsa, el drama, hasta caer en el pensamiento, porque eso es entretenimiento también. Tiene de todo gracias al guión, que es muy llegador. (Pero) la gente ve lo que quiere ver, no te obliga a más.

—¿Qué tan común es encontrarse con un guión así de “gordo”?

—No es fácil, por lo menos para mí no lo ha sido, el poder encontrar textos de este tamaño. Y cuando llegan, ¡por lo menos hay que batear la recta al pecho!

—¿Considera que el teatro es el lugar donde están los guiones de mayor calidad hoy por hoy?

—Por lo regular sí, en teatro y en cine se encuentran los mejores guiones. Es decir, ya sabemos lo que es una novela, no vamos a inventar el hilo negro.

Hay que estar conscientes del género que se interpreta. Afortunadamente en teatro me encontré este texto y el resultado ante el público ha sido hermoso, maravilloso. No nos ha defraudado el haber hecho esta apuesta, al contrario, nos sentimos orgullosos de ella. Ya llevamos un poco menos de la mitad de la gira y los teatros siguen llenos.

—Usted se encuentra constantemente en proyectos de cine y televisión, ¿es una necesidad volver al teatro?

—El cuerpo mismo lo exige. El teatro es exigente en ese sentido. No es que te purifique o algo así, no. Pero el teatro te obliga a “estirar” el músculo actoral. Es como ir al gimnasio.

—Y sobre su trabajo en cine y televisión, ¿qué viene?


—Hay muchas propuestas, pero ahorita nomás quiero hablar de "El cerdo", me está yendo muy bonito y a los que vayan los voy a atender maravillosamente. Vamos a estar con la obra hasta el fin de año, y el siguiente ya veremos qué es lo que vamos a buscar.

FRASE

"Para El cerdo, les recomiendo que lleven sus cubiertos, se lo van a devorar, no se lo van a acabar."

Jesús Ochoa, actor

PERFIL

Un intérprete de alto impacto


> Nacido en Ures, Sonora, Jesús Ochoa estudió  en el Instituto de Arte Escénico de la capital del país en 1974.

> Una de sus grandes pasiones es el cine, lo que lo ha convertido en uno de los rostros más reconocidos de las pantallas mexicanas, con películas como Labios rojos, Salvando al soldado Pérez, Un mundo maravilloso, Voces inocentes y La ley de Herodes, entre otras.

> Su calidad llamó la atención de Hollywood en los últimos años. Participó en películas como 007: Quantum of Solace, Beverly Hills Chihuahua y Atrapen al gringo.

> En televisión destaca su labor en melodramas como Para volver a amar, Se busca un hombre, Los Sánchez y Por ella... soy Eva, que ayer concluyó.

El cerdo / Teatro Diana / 15 y 16 de octubre / Funciones 19:00 y 21:30 horas / Boletos de 180 a 450 pesos en taquillas del teatro y al sistema Ticketmaster

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