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Intocable: veinte años de éxitos y contando

Ricky Muñoz, su vocalista, reflexiona sobre el futuro de la banda, al tiempo que recuerda las raíces que le dieron forma al sonido que hoy tienen

Intocable: veinte años de éxitos y contando
GUADALAJARA, JALISCO (14/AGO/2015).- De visita en la ciudad, el grupo Intocable aprovechó para continuar con la promoción de su más reciente tema “Cajita de cartón”, que se incluye en un nuevo disco compilatorio con el que celebran 20 años de trayectoria y es, en palabras del vocalista y acordeonista de la banda, Ricky Muñoz, una canción “muy para enamorar, y desde que comenzó a sonar en la radio ha tenido muy buena aceptación”.

Con una carrera de dos décadas, el músico destaca que si algo puede definir este tiempo es la palabra “experiencia; porque no siempre hemos tenido la misma visión, antes —por ejemplo— sabíamos cómo queríamos que se escuchara y buscábamos experimentar, pero hoy sabemos que puede proyectarse cualquier intención y escucharse como deseamos. Así, cada producción refleja ahora lo que visualizamos en su origen”.

Preparan disco y documental

En este momento, destaca Muñoz, “estamos grabando ya lo que será el siguiente material, un disco inédito; tenemos un mes en el estudio, la selección está hecha, lo mismo que los mapas de las canciones, y comenzamos a ‘trackear’ ya desde este pasado lunes; la idea es que esté listo para abril de 2016, pero quizá lancemos el primer sencillo meses antes”.

El intérprete agrega: “también estamos inmersos en la producción de un documental, hemos estado rodando este año y se está haciendo una amplia compilación de eventos, detalles en las giras y se hacen entrevistas con personas importantes para el grupo, así como músicos que salieron de ella, consignando los problemas que hemos tenido. Es algo de lo que Intocable no habla, pero ahora lo hacemos desde nuestro punto de vista”.

Sonido inevitable

Originarios de Zapata, Texas, irrumpieron en la escena musical conjuntando elementos de la tradición con efectos contemporáneos; con todo, comenta Muñoz, “siempre fue un mito eso de que fuéramos músicos ‘estudiados’; tocamos lo que sentimos y suena adecuado, pero sí fue determinante crecer en los Estados Unidos y escuchar la música regional mexicana, como Ramón Ayala, y los conjuntos de Texas, como el de Rubén Vela y la orquesta Little Joe y la Familia, a eso se suman el country y el rock (desde Led Zeppelin hasta Van Halen)”.

El acordeonista detalla que su sonido se dio como un resultado “inevitable, no es algo que hubiéramos planeado. Somos honestos con nosotros mismos y, creo, eso —ser reales— nos ha sacado adelante; hacemos realmente lo que nos gusta y lo que producimos es justamente lo que sentimos”.

Disfrutar el momento


En la actualidad, en una escena musical muy diversa en el país, Muñoz afirma: “disfrutamos el momento; lo que sembramos hace 20 años ahora se goza, vamos a nuestro paso, tenemos la posibilidad de elegir justo lo que deseamos y buscamos; nuestro compromiso es con el público que, siento, está más satisfecho cuando escucha algo que se realiza con nuestro gusto y nuestros tiempos”.

Con los años y la leyenda que construye el grupo, el acordeonista es claro al decir que no se sientan "a pensar en el asunto; quizá el documental explique (espero) un poco de quién es, al final, Intocable, porque nosotros no hemos tenido ese tiempo —entre la familia y el trabajo— de vivirlo de forma personal”.

Las cosas que no cambian

En todos estos años el grupo ha vivido numerosos cambios, lo mismo que una industria musical transformada por la tecnología, “todo eso es verdad”, detalla Muñoz, “pero lo que no ha cambiado y no cambiará en los siguientes cien años es que una buena rola es una buena rola, y eso es lo importante. Puedes tener la mejor tecnología y cien millones de seguidores, pero de nada sirven si no tienes buenas canciones”.

Y justo con estos temas, Intocable consiguió proyectar el género norteño a nivel república, en una época en la que el país estaba “zonificado”, con Estados donde se escuchaba más la banda o música tropical, “empezamos como alternantes y en conciertos colectivos donde el nombre no figuraba primero, pero fuimos ganando terreno. En Guadalajara, por ejemplo, la primera visita fue modesta y en la segunda ya teníamos abarrotado el lugar, y pocos años después nos presentamos en el Estadio Jalisco”, recuerda el músico.
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