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Jaime Camil vuelve al cine
Ernesto (Camil) es un alto ejecutivo que nunca tiene tiempo para convivir con su esposa
Ernesto (Camil) es un alto ejecutivo que nunca tiene tiempo para convivir con su esposa, ni siquiera para celebrar alguno de sus aniversarios. Siempre se le ve con el celular en la mano arreglando asuntos con inversionistas estadounidenses o chinos, con el fin de incrementar su fortuna.
El comportamiento de Ernesto es la razón por la que María (Blanca Soto) tomará una severa determinación que llevará sus vidas al extremo y las modificará de alguna manera.
La esposa del magnate se la pasa contándoles sus penas a sus grandes e inseparables amigas Isabel (Mariana Peñalva) y Pato (Daniela Schmidt), la primera esposa de un brillante catedrático (Víctor Huggo Martin), y la segunda, una irreverente chica que gusta de probar relaciones fugaces.
Un día María acepta los consejos de Pato para que se someta a una extraña sesión que supuestamente la llevará a reencontrarse con Ernesto en otra vida. Ella accede a ser hipnotizada con una terapeuta certificada, interpretada por Mónica Huarte.
María despierta hablando un lenguaje desconocido y aterrada por estar en un ambiente que no es el suyo, pues aparentemente ella es una princesa que proviene del Reino de Navarra, seis siglos atrás, y quien está comprometida.
El experimento fallará en alguna parte del proceso y provocará que María se quede en trance, lo que ocasionará que sea internada en un hospital bajo la observación de Antonio, el médico de la familia, encarnado por Jorge Zárate.
Desesperado por lo ocurrido, Ernesto hará hasta lo imposible por recuperar a su esposa, lo que lo llevará a tratar cualquier método y terminará por contratar a un chef vasco, Iñaki Landaburu (Manuel Tolosa), quien será el traductor y enlace con María.
Desde ese momento el alto ejecutivo será otra persona que busca redimirse ante el amor.
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