Entretenimiento
Irene Azuela tiene claros sus objetivos
Con dos telenovelas, un corto, cinco largometrajes y varias obras de teatro en su currículum la actriz afianza su carrera
VEA LA ENTREVISTA CON IRENE AZUELA
GUADALAJARA, JALISCO.- Irene siempre ha corrido riesgos. Y es que generalmente así es la carrera de un actor. Se necesita talento, preparación y suerte, quizá en ese orden, para destacar en un mundo tan competido como puede ser el teatro, el cine y la televisión. Los últimos tres años para Azuela han sido claves, pues ha elegido proyectos que la han puesto en el ojo de la crítica; no por nada en 2008 se hizo acreedora del Ariel como Mejor actriz por su papel en la cinta Quemar las naves. Cuatro de las cinco películas que ha filmado ya se estrenaron. Arráncame la vida ha sido la más exitosa. Por lo que respecta al teatro El buen canario, donde comparte créditos con Diego Luna, bajo la dirección de John Malkovich, sólo le ha traído elogios y funciones llenas. Amor, dolor y viceversa, con Bárbara Mori, pronto estará en cartelera. Mientras tanto Irene Azuela luce contenta. Su semblante sólo deja ver el gozo que le representa su trabajo, mismo que ha conseguido en todas las ocasiones tras realizar los respectivos castings. "Se siente muy bien hacer lo que me gusta, creo que es una de las mayores bendiciones que tengo en mi vida", comenta en exclusiva para EL INFORMADOR al tiempo que reflexiona un poco sobre andar y su prometedor futuro.
¿A qué atribuyes el que estés en elencos de proyectos exitosos?
"Es uno de los riesgos de esta profesión. Tú te embarcas en un proyecto y no sabes cuál va a ser el resultado, lo que importa es lo que pasa en el viaje y si el resultado es exitoso qué mejor".
¿Con quién sueñas trabajar?
"Puede parecer escéptico de mi parte, pero creo que con la gente que tienes que trabajar te la vas a encontrar eventualmente, en algún momento, y trato de no decir ‘yo quiero trabajar con tal’, me parece importante tener claro lo que quieres hacer y tener en mente la gente con quien deseas trabajar, pero no me lo tomo muy personal, no muy en serio".
¿Eres autocrítica?
"Me juzgo mucho. Me cuesta ver mi trabajo, sobre todo en cine, porque en el teatro son las críticas de mis compañeros con las que empiezo a valorar mi trabajo, pero en general soy bastante exigente".
¿Cómo te preparas para salir al escenario?
"Soy bastante ‘ñoña’, eso dicen mis compañeros, y es que me gusta llegar al teatro con anticipación, después de maquillarme voy al escenario a mover un poco el cuerpo para activar la cabeza y los sentidos y estar presente en donde tengo que estar, pero más allá de eso no tengo nada en particular".
¿Es fácil desconectarse una vez que termina una función o una película?
"Creo que es como un músculo que vas trabajando, entre más lo haces mejor te sale, pero sin duda de repente se cuelan cosas de lo que estás haciendo en tu vida personal y quizá un día tenga insomnio y al día siguiente esté alterada, y diga ‘por qué estoy así’, y es que de alguna manera estoy con el rollo de la obra o de la película, pero el ejercicio es conseguir que esto no suceda".
¿Cuál es la parte más complicada de trabajar con las emociones?
"Aprender a dejar las cosas en donde van, en el teatro o en el set, o donde sea. Es un trabajo que requiere un compromiso total, además de que es muy interesante lo que hacemos como actores porque nos toca trabajar a una hora en particular, a diferencia de los pintores por ejemplo, pues quizá si ellos no tienen inspiración no pintan, pero nosotros tenemos que llegar al teatro a dar función a las ocho de la noche y no importa si te enfermaste, si chocaste o si estás contenta con tu novio o te estás divorciando, tienes que llegar a dar la función y a donde el personaje, la historia y el contexto te lo pida, entonces eso requiere de voluntad, ganas y también de un oficio".
¿Qué vamos a observar de la carrera de Irene Azuela?
"Me gustaría seguir haciendo cine y teatro sin duda, y lo que más he hecho es teatro, nada más que he estado en obras con un público particular, como el que está acostumbrado a ir a la UNAM, no es tan abundante, entonces la idea es seguir dándole al teatro y al cine en la medida de lo posible. En cuanto a televisión, aunque no lo descarto, prefiero dedicar mi energía a otras cosas".
