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Irene Azuela sigue con su lado combativo
Regresa a su lado político y social, al hablar de una secuencia filmada en los Estudios Churubusco
Por último, durante la inauguración del Festival Internacional de Cine de Morelia, pidió a Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que cumpliera su mensaje de no dejar de respaldar al cine mexicano. “¡Esperemos que así sea!”, exclamó ante el aplauso de los cientos de invitados en el Auditorio Estatal.
Irene, ganadora de dos premios Ariel por “Quemar las naves” y “Bajo la sal”, considerada una de las actrices favoritas en una encuesta hecha por KIOSKO entre cineastas, productores y actores, mostraba su lado político.
“Creo que de repente la vida te pone ahí las cosas y tuve la intuición de entrarle. Era la primera vez que sentía valía la pena estar ahí, juntarse, levantar la voz y hablar, decir algo”, dice.
“Si soy sincera, no me imaginé que mi presencia fuera a tener tanto peso. Me di cuenta cuando varios comenzaron a decirme qué buena onda que apoyara, que me habían visto en tal o cual parte. Fue cuando dije: ¡ok, así es esto, sí se puede”, cuenta.
Irene, de 29 años, contesta la entrevista a bordo del vagón de un pequeño tren construido para la película “El atentado”, de la que forma parte.
En la historia dirigida por Jorge Fons (Rojo amanecer) interpreta a Cordelia, una mujer que a través del sexo consigue varias cosas. El cariz del personaje no sería raro, pero lo nuevo es que está ubicado en 1897, cuando era mal visto un comportamiento femenino liberal.
“El director me dice que es el alma de la película. Cordelia es una viuda joven que tiene onda con todos los hombres: se enrolla con el borracho, con el jefe de policía, con el escritor, con todos. Es una mujer que a pesar de la época y las presiones dice: esta es la vida que se me presenta y pues órale, hay que tomarla”, dice.
Regresa a su lado político y social, al hablar de una secuencia filmada en los Estudios Churubusco. “¡Pero si no ha cambiado absolutamente nada!. Todo sigue igual con las clases sociales”.
Irene nació en Londres, Inglaterra, porque sus papás se encontraban cursando una maestría. Pero es más mexicana que nadie, dice.
Sus tablas actorales las obtuvo aquí. Estudió con los maestros Héctor Mendoza y Raúl Quintanilla. Ya adulta regresó a Europa para tomar un posgrado de teatro clásico, gracias a una beca del FONCA. El año pasado formó parte de la obra “El buen canario”, al lado de John Malcovich y Diego Luna.
“Fue una experiencia maravillosa y de mucha energía. Con cinco meses de trabajo, me veía la cara y parecía que había envejecido ocho años”, comenta.
Luego, participó en un proyecto experimental dentro del Drama Fest. Ella ingresaba a una cápsula y recitaba un monólogo.
Para el 2010 en su agenda ya esta “Oleana, al lado de Juan Manuel Bernal, bajo la dirección de Enrique Singer. Se trata de un texto original del dramaturgo David Mamet, que se estrenará en El Granero en febrero.
Todo se desarrolla en el cubículo de un maestro. Mi personaje llega a reclamar la calificación que le puso y a través de eso comienza una disertación sobre la educación y el poder. Es una obra muy fuerte que el mismo Singer hizo hace 10 años, así que le gusta mucho y la conoce de memoria, nosotros tenemos que hacer algo igual”, comenta.
EL UNIVERSAL
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