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Hugh Grant se aferra al cine

El británico visitó el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde presentó la cinta 'Florence Foster Jenkins'

GUADALAJARA, JALISCO (19/SEP/2016).- Siempre galán y sobre todo, siempre enamorado del cine. El actor Hugh Grant se encuentra de visita en San Sebastián para presentar en el Zinemaldia su largometraje más reciente, “Florence Foster Jenkins”. Durante su encuentro con los medios de comunicación admitió que es probable que hoy los mejores guiones estén en la televisión, pero él no tiene “ganas” de probar por ese camino porque le gusta “la idea de agarrarse al cine glamuroso de antaño”.

“Algunas de las cosas que me encantaban del cine ya no son lo mismo que hace 20 o 30 años. Mis amigos me dicen que por qué no pruebo, pero es que no quiero hacer el esfuerzo, me gusta la idea de agarrarme al cine glamuroso de antaño”, aseguró.

Con el mismo encanto que derrocha en sus papeles, el “sex symbol” británico afirmó rotundo que prefiere la magia del cine: “Tiene un algo romántico especial que ni la mejor televisión de hoy en día podría igualar”.

Adaptado a una nueva época

El protagonista de la taquillera “Notting Hill” llegó ayer a la capital donostiarra para alojarse en el lujoso hotel María Cristina.

Tras posar para los fotógrafos en la terraza del Kursaal, concedió una única rueda de prensa en la que respondió a preguntas durante algo más de veinte minutos.

Con el típico sentido del humor británico, que el actor reconoce como seña de identidad, Grant mantuvo las distancias sobre su idea de qué son las películas para él: nada de pensamientos profundos.

“Para mí, ni es una cuestión religiosa ni una cuestión de fe. Yo lo hago lo mejor que puedo para que las películas sean entretenidas y no sean demasiado tontas”.

El actor, que ha rodado más de medio centenar de películas con los mejores directores del mundo, recuerda que, de Woody Allen, le quedó un consejo que él mismo ha transmitido a sus hijos: “El 98 % del éxito es aparecer en el plató. Así que, ese es el primero: aparece y hazlo”.

De Roman Polanski dice que fue el primer director con quien se dio “realmente cuenta del poder que tiene el cine como algo diferente y más grande que la televisión”.

Máximo desafío

El actor se dio tiempo para reflexionar sobre lo excesivamente valorada que están a veces la sinceridad y la autenticidad, que es el motor de la cinta que estrenó en el encuentro, bajo la dirección de por Stephen Frears.

Reconoció que le tenía tanto “miedo” al director, al que conocía por su activismo social y político, como a su compañera de reparto, Meryl Streep: “Hacer escenas emocionales con alguien que tiene 19 nominaciones a los Oscar es absolutamente intimidatorio”.

En la película, la estadounidense se convierte en Florence Foster, la “peor cantante de ópera de la historia”, una rica heredera que existió y que dedicó todo su dinero y esfuerzo en cantar en el Carnegie Hall, lo cual consigue gracias al cariño de su marido, St. Clair Bayfield (Grant).

Por ello, explica, se preparó más que nunca para hacer el papel, se fue a Nueva York para documentarse sobre el personaje real, leyó sus diarios “y cartas que se han conservado”.

“Me sorprendió que después de la muerte de Florence seguía siendo un mal actor intentando buscar trabajo. Eso fue una clave para mí. Quería que la gente supiera que detrás de este actor tan guapo y elegante había un actor trágico sin trabajo”.

Es la segunda vez que visita el Zinemaldia, aunque dice que, de la primera, cuando vino en 1988 con “Remando al viento”, de Gonzalo Suárez, no se acuerda de nada porque debía de estar “muy borracho”.

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