EL INFORMADOR / Altagracia Lizardo Medina
GUADALAJARA, JALISCO.- Irene siempre ha corrido riesgos. Y es que generalmente así es la carrera de un actor. Se necesita talento, preparación y suerte, quizá en ese orden, para destacar en un mundo tan competido como puede ser el teatro, el cine y la televisión. Los últimos tres años para Azuela han sido claves, pues ha elegido proyectos que la han puesto en el ojo de la crítica; no por nada en 2008 se hizo acreedora del Ariel como Mejor actriz por su papel en la cinta Quemar las naves. Cuatro de las cinco películas que ha filmado ya se estrenaron. Arráncame la vida ha sido la más exitosa. Por lo que respecta al teatro El buen canario, donde comparte créditos con Diego Luna, bajo la dirección de John Malkovich, sólo le ha traído elogios y funciones llenas. Amor, dolor y viceversa, con Bárbara Mori, pronto estará en cartelera. Mientras tanto Irene Azuela luce contenta. Su semblante sólo deja ver el gozo que le representa su trabajo, mismo que ha conseguido en todas las ocasiones tras realizar los respectivos castings. "Se siente muy bien hacer lo que me gusta, creo que es una de las mayores bendiciones que tengo en mi vida", comenta en exclusiva para EL INFORMADOR al tiempo que reflexiona un poco sobre andar y su prometedor futuro.
¿A qué atribuyes el que estés en elencos de proyectos exitosos?
"Es uno de los riesgos de esta profesión. Tú te embarcas en un proyecto y no sabes cuál va a ser el resultado, lo que importa es lo que pasa en el viaje y si el resultado es exitoso qué mejor".
¿Con quién sueñas trabajar?
"Puede parecer escéptico de mi parte, pero creo que con la gente que tienes que trabajar te la vas a encontrar eventualmente, en algún momento, y trato de no decir ‘yo quiero trabajar con tal’, me parece importante tener claro lo que quieres hacer y tener en mente la gente con quien deseas trabajar, pero no me lo tomo muy personal, no muy en serio".
¿Eres autocrítica?
"Me juzgo mucho. Me cuesta ver mi trabajo, sobre todo en cine, porque en el teatro son las críticas de mis compañeros con las que empiezo a valorar mi trabajo, pero en general soy bastante exigente".
¿Cómo te preparas para salir al escenario?
"Soy bastante ‘ñoña’, eso dicen mis compañeros, y es que me gusta llegar al teatro con anticipación, después de maquillarme voy al escenario a mover un poco el cuerpo para activar la cabeza y los sentidos y estar presente en donde tengo que estar, pero más allá de eso no tengo nada en particular".
¿Es fácil desconectarse una vez que termina una función o una película?
"Creo que es como un músculo que vas trabajando, entre más lo haces mejor te sale, pero sin duda de repente se cuelan cosas de lo que estás haciendo en tu vida personal y quizá un día tenga insomnio y al día siguiente esté alterada, y diga ‘por qué estoy así’, y es que de alguna manera estoy con el rollo de la obra o de la película, pero el ejercicio es conseguir que esto no suceda".
¿Cuál es la parte más complicada de trabajar con las emociones?
"Aprender a dejar las cosas en donde van, en el teatro o en el set, o donde sea. Es un trabajo que requiere un compromiso total, además de que es muy interesante lo que hacemos como actores porque nos toca trabajar a una hora en particular, a diferencia de los pintores por ejemplo, pues quizá si ellos no tienen inspiración no pintan, pero nosotros tenemos que llegar al teatro a dar función a las ocho de la noche y no importa si te enfermaste, si chocaste o si estás contenta con tu novio o te estás divorciando, tienes que llegar a dar la función y a donde el personaje, la historia y el contexto te lo pida, entonces eso requiere de voluntad, ganas y también de un oficio".
¿Qué vamos a observar de la carrera de Irene Azuela?
"Me gustaría seguir haciendo cine y teatro sin duda, y lo que más he hecho es teatro, nada más que he estado en obras con un público particular, como el que está acostumbrado a ir a la UNAM, no es tan abundante, entonces la idea es seguir dándole al teatro y al cine en la medida de lo posible. En cuanto a televisión, aunque no lo descarto, prefiero dedicar mi energía a otras cosas".
EL INFORMADOR / Altagracia Lizardo Medina
Síguenos en