Entretenimiento
Inteligencia artificial
La película Sin límite muestra una trama donde la frontera entre la creatividad y la locura se desvanece lentamente
Desesperado ante lo que parece ser el fin de su carrera, Morra toma el consejo de un amigo, que le ofrece un medicamento llamado NZT, un revolucionario medicamento que le permite aprovechar su potencial como escritor al máximo.
La droga le permite recordar todo lo que ha leído, visto o escuchado, e incluso aprender nuevos lenguajes en un solo día, entender ecuaciones matemáticas complejas e incluso ser encantador ante los demás. Pronto Eddie decide que el mundo de la literatura es un desperdicio con sus recién descubiertas capacidades y decide probar éxito en Wall Street.
El problema es que el NZT sigue siendo una droga experimental e ilegal y provoca daños irreversibles. La presión para Eddie aumenta ahora que está en el mundo financiero, donde llama la atención de Carl Von Loon, un magnate que encuentra fascinante que un simple escritor de repente se haya vuelto un empresario de éxito en ascenso. Pronto la droga, el poder y la pérdida de sus capacidades le muestra a Eddie Morra que el “bloqueo creativo” era el menor de sus problemas.
En la frontera del pensamiento
Bajo la dirección de Neil Burger, Sin límite llega a la cartelera mexicana este fin de semana, convertida en una de las “cartas fuertes” de la temporada vacacional, en especial para aquellos que no buscan ni una propuesta de acción y tampoco una infantil. “Para mí la película se trata sobre la inteligencia y el potencial del ser humano para explotarla”, afirma el realizador.
Curiosamente, el papel de De Niro, el del millonario Carl Von Loon, no tenía mucha importancia en el guión original, pero cuando el actor se sumó al reparto el director decidió ajustarlo para darle un mayor peso dramático.
De Niro confiesa que el motivo principal para aceptar trabajar en Sin límite “no fue el papel que me ofrecieron en sí. Me interesaba estar en un proyecto con Bradley Cooper y Neil Burger. Ellos son dos talentos nuevos en la industria a los que es importante acercarse”.
Para Bradley Cooper, el que un actor del calibre de Robert De Niro diga que quiso trabajar con él en un proyecto, tiene un significado enorme. “Mucha gente no lo sabe –explica Cooper- pero cuando yo estaba en la escuela de actuación Robert fue a dar una charla. Yo recuerdo que estaba tan nervioso y emocionado ese día que apenas lo podía creer”.
El histrión asegura que desde ese momento uno de los objetivos de su vida fue trabajar al lado de De Niro, un anhelo que ha visto cristalizado en esta película.
Impulso natural
Una droga que es capaz de potenciar la creatividad, la inteligencia y el mismo encanto personal al máximo es seductora, al menos como idea, acepta el propio Robert De Niro, quien matiza: “No deja de ser una droga, y como toda droga, proporciona momentos buenos y luego muy malos a quienes las usan, y luego se vuelve una necesidad que termina destruyendo”.
El actor afirma que los “momentos felices” que proporciona ese tipo de sustancias se pueden obtener por otras vías mucho menos nocivas: “Tengo una familia, hijos, un buen trabajo. Todo eso me proporciona el tipo de emoción y alegría que necesito en mi vida. Hay días buenos y días malos, pero la verdad, no me puedo quejar en lo absoluto”.
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