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Isabel Toledo lanzará una línea de zapatos

Toledo, lanzará a fines de año una línea de zapatos para dama de la mano de las tiendas Payless que promete estilo de diseñador a precios populares

NUEVA YORK.-Isabel Toledo era una diseñadora de modas poco conocida fuera de su círculo profesional cuando la primera dama Michelle Obama la lanzó a la fama usando algunas de sus creaciones, incluido ese vestido con chaqueta amarillo limón el día de la toma de posesión de su marido.

Ahora que tiene un nombre, la creadora cubano-estadounidense le sigue los pasos a colegas que quizás ante las circunstancias de la economía se han aliado a grandes cadenas minoristas para producir colecciones de moda para las masas.

Toledo, cuyos diseños pueden conseguirse en algunas boutiques exclusivas, lanzará a fines de año una línea de zapatos para dama de la mano de las tiendas Payless que promete estilo de diseñador a precios populares.

"Va a ser una línea moderna, sofisticada (pero) práctica _ zapatos para la lluvia _, zapatos cómodos pero con tacón, un zapato inspirador. Muy chic", dijo a la AP en una entrevista reciente.

La colección, que debutará en septiembre en principio con unos siete diseños, incluye zapatos planos, de tacón mediano y alto, principalmente en negro, adelantó la diseñadora, quien había creado antes calzado para Anne Klein y en colaboración con Manolo Blahnik.

"­Yo me los voy a poner!", añadió con entusiasmo. "Las muestras van a ser del tamaño mío. Y va a ser un zapato realmente asequible, algo increíble. Una persona como yo va a poder comprar varios".

Toledo agradece la oportunidad que le está dando la cadena de zapaterías baratas y se dice consciente de que esto es una consecuencia directa de su relación con la primera dama.

"Las dos oportunidades están conectadas", afirmó la creadora de 48 años, radicada en Estados Unidos desde los ocho. "Fue una decisión bien visionaria la de Payless aprovechar este momento (de Obama) y contactar a Isabael Toledo. Creo que fue muy valiente de su parte".

De cómo llegó a vestir a la primera dama, cuenta que ésta comenzó a comprar prendas suyas en una tienda sin ella siquiera saberlo hasta que durante la campaña la invitaron junto a otros diseñadores a un evento para recaudar fondos al que la señora Obama, para gran sorpresa suya, llegó con una de sus creaciones.

"Ya para mí eso fue grande", dijo Toledo. "Ella eligió ponerse algo mío a una fiesta en la que estaban todos los diseñadores, los de primer nivel. Esa fue una demostración realmente increíble. Ella está dispuesta a mirar en el fondo lo que no se ha descubierto y darle voz a eso".

¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces?

"Aquí estoy, ­haciendo una línea para Payless!", respondió con evidente satisfacción. "Me ha dado una voz en el mundo... Me abrió el camino para poder hacer más de lo que yo hago''.

Sin embargo, reconoció que aunque ha recibido pedidos de más negocios no ha podido incrementar mucho la producción.

"Lo mío es bien exclusivo. Es una compañía súper pequeña que vende a pocas tiendas. Todo está hecho en el estudio de nosotros... (y) estoy al máximo. No puedo producir más'', explicó.

"La limitación es que el negocio es pequeño. No puedo hacer la inversión de agrandar mi producción. Es riesgoso si uno no tiene un apoyo al lomo. Siempre hemos tenido mucho cuidado. (Pero) 25 años después todavía estamos en el negocio como (firma) independiente y eso es muy raro".

Toledo comenzó a diseñar alrededor de 1984 por lo que dijo fue una "necesidad".

Estaba recién casada con su esposo y colaborador, Rubén Toledo, y había estudiado en el Instituto Tecnológico de la Moda (FIT, según sus siglas en inglés) y la Escuela Parsons de Diseño de Nueva York pintura, cerámica y moda. Se inclinaba más hacia las artes plásticas, pero una pasantía en el Museo del FIT la hizo cambiar de rumbo.

"De pronto al estar alrededor de todas las obras maestras de Balenciaga, Madame GrŠs ... me enamoré de la técnica del diseño", relató la cubana, quien dijo empezó a coser de pequeña como un hobby. "Pensé, 'Tengo una identidad en este arte' ... Era una niña bien callada pero siempre tenía que mirar lo que tenía puesto. Siempre fue una forma de comunicarme".

Cuenta que un día su marido llevó la ropa de su clóset a una tienda y sin más la vendió.

"Teníamos que ganarnos la vida", recordó entre risas. "Tomó pedidos y me dijo, 'Tenemos un contrato'. Me puse a coser y a coser".

Un cuarto de siglo después Toledo vive el sueño de cualquier diseñador: "Poder llegarle a tanta gente".
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